SIBO: Sobrecrecimiento bacteriano en el Intestino Delgado

SIBO: Sobrecrecimiento Bacteriano en el Intestino Delgado

Los trastornos de la interacción digestivo-cerebro, recientemente conocidos como trastornos funcionales intestinales están presentes en el 30% de la población española. Alguno como el síndrome de distensión abdominal es mucho más frecuente en las mujeres que en los hombres.

Cuando comer duele…

Cuando hablamos de SIBO, hacemos referencia a un sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado de origen oral o colonico. Es decir, hacemos referencia a una afección gastrointestinal que está caracterizada por una gran cantidad de bacterias. Una disbiosis que lleva a que haya una colonización bacteriana en el intestino delgado, pero que pertenecen al intestino grueso. Debido a esto van creciendo en el lugar erróneo, y produce un aumento de endotoxinas y compuestos bacterianos que provocan inflamación crónica de la mucosa intestinal. Dicha patología lleva a tener una gran variedad de síntomas como son:

  • Gases.
  • Diarrea y/o estreñimiento.
  • Inflamación abdominal.
  • Malestar.
  • Dolores articulares.
  • Sensación de sentirse demasiado lleno tras cualquier comida.
  • Dolor abdominal.
  • Perdida/ganancia de peso.
  • Caída del cabello, debilidad en las uñas, sequedad en la piel…
  • También puede dar lugar a intolerancia a la lactosa, fructosa/sorbitol, a una malabsorción de los alimentos y proteínas, déficits de diversas vitaminas como la B12, el zinc, el magnesio que son importantes para una buena salud del cerebro y una estabilidad emocional.

Para su diagnóstico se realiza un test de hidrogeno y metano, es decir un test de aliento con un sustrato de lactulosa o lactitol. Debido a la gran demanda y la disponibilidad de esta prueba, ha habido un sobrediagnóstico. Al simplificar la disbiosis y la influencia que han tenido las redes sociales, ha surgido confusión en los pacientes y los médicos. Son muchos los profesionales que relacionan la hinchazón abdominal propias de los trastornos funcionales con un test de aire espirado, cuya positividad depende de los niveles de hidrogeno y metano que se presenten en el aire expirado. Todo esto ha llevado a que sociedades científicas realicen publicaciones con recomendaciones sobre a quién y cómo diagnosticar SIBO.

En muchas ocasiones la solicitud del paciente de que se le realice este test, deriva de la desesperación que se tiene al tener tantos síntomas con tanto malestar que limita tu día a día, y no darles una explicación a sus síntomas ni una solución, así como estar repercutiendo en la salud mental de estos pacientes. Se hace indispensable mayor investigación sobre microbiota y psicobioma (los microorganismos precursores de la regulación emocional)

En el proceso por el que una enfermedad pasa y se desarrolla, y la interrelación con el sistema nervioso influyen muchos factores como la dieta, la respuesta inmunológica, el estado de ánimo, la microbiota, la mucosa intestinal. Desde un punto de vista médico no son considerados trastornos graves, pero sí que limitan la vida de las personas y afectan a su calidad de vida. Son síntomas parecidos a otras enfermedades como la enfermedad inflamatoria intestinal, la celiaquía, o el cáncer de colon. Los pacientes con SIBO suelen tener antecedentes de enfermedades, pérdidas o ganancias de peso, diarrea, así como ansiedad y depresión, que es totalmente normal debido a la intensidad de los síntomas, la ausencia de una explicación sobre lo que se padece a pesar de haber pasado por varios especialistas, y la nula solución a los síntomas aun poniendo medicación.

Se ha visto que hay una gran correlación en pacientes diagnosticados de SIBO y el estado de la salud mental, a parte de los síntomas mencionados anteriormente, se ha destacado también su relación con otras enfermedades y trastornos, incluyendo los de la salud mental. Es por esto, que se apoya el padecimiento de un trastorno llamado eje intestino-cerebro, el cual es un sistema bidireccional que tiene una comunicación entre el tracto gastrointestinal y el cerebro, el sistema inmunológico y el sistema endocrino, y es a través de dicho eje donde los problemas como el SIBO pueden repercutir en la salud mental. Dicho padecimiento genera mucha inflamación en el cuerpo, a consecuencia de las bacterias y toxinas que producen gases e inflamación, es así como dicha inflamación afecta al cerebro y se relaciona con síntomas como la fatiga mental, la ansiedad y la depresión. Se ha estudiado mucho como las bacterias del intestino participan en la fusión de neurotransmisores como la dopamina, la serotonina y GABA, que son piezas clave para regular el bienestar emocional (psicobioma o psicobiota).

Esta gran conexión que hay entre SIBO y la salud mental, nos lleva a que sea prioridad tener un enfoque integrativo del tratamiento. Sabemos ya que haber sufrido abusos de cualquier tipo en la infancia, altera la microbiota y afecta al psicobioma.

Debido al carácter multifactorial que tiene esta enfermedad, se han desarrollado diferentes tratamientos, el que ha resultado más eficaz ha sido la Terapia Cognitivo Conductual. Primeramente, se realiza una psicoeducación sobre cómo actúan las emociones, la acción que ejercen, sobre todo el estrés y como su respuesta estaría relacionada con el SIBO. Luego se realizaría una creación de conocimiento sobre las conductas, pensamientos y emociones que el paciente este teniendo ante los síntomas que va presentando cada día. Y, por último, se haría una modificación de las respuestas para poder reducir el malestar que produce este padecimiento y disminuir las respuestas de estrés que se están produciendo.

Se ha visto la eficacia de diversas herramientas como son: tablas que monitorean los síntomas, ejercicios de relajación, lectura que le ayude a entender la enfermedad y como puede repercutir en su salud mental, ejercicios de relajación, prevención en crisis o recaídas, entrenamiento en el manejo del malestar de los síntomas físicos y psicológicos, así como en caso de tener que seguir una dieta estricta con el tratamiento, darle una guía para que pueda llevar de la mejor forma posible esas restricciones y que no se vea afectada su vida social.

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Bibliografía

Rozas de Cos, M. (2024). Sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado en adultos: revisión bibliográfica.

Orea Haro, BG (2021). Dime qué comes y te diré qué bacterias tienes / Dime qué comes y te diré qué bacterias tienes. Pingüino Random House Grupo Editorial.

Barroso García, M. (2024). Intensidad de síntomas, ansiedad y depresión en pacientes a los que se solicita pruebas de malabsorción de azúcares y de SIBO.

Murillo, A. (2022). Abordaje psicológico como parte del tratamiento del Síndrome del Intestino Irritable (SII): Una revisión bibliográfica. PsicoInnova6(1), 8-25.

García, L. S., Pérez, A. H., Sánchez, I. M., Vega, M. L., Moreno, N. F., & Aisa, Á. P. (2024). Profile of patients diagnosed with hydrogen-producing intestinal bacterial overgrowth and intestinal methanogenic overgrowth in a second level hospital. Revista Andaluza De Patología Digestiva, 47(4), 144–151. https://doi.org/10.37352/2024474.1

DE LA MICOTERAPIA, C. D. É. CASOS CLÍNICOS EN SIBO

Ana Cañete Ángel Psicóloga Sanitaria Experta en Infancia, Duelo y Cuidados Paliativos

Nieves López-Brea Serrat
Psicóloga Sanitaria
Experta en Neuropsicología Clínica Infanto-Juvenil

TDAH subtipo combinado: Déficit de Atención con Hiperactividad e Impulsividad

TDAH – Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad e Impulsividad

Cuando hablamos del TDAH, hacemos referencia a uno de los Trastornos del Neurodesarrollo que más se presentan en la población infantil, y es caracterizado por un comportamiento continuo de inatención, o hiperactividad e impulsividad o ambos.  Es un trastorno diverso, presentan diferentes perfiles de síntomas principales, así como de trastornos que puedan estar asociados, historia familiar, respuestas al tratamiento y curso de evolución. Dicho trastorno tiene una gran repercusión en el desarrollo y la vida de la persona que lo padece, así como en su entorno.

Es considerado un trastorno de origen neurobiológico con una alta carga genética (75%), dando inicio en la edad infantil, perjudicando entre 3-7% de niños en el colegio.

Según diversos estudios de neuroimagen, las áreas cerebrales afectadas son:

  • La corteza prefrontal: encargada de la función ejecutiva como planificar acciones, iniciarlas, darse cuenta de los errores y corregirlos, evitar distracciones por estímulos irrelevantes, ser flexible si las circunstancias cambian…
  • El cuerpo calloso: sirve de comunicación entre los dos hemisferios cerebrales, para asegurar un trabajo conjunto y complementario.
  • Los ganglios basales: implicados en el control de los impulsos al coordinar o filtrar la información que llega de otras regiones del cerebro e inhibir las respuestas automáticas.
  • El cíngulo anterior: se encarga de la gestión afectiva y del manejo de las emociones.

También afecta a la neurotransmisión, se dan problemas en los circuitos reguladores que comunican dos zonas cerebrales, el córtex prefrontal y los ganglios basales. Estas áreas se comunican a través de la dopamina y la noradrenalina. Al tener una liberación deficitaria de estos neurotransmisores y un alto nivel de recaptación de las mismas, se altera la neurotransmisión, afectando a la atención, el estado de alerta, la memoria de trabajo y el control ejecutivo. La disminución del metabolismo sináptico de los neurotransmisores produce las siguientes consecuencias:

  • Disminuye la atención
  • Disminuye la capacidad de iniciar y continuar actividades
  • Dificulta la memoria de trabajo (o memoria a corto plazo)
  • Dificulta la capacidad para bloquear respuestas inadecuadas
  • Dificulta la planificación de actividades complejas
  • Dificulta la organización
  • Incrementa la actividad física
  • Incrementa la impulsividad

* Instituto Nacional de Neurociencias, Neuropsicología y Neuro-rehabilitación.

El TDAH de tipo combinado, se caracteriza por síntomas de hiperactividad/impulsividad y falta de atención. La inatención se hace más evidente en la etapa escolar, que es donde hay más demanda de una actividad cognitiva más complicada, y continua en las siguientes etapas por las que va pasando el menor. A medida que va creciendo, normalmente suele ir disminuyendo la hiperactividad, permaneciendo la inatención e impulsividad.

Síntomas del TDAH subtipo combinado:

  • Síntomas de inatención:
    •  A menudo parece que no están escuchando cuando se les habla.
    • Cometen errores en las tareas que tienen que realizar, debido a la distracción que presentan.
    • Presentan dificultad para conseguir mantener la atención en las tareas, o en actividades dinámicas que estén realizando.
    • Les es complicado la organización de tareas.
    • Normalmente no siguen las normas, y no hacen entrega de las tareas.
    • Se enfadan cuando la tarea a realizar requiere de un esfuerzo mental sostenido.
    • Habitualmente pierden cosas, como juguetes, y material escolar necesario para la realización de tareas.
  • Síntomas de hiperactividad:
    • Constantemente mueven mucho las manos o los pies, o no paran de moverse en el asiento.
    • Saltan o se mueven en exceso en situaciones en las que no es correcto hacerlo.
    • A menudo en clase abandonan su asiento sin tener que hacerlo.
    • Les es complicado realizar de manera calmada y tranquila actividades de juego.
    • Hablan en exceso.
    • Actúan como si tuviesen un motor, o como si estuviesen siempre en marcha.
  • Síntomas de impulsividad:
    • Presentan dificultades para guardar el turno.
    • A menudo responden con anticipación antes de haber sido finalizada la pregunta.
    • Interrumpen o se meten en conversaciones o juegos de otros.

Tras la evaluación neuropsicológica, el diagnóstico debe ser confirmado por un pediatra o neuropediatra, que a su vez, valorará la necesidad de tratamiento farmacológico, del que hablaremos en otro post.

Es primordial resaltar el apoyo y la coordinación con el colegio y la familia. Se debe entrenar en psicoeducación tanto a la familia como al infante, siguiendo un programa de técnicas cognitivo-conductuales. Cuando el TDAH ha sido diagnosticado tarde, la psicoterapia será más continuada en el tiempo. Si, por el contrario, se ha diagnosticado de forma temprana normalmente se intervendrá en momentos puntuales donde haya cambios que puedan provocar impacto en el día a día del/a menor.

Es importante que el centro educativo y sus docentes, tengan formación sobre el TDAH, ya que estos niños/as precisan de un buen trato por parte de sus profesores, y que cuenten con los recursos y la formación adecuada sobre el déficit que padecen, así como de la metodología e intervenciones educativas más adecuadas para llevar a cabo. Si no se cuenta con dicha formación, es fácil encontrarse con descalificativos personales que atacan el comportamiento del menor de forma agresiva, dañando aún más su autoestima. Suelen ser niños o niñas, y/o adolescentes, que siempre están recibiendo reprimendas, amonestaciones, partes disciplinarios, etc.

Se realizará un tratamiento cognitivo conductual:

En relación a la parte conductual, se trabajará con los pacientes de forma que se consiga cambiar o mejorar actitudes que están siendo inadecuadas a través de distintas técnicas. En base a lo que hacemos, actuamos teniendo en cuenta los resultados que recibimos, es decir se podrán mejorar las consecuencias que tienen dichas conductas para aprender a hacerlas de mejor forma.

Las técnicas a utilizar se irán eligiendo en base a las necesidades que presente el paciente, viendo que factores están repercutiendo en las conductas que se están realizando de forma inadecuada. Con estas se pretende conseguir la mejora de la atención, obtener un mejor autocontrol del exceso de la conducta motora y la impulsividad, pudiendo así conseguir unas mejores relaciones sociales y un optimo rendimiento en el colegio. Se utilizarán técnicas para disminuir o quitar los comportamientos que no son deseados, reforzadores positivos para conseguir conductas adecuadas, y técnicas combinadas como la economía de fichas, o el contrato de contingencias.

Por otro lado, con respecto a la parte cognitiva, se pondrá el foco en trabajar la parte de los procesos cognitivos y los procesos mentales implicados en el control de la conducta, proporcionándole al paciente ser una persona con mayor autonomía y aumentar su autocontrol. Con dicho tratamiento se quiere conseguir una modificación e identificación de los pensamientos inapropiados, dándole importancia a la repercusión que tienen sobre la conducta y los estados emocionales, para sustituirlos por otros más adecuados. Se utilizarán técnicas de autocontrol, de auto instrucciones, y de resolución de problemas.

Y como hemos visto, por su afectación prefrontal, será fundamental trabajar en estos pacientes las Funciones Ejecutivas:

  • Velocidad de procesamiento
  • Memoria de trabajo (atención)
  • Fluencia verbal
  • Inhibición conductual/control inhibitorio
  • Ejecución dual
  • Flexibilidad cognitiva
  • Planificación
  • Toma de decisiones
  • Paradigmas multitarea

En Psycolab Benalmádena, entrenamos desde hace 10 años este Trastorno del Neurodesarrollo de forma individual y en talleres grupales. Pregúntanos.

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Bibliografía.

Abendaño-Cabaleiro, L. (2012). Acercamiento a la realidad educativa y social que rodea a los niños/as con TDA o TDAH en la Comunidad Foral de Navarra (Bachelor’s thesis).

Arosemena, M. (2021). Intervención cognitiva–conductual en niños con diagnóstico de trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDA/H) que presentan ansiedad. redes1(13), 55-75.

Medina, A. R., & Soler, C. L. (2014). TDAH y Trastornos del Comportamiento en la infancia y la adolescencia. Ediciones Pirámide.

Ana Cañete Ángel. Psicóloga Sanitaria Experta en Infancia, Duelo y Cuidados Paliativos

Nieves López-Brea Serrat Psicóloga Sanitaria Experta en Neuropsicología Clínica Infanto-Juvenil

Duelo tras la muerte de un hijo

DUELO TRAS LA MUERTE DE UN HIJO

Cuando un ser querido fallece es una experiencia dolorosa, que provoca diversas reacciones en las personas, pudiendo cambiar desde una inmensa tristeza, como sentir mucha soledad y desgarro. En los casos de más gravedad puede perdurar años e incluso el resto de la vida.

Se ha estudiado que una de las pérdidas que causan mayor sufrimiento y dolor es la muerte de un hijo/a, pudiendo dejar cicatrices profundas. Ya que el fallecimiento de un hijo/a es algo antinatural, y provoca un cambio del ciclo biológico normal. Dicha perdida repercute en la calidad de vida de las personas, en el sistema de valores en el que convive con relación a sus metas, objetivos y preocupaciones, así como en el contexto cultural. Con frecuencia se corre el riesgo de entrar en una depresión, de la cual es complicado salir sin ayuda.

Se afirma que alrededor del 20% de los padres que pierden a un hijo/a no pueden llegar a superarlo. Aunque la vida continua, la ven desde lejos y sin ninguna motivación, ni ilusiones, como si la vida le fuese algo ajeno e incluso le provoca dolor el seguir vivos. Pierden el interés por las cosas y no disfrutan con nada. Acompañando todo esto de mucha tristeza, cansancio físico y mental e inseguridad, aparecen muchos sentimientos de culpa, alteraciones del sueño, falta de apetito y deseo sexual. Dicha perdida puede llevar a tener efectos negativos con los otros hijos/as y con la pareja. Todo esto nos lleva a episodios depresivos.

Son muchas las personas que tras la muerte de su hijo/a desarrollan un duelo complejo persistente. El cual se presenta cuando tras un año del fallecimiento, la persona padece diversos síntomas como son; dolor, dificultades para aceptar la perdida, ira, aturdimiento, culpa, deseos de muerte, soledad, etc.

Hay varios factores protectores ante la posibilidad de padecer un duelo complejo, entre estos podemos ver la comunicación, la espiritualidad, el autocuidado, la flexibilidad mental, capacidad para encontrar sentido a lo que se hace, capacidad para estar en el presente y la autocompasión.

Cuando se trabaja con personas en duelo, lo principal es conocer que necesidades hay detrás de cada uno, sus asuntos no resueltos y si les queda algo por terminar, y ver cuales están más dañados por la pérdida para poder ayudar y conseguir una mejor calidad de vida.

Cuando hablamos de duelo, nos encontramos con tres tipos:

  • Duelo anticipado; hace referencia a un complicado proceso que se vive cuando se enfrenta a la posibilidad de anticipar el fallecimiento de un ser querido y va formándose una adaptación a lo que va a ocurrir.
  • Duelo normal; cuando se vive un sentimiento de soledad y tristeza, y se llora por el fallecimiento de la persona amada. También puede ocurrir que se viva de forma que la persona se sienta como aislado o indiferente, o con sentimientos de agresividad.
  • Duelo patológico; se da cuando las reacciones ante la perdida son de una intensidad fuerte, duran mucho en el tiempo y hace imposible el que su vida diaria pueda funcionar, teniendo altibajos emocionales. También se da mucho enojo, negatividad para seguir con su propia vida, sentimientos de vacío con respecto a todo. Tienen pérdida de apetito, insomnio, cefaleas, así como diversos síntomas psicológicos, principalmente una inmensa pena y dolor.

También nos encontramos con diferentes etapas del duelo:

  • Negación; se utiliza como mecanismo de defensa ante la incapacidad para asimilar la perdida.
  • Enojo/ira; se comienza a ir asimilando la perdida, pero aparecen sentimientos de enfado e ira hacia el exterior.
  • Negociación; siente mucho resentimiento con Dios o lo que le tenga fe, e intenta hacer promesas para conseguir sentirse mejor o para intentar recuperar a su ser querido.
  • Depresión/tristeza; al no encontrar solución a tanto dolor, los sentimientos de enfado y frustración se convierten en una gran tristeza y desesperanza.
  • Aceptación/reorganización; se va adaptando a su nueva vida, en la cual ya no está su ser querido.

La elaboración de un duelo es un camino largo, y doloroso. Este se termina cuando la persona se ve capaz de recordar a su hijo/a fallecido sintiendo poco dolor, aprendiendo a vivir sin él, dejando de vivir en el pasado y pudiendo así centrarse en el presente poniendo toda su energía en ello. El objetivo no es olvidar al ser querido, si no aprender a vivir con el dolor.

Se ha visto que, para el tratamiento del duelo, una de las técnicas más eficaces es la técnica Gestalt de la “silla vacía”, para poder hablar con la persona fallecida en el presente y expresar lo que se necesite. También hay varias técnicas que resultan de gran utilidad como son; el uso de la escritura, esto le ayudara a resolver los asuntos que hayan quedado pendientes y poder decir todo lo que necesite. La reestructuración cognitiva, ya que los pensamientos influyen en nuestros sentimientos, es muy importante ayudar a poder identificar esos pensamientos y compararlos con la realidad. Estas son algunas de las técnicas que son eficaces para tratar el duelo, así como también la imaginación guiada, el role playing, el libro de los recuerdos, el uso de símbolos, el lenguaje evocador, entre otras.

Bibliografia.

Rosas, A. M. A., & Ayala, M. D. L. C. (2020). Evaluación de una intervención psicoterapeútica con padres en duelo por la muerte de un hijo. Revista Salud y Bienestar social [ISSN: 2448-7767]4(2), 33-50.

Alonso-Llácer, L., Lacomba-Trejo, L., & Pérez-Marín, M. (2021). Duelo complicado por la muerte de un hijo: presentación de un caso. Medicas UIS34(3), 85-92.

Worden, J. W., Aparicio, Á., & Barberán, G. S. (2013). El tratamiento del duelo: asesoramiento psicológico y terapia. Barcelona: Paidós.

Psicóloga Sanitaria Experta en Infancia, Duelo y Cuidados Paliativos

Nieves López-Brea
Neuropsicóloga Clínica Infanto-Juvenil

Duelo perinatal

DUELO PERINATAL

Cuando hacemos referencia al duelo perinatal, hablamos de un duelo complicado y son diversas las características que lo diferencian de los otros tipos de duelo, ya que conforme va avanzando el embarazo, el hijo/a va llenando un lugar dentro de la familia, los padres van formándose una idea de cómo va a ser su hijo/a, como va a ser su vida de ahora en adelante y por lo tanto su futuro. El desarrollo se complica cuando ocurre la perdida, ya que no existe un sujeto definido para el duelo, ni hay experiencias ni recuerdos para poder compartir. El fallecimiento del feto durante el embarazo, en el parto o varios días después del nacimiento se trata de un tema bastante delicado, que esta influido por muchos factores. Cuando hablamos de este tipo de duelo, hablamos de trauma, ya que es un suceso bastante complejo y es algo muy complicado de digerir para el cerebro.

Únicamente las personas que han pasado por este proceso saben lo que se siente ante un duelo perinatal, un sufrimiento que en la mayoría de los casos es ignorado. Diversos autores piensan, en que el duelo perinatal es social y culturalmente invisibilizado.

Cuando se piensa en un duelo de este aspecto, la mayoría de las veces no se entiende el dolor que están sintiendo las familias, ya que no es una muerte por la que pasan todas las personas, como si sucede con la muerte de un padre o una madre. Las personas que lo sufren entienden que no necesitan elaborar el duelo, poniendo en marcha defensas psicológicas que niegan y evitan los aspectos emocionales, como no pensar, no expresar lo que sienten ni su dolor, lo que les lleva también a no sentir dolor directamente bloqueando este que están sintiendo en el momento presente. Tras la perdida, las familias afectadas no se encuentran en condiciones físicas ni mentales para poder retomar su vida de forma rápida, es necesario que cuenten con el espacio necesario para poder procesar sus sentimientos y emociones poco a poco, y si es posible con su círculo social más próximo o con profesionales.

Un duelo que pueda ser llorado, aceptado y expresado sin ser juzgado por la sociedad será entendido como un duelo permitido, pero el que la sociedad no logre entender, que no se sepa como acompañar en este camino doloroso de tristeza, ansiedad, e ira, será visto como un duelo que no está permitido. El entorno le resta importancia a la pérdida, transformando lo que para los progenitores era un bebe, en un ser medio hacer, con poca condición humana y se escuchan frases como “Sois jóvenes aun”, “La naturaleza es sabia”,” Podéis volver a intentarlo”, “¿Todavía estas triste por eso? Ya ha pasado mucho tiempo”, etc. Todos estos comentarios repercuten en los padres de forma negativa, provocando sentimientos de incomprensión, culpa, tristeza, soledad, y exigencia. Es por esto que las personas que han sufrido una perdida perinatal necesitan personas que lo acompañen, que le proporcionen seguridad y confianza para poder expresar todo lo que necesiten y sin que le juzguen.

También es muy recomendable que puedan ver y tomar en brazos a su bebe fallecido facilitándole todo el tiempo que necesiten, y que puedan hablar de lo ocurrido, así como hacer rituales de despedida en base a las creencias de cada familia, para promover los procesos de cierre, ya que con el feto nunca hubo un contacto visual mas allá de lo que vieron en las ecografías, y evitar comentarios sobre lo que es normal y lo que no.

Es importante resaltar, que las diferencias individuales en las personas, el contexto en el que viven, sus creencias previas, si se sienten apoyadas en su decisión o no, cómo perciben el mundo, entre otras muchas, hará que la experiencia de la perdida en si misma sea percibida como algo traumático o más llevadero, ya que no hay una sola forma de vivir un duelo. Se puede asegurar que, si se encuentran en compañía y no juzgados por el personal sanitario que les atienda, así como por su círculo más cercano, esto hará más llevadero el poder integrar esa dura experiencia, lo que será un factor protector frente al duelo.

Cuando hablamos de perdida perinatal, nos encontramos con tres tipos:

  • Aborto espontaneo: se le llama a la finalización natural del embarazo antes de que el feto sea viable. No siempre resulta traumática, pero en muchas ocasiones la perdida suele ir acompañada de un duelo. El aborto es una perdida que no está reconocida social ni sanitariamente. Aquí frecuentemente la madre presenta sentimientos de ineficacia y una sensación de ser inadecuada para poder gestar un bebe.
  • Aborto voluntario: autores como Peppers fueron los primeros en estudiar la respuesta de duelo tras un aborto voluntario, y se encontró que las puntuaciones recogidas eran muy parecidas a las de las mujeres que habían tenido un aborto espontaneo, muerte en el útero, durante el parto o muerte neonatal. Es muy común encontrar aquí mucha conspiración de silencio.
  • Interrupción voluntaria del embarazo por problemas en el feto o amenaza para la salud materna: dicha perdida es producida cuando se le comunica a los padres que el feto viene con algún problema o enfermedad. Las mujeres que toman esta decisión se ven aturdidas por sentimientos de culpa y vergüenza, por haber decidido la muerte de su feto.
  • Reducción selectiva en embarazos múltiples: estos embarazos suelen ser por técnicas de fertilidad, lo que lleva detrás que las parejas tienen un camino de perdidas. Es una decisión amarga de tomar y hay que tomarla con rapidez, los progenitores se enfrentan a la cuestión de “cuantos son demasiados”. La reducción hace que haya mejor resultado del embarazo, que en caso contrario puede provocar discapacidad grave, prematuridad o la muerte de todos. El dolor crece por la soledad, ya que la mayoría lo lleva en secreto para evitar que los juzguen. Son muchas familias las que sufren depresión moderada tras un suceso así.
  • Pérdida por muerte intraúterina, intraparto (mortinato): se da cuando fallece el bebe en estado avanzado del embarazo, ya sea en el parto o intraútero. Este suceso lleva a diversas perdidas que provocan muchos estresores. La principal perdida que se conoce es la del bebe ansiado, pero también se pueden dar las siguientes perdidas colaterales; el rol del padre o madre si es el primero, la inocencia respecto al parto, el derecho a nombrar a ese hijo en algunos lugares, la posibilidad de poder crear recuerdos y haber tenido un contacto, etc.
  • Pérdida del neonato: normalmente cuando el bebe viene con problemas graves se anticipa dicha noticia antes del nacimiento, pero hay otros casos que aparecen de forma inesperada durante el parto, o en las primeras horas o días de vida. Tanto los progenitores como los profesionales se enfrentan ante un duelo anticipatorio, dado el riesgo de muerte del bebe. Surge un debate ante el apego al bebe enfermo y el miedo a que no consiga sobrevivir. La situación los puede llevar a desear que el bebe fallezca y así acabar con el sufrimiento, pero esto llevara a un gran sentimiento de culpa.

En muchos de estos casos, el proceso sucede con dos etapas de un profundo dolor:
El momento en que se comunica que el feto no tiene latido.
El momento en que se inicia la expulsión del feto, a veces mediante un complejo proceso de parto: con dilatación, contracciones uterinas y profeso de salida. Sabiendo, de antemano, que lo que va a nacer es un ser inerte, el dolor de la madre, de los padres, es indescriptible.

Siempre es recomendable el tratamiento del duelo perinatal, la Terapia cognitiva conductual es el marco teórico más eficaz, realizada por psicólogos clínicos o sanitarios.

La terapia consiste en:

  • Facilitar el ritmo de su proceso dando siempre la información que necesiten, escuchando siempre sus deseos y necesidades.
  • Ofrecer soporte emocional.
  • Permitir la elaboración de recuerdos con cosas o fotos que tengan que ver con él bebe, por ejemplo, latidos del corazón, huellas, ecografías, etc.
  • Si hay niños implicados, informar a los padres que es importante que se elabore su duelo respetando su etapa evolutiva.
  • Dar la posibilidad de poder nombrar y dar nombre al bebe.
  • Ofrecer la opción de hacer una carta para él bebe.
  • Facilitar la narrativa de lo que ha ocurrido y como ha sido vivido.
  • Dibujar.
  • Hacer una reorientación sobre las falsas creencias que se puedan tener y que están haciendo más complicado la expresión de los sentimientos.

Hay que saber que la intervención hospitalaria es muy limitada, y que casi siempre solo da tiempo a dar unos primeros auxilios psicológicos, que no quitan el dolor de la perdida, pero si facilitan el principio del proceso de duelo. Es imprescindible que, tras el alta, los progenitores tengan unos cuidados emocionales y físicos que den continuidad a lo realizado durante el ingreso, para poder llevar la experiencia vivida y así poder seguir adelante con su vida.

Si has pasado por este duro momento o tienes alguna consulta puedes preguntarnos aquí:

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Bibliografía

López García de Madinabeitia, A. P. (2011). Duelo perinatal: un secreto dentro de un misterio. Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría31(1), 53-70.

Lorite Martínez, I. (2023). Del silencio al afrontamiento integral. Eficacia de las intervenciones psicológicas en el duelo perinatal: Una revisión sistemática.

Zlotogwiazda, I. (2023). Intervenciones psicológicas en situaciones de duelo perinatal (Doctoral dissertation, Universidad de Belgrano-Facultad de Humanidades-Licenciatura en Psicología).

Petralanda, V. L. y García, J. A. (2007). Guía clínica sobre el duelo (pp. 7-26). Centros de Salud de Basauri-Ariz y Kueto-Sestao de Vizcaya.

Psicóloga Sanitaria Experta en Infancia, Duelo y Cuidados Paliativos

Nieves López-Brea
Neuropsicóloga Clínica Infanto-Juvenil

Fobias específicas

Las fobias especificas forman parte de los denominados trastornos de ansiedad, e implican un miedo intenso y persistente a objetos o situaciones no proporcional al riesgo real, provocando un elevado nivel de ansiedad, llevando a la persona a evitar dichos estímulos o resistirlos soportando un elevado malestar.

Como respuesta a este miedo intenso, se produce la activación del sistema nervioso simpático, dando lugar a taquicardia, palpitaciones, respiración acelerada, presión en el pecho, temblor, tensión muscular, sudoración o malestar intestinal. Además, otros síntomas que se pueden experimentar son dolor en el pecho, sequedad de boca, pensamientos distorsionados, mareos, incluso desmayo. En el caso de los niños, este miedo puede traducirse en lloros, ira y rabietas.

Dentro de los trastornos se considera el trastorno menos grave, pero el más prevalente. Las fobias suelen comenzar en la niñez y adolescencia, manteniéndose si no se trata de manera adecuada, en la edad adulta. Existe una prevalencia mayor en mujeres, alcanzando el pico máximo entre los 25 y 54 años.

Se distinguen los siguientes tipos de fobia específica:
– Animal. Los animales más temidos son las serpientes, arañas, perros, ratas y ratones.
– Ambiente natural. Las situaciones naturales más temidas son las tormentas, el viento, alturas y oscuridad.
– Sangre, inyecciones y daño corporal.
– Situaciones. Entre las situaciones específicas más temidas se encuentran los transportes públicos, túneles, volar en avión, lugares cerrados.
– Otros tipos. Los estímulos que no se engloban en las categorías anteriores, se incluyen aquí, como es el atragantamiento o vómito.

Aunque en algunos casos puede producirse una remisión espontánea de los síntomas, existen tratamientos eficaces para abordar la sintomatología de la fobia específica. El más investigado y contrastado empíricamente es la exposición en vivo a los estímulos temidos. Se ha demostrado su eficacia para la fobia a los animales, alturas, lugares cerrados, volar en avión, inyecciones, tormentas y atragantamiento. Una exposición gradual, progresiva y con resultados exitoso, tiene como resultado una reducción de la actividad de la amígdala y aumento de la actividad del córtex orbitofrontal, implicado en la regulación de emociones y del reaprendizaje estímulo-consecuencia. La exposición en vivo reduce el miedo, las conductas de evitación, las cogniciones amenazantes y la valencia negativa del estímulo fóbico.

Otros tratamientos que también se han encontrado eficaces son el modelado participante, la realidad virtual, terapia cognitiva y la relajación aplicada. Nuestra compañera Alba Ruiz, psicóloga sanitaria, te ayuda a superar tus miedos y fobias en Benalmádena. ¿Tienes alguna duda? Contacta o reserva cita con ella:

Alba Ruiz Gómez, Psicóloga Sanitaria

 

 

 

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Referencias Bibliográficas:

Bados López, A. (2017). Fobias específicas: Naturaleza, evaluación y tratamiento. Universidad de Barcelona.
Bosch, C. G. B., Vindel, A. C., Rodríguez, P. R., Martínez, S. B., & Priede, A. (2021). Tratamientos psicológicos para los trastornos de ansiedad. Manual de tratamientos psicológicos: adultos. pp. 367-391. Pirámide.
Subdirección General de Información Sanitaria. Salud mental en datos: prevalencia de los problemas de salud y consumo de psicofármacos y fármacos relacionados a partir de registros clínicos de atención primaria. BDCAP Series 2. Madrid: Ministerio de Sanidad. 2021.

TOC EN LA INFANCIA Y ADOLESCENCIA

TOC INFANTIL

El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) se caracteriza por la presencia de pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y persistentes (obsesiones) y pueden llevar a comportamientos repetitivos (compulsión) para prevenir o disminuir la ansiedad o malestar que genera la obsesión.

En el TOC, estos síntomas pueden darse de forma conjunta o separados. Estos síntomas interfieren en las actividades del día a día, ya que en la mayoría de las ocasiones requieren mucho tiempo, afectando al trabajo, escuela, relaciones personales…

Los síntomas del TOC tienden a aparecer en la niñez, en torno a los 10 años, o alrededor de los 20 años. Es importante señalar que en los varones suelen tener un comienzo más temprano, por ello, durante las etapas del desarrollo, el TOC es más frecuente en niños. Es llegando a la adolescencia cuando la prevalencia se iguala entre chicos y chicas. En la edad adulta, las mujeres se ven ligeramente más afectadas por este trastorno.

En cuanto a las manifestaciones de la sintomatología del TOC en la niñez, son similares al adulto, aunque si existen diferencias en función de la edad del inicio. El TOC con un inicio temprano se caracteriza por mayor sintomatología, mayor gravedad, más compulsiones sin obsesiones y mayor comorbilidad con otros trastornos. Además, el TOC en la infancia tiene unas características específicas. Presentan más compulsiones que obsesiones, perciben las compulsiones como contrarias a sus necesidades, tienen dificultad para describir los síntomas y esto hace que el tiempo entre la aparición de los primeros síntomas y el diagnóstico sea muy superior al de adultos.

Es importante tener en cuenta que los niños aprenden repitiendo, lo que no significa que padezcan este trastorno. A lo largo del desarrollo, los niños establecen rutinas, juegos para no pisar rayas, coleccionan cromos o llevan a cabo un ritual para una actividad determinada, pero todos ellos son agradables, contribuyen al aprendizaje y no interfieren en su vida. Es en el momento en el que estos rituales comienzan a generar malestar, no son agradables, cuando hay que prestar atención y acudir a un profesional.

En cuanto al tratamiento que puede aplicarse en niños y adolescentes con TOC, es importante tener en cuentas las características individuales de cada sujeto. En el caso de esta población adulta, la terapia combinada de Terapia Cognitivo Conductual (TCC) y tratamiento farmacológico, es la opción más eficaz en la reducción de síntomas obsesivos-compulsivos, pero en la infancia y la adolescencia sólo se recomienda la medicación si los síntomas son muy graves. Si tenemos en cuenta estas dos opciones de tratamiento (TCC y tratamiento farmacológico) de manera aislada, la TCC ha mostrado ser más eficaz que el tratamiento farmacológico, ya que la tasa de recaída en 9 meses es menor.

Dentro de la intervención de TCC, destacar los dos componentes principales. La exposición con prevención de respuesta (EPR) y terapia cognitiva. Con la exposición repetida al estímulo que genera ansiedad, la intensidad va disminuyendo progresivamente. Además, la terapia cognitiva tiene como objetivo modificar aquellos pensamientos disfuncionales que pueden estar provocando malestar. En el caso del TOC infanto-juvenil, es importante tener en cuenta el papel de la familia, e incluirlos en la terapia, ya que van a ser los coterapeutas que van a ayudar a supervisar el proceso.

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Contacto

Alba Ruiz
Psicóloga Sanitaria

Nieves López-Brea Serrat, experta en Neuropsicología y Neuroeducación

 

 

 

 

 

 

 

REFERENCIAS:

American Psychiatric Association (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (DSM-5®), American Psychiatric Association Publishing.

Arroyo López, N., Bobabilla González, I., Bravo Sánchez, M., García Delgar, B., Jiménez Cabré, G., y Úbeda Gómez, J. (s.f.). Guía de Tratamiento del Trastorno Obsesivo-Compulsivo en niños y adolescentes.

Organización Mundial de la Salud (2004). Clasificación Internacional de Enfermedades, 10ª Revisión, Segunda Edición (CIE-10), OMS Ginebra.

Ulloa Flores, R.E., Palacios Cruz, L., y Sauer Vera, T.R. (2011). Trastorno obsesivo-compulsivo en niños y adolescentes: una revisión del tratamiento. Salud Mental, 34(5)

Insomnio infanto-juvenil y conductas disruptivas

INFLUENCIA DEL INSOMNIO INFANTIL Y ADOLESCENTE EN EL AUMENTO DE LAS CONDUCTAS DISRUPTIVAS:

¿Cómo influye el insomnio a nuestras vidas?

Es una realidad que el insomnio, también conocido como trastorno del sueño, es el más frecuente en la comunidad y también es una de las causas por la que la población suele visitar las Unidades de Sueño.

Normalmente, el insomnio es más perjudicial en el sexo femenino, pero cada vez se dan más casos en los que también afecta a hombres y niños y niñas en la edad infantil y sobre todo en la adolescencia.

Según la clasificación internacional de los trastornos de sueño (ICTS-3), publicada en 2014, el insomnio se define como una dificultad persistente en el inicio del sueño, su duración, consolidación o calidad que ocurre a pesar de la existencia de adecuadas circunstancias y oportunidad para el mismo y que se acompaña de un nivel significativo de malestar o deterioro de las áreas social, laboral, educativa, académica, conductual o en otras áreas importantes del funcionamiento humano.

La clasificación de enfermedades de la OMS, en su décima revisión (CIE-10), requiere para el diagnóstico de insomnio que la dificultad para iniciar o mantener el sueño, o no tener un sueño reparador, dure al menos un mes y que, además, se acompañe de fatiga diurna, sensación de malestar personal significativo y deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad personal

Insomnio infantil: la Academia Americana de Medicina del Sueño en su segunda edición (ICSD-2) lo define como: «Dificultad mantenida, a pesar de la oportunidad de dormir y en función de la edad, para iniciar o mantener el sueño o su calidad que provoca alteraciones funcionales en el niño y/o familia»

El principal síntoma del insomnio en adolescentes es que el sueño no es reparador, aunque se duerma un número de horas adecuado, provocando somnolencia y cansancio diurno debido, entre otras causas, al retraso a la hora de acostarse y a la falta de conciliación de un sueño profundo.

Es una realidad que, cuando no dormimos lo suficiente, podemos sentirnos cansado o incluso que nuestro rendimiento no es el adecuado, haciendo hincapié en la capacidad de pensar con franqueza, en la forma de reaccionar con rapidez y en la forma de construir recuerdos.

Los adultos (si eres mujer incluso un poco más), necesitamos una media de siete horas de sueño reparador en un horario análogo, es decir, para obtener un sueño reparador y de calidad, deberíamos dormir siempre a la misma hora para así habituar al cuerpo y hacer una rutina de descanso.

En el caso de los adolescentes, es recomendable que el tiempo de sueño oscile entre nueve y diez horas y en niños de 6 a 13 años, se sugiere que duerman una media de diez a once horas.

A lo largo de este post hemos podido hablar del número de horas adecuado que debe dormir una persona dependiendo de su edad pero, ¿Cómo afecta el no dormir adecuadamente o que se necesiten más horas para descansar?

En casos graves puede existir la disminución del apetito, problemas de crecimiento e incluso trastornos de conducta como pueden ser la irritabilidad, hiperactividad e incluso la agresividad. Si nos centramos en la escuela, también puede derivar en ella con trastornos en el rendimiento escolar ya que los alumnos están más adormecidos e irritables por haber pasado una “mala noche” o no haber dormido lo suficiente, por el simple hecho de haberse quedado viendo la televisión o incluso jugando a algún videojuego. Esto suele suceder porque normalmente los niños y niñas no tienen un horario establecido para irse a dormir por las noches, por lo que, esto desencadena a que los discentes cuando llegan a la escuela se encuentren con mucho sueño, sobre todo las primeras horas de clase, lo que les conlleva a la falta de concentración.

Un estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona y la Universiada de Ramón Llull, han demostrado que los niños y niñas de entre seis y siete años que no duermen las horas necesarias y tienen hábitos de sueño incorrectos, obtienen peores resultados académicos.

Un sueño adecuado desempeña un papel crítico en el desarrollo precoz del cerebro, en el aprendizaje y en la consolidación de la memoria, y, por otro lado, los trastornos del sueño se relacionan en forma directa con problemas conductuales y pobre regulación emocional (Journal Psyc Res 54 (2003) 587-597).

Es un hecho que durante todo el día nos exigimos mucho en cuanto al trabajo, familia, recados… Sin pensar en que también deberíamos dedicarle tiempo ha estar relajados, ya que lo que primero suprimimos es el sueño. Sin embargo, no le damos la importancia que tiene el descansar ya que la falta de sueño afecta a la salud física como a la mental.

Debemos encontrar tiempo para relajarnos para sentirnos completos a nivel mental, social, familiar y físico.

Por Nieves López-Brea Serrat, Neuropsicóloga Infanto-Juvenil y Paula Díaz CerdánMaestra de Educación Infantil, Máster de Principales Problemas de Conducta en Centros Educativos.

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REFERENCIAS:

American Academy of Sleep Medicine. International classification of sleep disorders. 3.ª ed. Darien (IL): American Academy of Sleep Medicine 2014

Inicio – SES Sociedad Española de Sueño (no date). Available at: https://ses.org.es/wp-content/uploads/2016/12/guia-de-insomnio-2016.pdf (Accessed: March 3, 2023).

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Falta de sueño y problemas de Conducta (2012) Consumer. Available at: https://www.consumer.es/salud/falta-de-sueno-y-problemas-de-conducta.html (Accessed: March 17, 2023).

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Pin Arboledas, G. et al. (2017) Insomnio en niños Y Adolescentes. Documento de Consenso, Anales de Pediatría. Elsevier. Available at: https://analesdepediatria.org/es-insomnio-ninos-adolescentes-documento-consenso-articulo-S1695403316302090 (Accessed: March 3, 2023).

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Manises, S. (2022) Insomnio en adolescentes, ¿Por qué pueden aparecer los trastornos del sueño y cómo evitarlos?, Hospital Manises. Hospital Manises. Available at: https://www.hospitalmanises.es/blog/insomnio-adolescentes/ (Accessed: March 3, 2023).

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Trastornos del sueño y su influencia en la conducta (2006) Medwave. Available at: https://www.medwave.cl/puestadia/cursos/3361.html#:~:text=Un%20sue%C3%B1o%20adecuado%20desempe%C3%B1a%20un,2003)%20587%2D597). (Accessed: March 17, 2023).

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Ramón Cladellas, Andrés Chamarro, María del Mar Badia, Ursula Oberst y Xavier Carbonell. “Efectos de las horas y los hábitos de sueño en el rendimiento académico de niños de 6 y 7 años: un estudio preliminar”, Cultura y Educación 23(1):119-128, 2011.

Depresión Perinatal y Depresión Postparto

DEPRESIÓN PERINATAL

 

¿Que ocurre en nuestro cerebro durante la depresión perinatal?

Según a The American Congress of Obstetricians and Gynecologists (ACOG), entre 14-23% de mujeres lidiarán con algunos de los síntomas típicos de la depresión. Quedando descartado desde el inicio que estas mujeres puedan tener parte de culpa con la aparición de la depresión perinatal, pues no se trata de algo que hayan hecho o dejado de hacer y no hay una causa única para su aparición; más bien, las investigaciones sugieren que es el resultado de una combinación de factores genéticos y ambientales, centrándose en discernir de cuales se tratan y cómo la combinación de estos afecta durante el periodo perinatal.

Entre estos factores ambientales, el propio estrés de la vida y los factores que favorecerían la aparición de la depresión (por ejemplo, las complicaciones durante el embarazo, haber sufrido experiencias traumáticas anteriores o los conflictos graves de pareja, señalado este como el más ligado a su aparición en un estudio de Urquia M.L, Pulver A., Heaman M.I. y otros), las exigencias físicas y emocionales de tener hijos y de cuidar a un nuevo bebé, y los cambios hormonales que tienen lugar alrededor del embarazo pueden contribuir a la depresión perinatal. Indicando un mayor riesgo si existen antecedentes familiares de depresión, trastorno bipolar o depresión perinatal anterior.

¿Cómo afecta el embarazo al cerebro?

            El embarazo es comúnmente conocido por afectar al sistema endocrino y las hormonas, pero también altera fisiológicamente el cerebro de la futura madre. La materia gris baja su volumen en numerosas estructuras cerebrales que reducen su actividad y no regresan a su tamaño previo hasta meses más tarde. Una de las regiones más estudiadas es el hipocampo, estructura muy ligada al aprendizaje y la memoria y que personas con depresión de cualquier tipo suele encontrarse con menor tamaño respecto a otras adultas sanas. Su funcionalidad general se ve reducida, relacionándose con problemas del estado de ánimo, y con su plasticidad, no pudiendo adaptarse correctamente a las nuevas exigencias que las células nerviosas plantean. Esto podría deberse a la neurotrofina BDNF (Factor neurotrófico derivado del cerebro) encargada del buen funcionamiento y la migración neuronal, se ve reducida por el alto nivel de corticosterona derivada del estrés del embarazo, provocando la atrofia del hipocampo.

            La amígdala, comúnmente encargada de las emociones intensas, durante la depresión común se encuentra hipersensibilizada a los estímulos de valor emocional y especialmente receptiva hacia los de valencia negativa; pero se encuentra hipoactiva durante la depresión perinatal y con un menor volumen de materia gris. Estas dos áreas junto al tálamo dorsomedialestán muy ligadas a la depresión, y todas ven su actividad y volúmenes alterados durante el embarazo alterando los patrones típicos de actividad cerebral.

MONOAMINAS Y POSTPARTO

Habiéndose constatado que las anormalidades durante la depresión en el funcionamiento del eje hipotalámico – pituitario – adrenal producen cierta desactivación y falta de feedback, existe una teoría de gran aceptación que profundiza sobre el efecto en la depresión de las monoaminas, específicamente sobre la deficiencia  o bloqueo de neurotransmisores como norepinefrina y serotonina, principalmente, pero también de dopamina y melatonina.

La acción de estas influiría en la aceleración o freno en la liberación posterior de estas mismas y la dopamina en otras regiones cerebrales como el tálamo, la amígdala o inhibiendo el funcionamiento de circuitos de recompensa como el núcleo accumbens, provocando así la sintomatología característica de la depresión y afectando a zonas como la corteza prefrontal.

Recientes estudios han relacionado los cambios de humor post natal con una alta presencia de la enzima MAO-A(Monoamino oxidasa A). Normalmente, esta enzima es la encargada de metabolizar monoaminas estrechamente relacionadas con la depresión, como son la serotonina y norepinefrina entre otras, evitando un exceso. Un estudio de 2006 encontró alta concentración de esta enzima en estructuras cerebrales como la corteza prefrontal, cingulada anterior y posterior, caudado, putamen, tálamo, corteza temporal anterior, mesencéfalo, hipocampo y parahipocampo.

Para su DETECCIÓN se emplea la Escala de Depresion Perinatal de Edimburgo, inicialmente dedicada a evaluar exclusivamente la depresión postparto pero en la actualidad se utiliza también durante el embarazo ofreciendo mejores resultados que pruebas típicas como el Inventario sobre la Depresión de Beck (BDI) incluye preguntas sobre síntomas físicos que podrían estar incluidos entre los síntomas comunes del embarazo, generando confusión. Su TRATAMIENTO a menudo incluye psicoterapia como método principal de tratamiento, medicamentos o una combinación de ambos.

¿Estás embarazada? ¿Acabas de tener un bebé? ¿Cómo te encuentras?

BIBLIOGRAFIA

– Meyer JH, Ginovart N, Boovariwala A, et al. Niveles elevados de monoamina oxidasa A en el cerebro : una explicación para el desequilibrio de monoamina de la depresión mayor . Psiquiatría Arch Gen. 2006;63(11):1209–1216. doi:10.1001/archpsyc.63.11.1209.

– Pandya M, Altinay M, Malone DA Jr, Anand A. Where in the brain is depression? Curr Psychiatry Rep. 2012 Dec;14(6):634-42. doi: 10.1007/s11920-012-0322-7. PMID: 23055003; PMCID: PMC3619732.

– https://psicologiaymente.com/neurociencias/factor-neurotrofico-derivado-cerebro-bdnf

– Urquia ML, Pulver A, Heaman MI, Ray JG, Daoud N, O’Campo P.  Partner Disengagement from Pregnancy and Adverse Maternal and Infant Outcomes.  J Womens Health (Larchmt). 2016 Nov 18

– https://www.agenciasinc.es/Noticias/La-depresion-posparto-no-es-como-las-demas basado en el artículo:

– Jodi L.Pawluski, JosephS.Lonstein y Alison S.Fleming. “The Neurobiology of Postpartum Anxiety and Depression”. Trends in neurosciences, 24 enero 2017

Diego Fernández Perrin
Psicólogo

Nieves López-Brea Serrat
Psicóloga Sanitaria y Neuropsicóloga

¿Necesitas logopedia? Sí, y a cualquier edad.

¿Qué es la logopedia?

La logopedia (del gr. logos, palabra y pedia, educación) es la profesión sanitaria especializada en alteraciones del lenguaje, habla, voz y deglución según la Asociación Española de Logopedia, Foniatría y Audiología.

Popularmente se conoce la logopedia como la profesión que se dedica a mejorar la pronunciación en el ámbito infantil. Pero ¿es realmente ese su campo? Definitivamente sí, ese y muchos más.

Comencemos a sumergirnos en el maravilloso mundo de la Logopedia.

Desde la gestación del bebé se puede saber si llega al mundo con algún trastorno del neurodesarrollo (parálisis cerebral, Síndrome de Down) o malformaciones congénitas, y es cuando la labor del logopeda comienza con la prevención y asesoramiento a la familia.

 

 

 

 

En la etapa neonatal e infanto-juvenil se da el desarrollo cerebral y el crecimiento que puede venir acompañado de alteraciones y trastornos del lenguaje, habla, voz y deglución. La logopedia se encarga de prevenir, evaluar, intervenir y realizar seguimiento de los siguientes:

  • Trastornos de los Sonidos del Habla (TSH)
  • Trastorno Generalizado del Lenguaje (TDL, antes: TEL)
  • Apraxia del Habla Infantil (AHI)
  • Trastornos de la Lectoescritura (dislexia, discalculia, disortografía)
  • Disartria
  • Disfagia
  • Trastornos de la fluencia
  • Disfunciones orofaciales (deglución atípica, hipo/hipertonía orofacial)
  • Disfonías
  • Mutismo selectivo
  • Disglosias (labio leporino, frenillo labial y lingual, paladar hendido)

Y de las alteraciones del lenguaje, habla, deglución y voz presentes en los siguientes trastornos del neurodesarrollo:

  • Trastornos por déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)
  • Trastorno del Espectro Autista (TEA)
  • Parálisis cerebral
  • Síndrome de Down (entre otros síndromes)
  • Discapacidad Intelectual

 

 

 

 

 

Si nos enfocamos en la edad adulta, la logopedia aborda las alteraciones originadas por ictus, enfermedad neurodegenerativa, cirugías del sistema nervioso central, tratamientos de cáncer de cabeza y cuello que pueden derivar en:

  • Afasia
  • Disfagia
  • Disartria
  • Parálisis facial
  • Apraxia
  • Trastornos de la producción y la comprensión del lenguaje
  • Trastornos de la lectoescritura
  • Pérdida progresiva del lenguaje oral y escrito
  • Alteraciones del sistema estomatognático

¿Logopedia en la edad avanzada sin patología? ¡También!

La logopedia en el envejecimiento se dirige a la intervención de alteraciones del lenguaje, de la deglución (presbifagia) y de la voz (presbifonía) originadas por los cambios anatomofuncionales de la edad.