Microbiota y depresión

MICROBIOTA Y DEPRESIÓN

Según la OMS (2023), la depresión es uno de los trastornos mentales más comunes, estimando que 1 de cada 6 españoles les afectará en algún momento de su vida. La sintomatología representa un cambio en el funcionamiento previo (estado ánimo deprimido, diminución interés o placer en actividades diarias, pérdida o aumento de peso, insomnio o hipersomnia, agitación o retraso psicomotor, sentimiento de culpa y disminución de la capacidad de concentración y toma de decisiones), durante al menos dos semanas. En los últimos años, las investigaciones que relacionan la sintomatología depresiva y la microbiota intestinal han plasmado la influencia de ésta en la presencia de los síntomas de este trastorno.

La microbiota intestinal es el conjunto de microorganismos que residen en nuestro cuerpo (bacterias, hongos, arqueras, virus y parásitos).

En los últimos años, se evidencia la comunicación bidireccional entre el tracto gastrointestinal y el sistema nervioso central (SNC), a través del denominado eje intestino-cerebro. Principalmente se da la comunicación entre (Kransel et al., 2024):

  • Nervio vago: las fibras aferentes del nervio vago, transmiten señales de la microbiota intestinal al cerebro, influyendo en la aparición de sintomatología depresiva. Su estimulación tiene un efecto antiinflamatorio y ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de la depresión.
  • Sistema circulatorio: la presencia de estrés promueve un estado de dibiosis intestinal, y a nivel del SNC se asocia a peor control del estrés, presentando una mayor tendencia a estados depresivos.
  • Sistema inmune: su activación viene determinada por microorganismos patógenos, empeorando la sintomatología depresiva.

Numerosos estudios, describen la existencia de una alteración en la composición de la microbiota intestinal en pacientes son síntomas depresivos. Se ha demostrado que la presencia de ciertas bacterias en el tracto intestinal, están involucradas en la síntesis de neurotransmisores del SNC. La composición de la microbiota, interviene en la regulación del sistema inmune, la respuesta inflamatoria y los niveles de ciertos neurotransmisores implicados en la depresión.

La relación entre la microbiota intestinal y la depresión se ha estudiado ya que se conocen los vínculos entre la inflamación, la liberación de hormonas y la presencia de síntomas depresivos (Peirce y Alviña, 2019). Los cambios en la composición de la microbiota podrían desempeñar un papel en el desarrollo y la exacerbación de trastornos del estado de ánimo, como la depresión (Keller et al., 2017)

Es importante destacar que tanto la microbiota intestinal como la depresión están influenciadas por factores externos. La dieta, el estilo de vida y el estrés son elementos ambientales que pueden modular tanto la composición de la microbiota como el estado de ánimo de una persona (Lucas, 2018). Al igual que la presencia de un estrés a largo plazo puede afectar de forma negativa tanto al eje hipotálamo-hipófisis-adrenal como a la microbiota intestinal, lo que favorece y contribuye al desarrollo y mantenimiento de la sintomatología depresiva (Kelly et al, 2016).

Por todo ello, el abordaje de la depresión debe ser multidisciplinar. Un aspecto esencial es mantener un estilo de vida saludable, en el que se tenga en cuenta tanto el ejercicio físico como la alimentación, ya que como hemos conocido contribuyen a la mejora de la salud mental, y, por consiguiente, menor sintomatología depresiva.

Numerosos estudios indican la influencia positiva del tratamiento probiótico en la depresión, ya que reduce los marcadores inflamatorios y condiciona los niveles en diversas áreas encefálicas, modulando los niveles de neurotransmisores implicados en este trastorno. Además, mejora la calidad del sueño, memoria, fatiga y rendimiento cognitivo, síntomas del cuadro depresivo.

Los días 17, 18, 24 y 25 de enero de 2025, tendrás la oportunidad de consultar a nuestros especialistas tus dudas sobre cómo afecta tu microbiota a tu salud mental o al neurodesarrollo de tu bebé.

Recuerda que durante la exposición, nuestros especialistas no ofrecerán formaciones regladas, sino que estarán en las instalaciones para que te dirijas a ellos cuando quieras.

Más adelante publicaremos fechas en las que sí realizaremos una Jornada de Formación sobre Microbiota y Psicobioma más reglada.

Consulta horarios de la exposición y la asistencia de nuestros especialistas AQUÍ.

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REFERENCIAS:

Keller, J., Gomez, R., Williams, G., Lembke, A., Lazzeroni, L., Murphy, G. M., & Schatzberg, A. F. (2017). HPA axis in major depression: Cortisol, clinical symptomatology and genetic variation predict cognition. Molecular Psychiatry, 22(4), 527-536. https://doi.org/10.1038/mp.2016.120

Kelly, J. R., Borre, Y., Aidy, S. E., Deane, J., Patterson, E., Kennedy, P. J., Beers, S., Scott, K., Moloney, G., Scott, L., Ross, P., Stanton, C., Clarke, G., Cryan, J. F., & Dinan, T. G. (2016). P.4.001 Transferring the blues: Depression-associated gut microbiota induces neurobehavioural changes in the rat. European Neuropsychopharmacology, 26, S85-S86

Kransel            MSS,    Jaramillo         Zafra   JJ,        Osorio Diago   I,          Becerra           Hernández      LV.        Depresión,      ansiedad         y            microbiota      intestinal:        mecanismos   neurobiológicos.        Acta    Neurol Colomb.          2024;40(3):e1341.                  https://doi.org/10.22379/anc.v40i3.1341

Lucas, G. (2018). Gut thinking: The gut microbiome and mental health beyond the head. Microbial Ecology in Health and Disease, 29(2), 1548250. https://doi.org/10.1080/16512235.2018.1548250

Peirce, J. M., & Alviña, K. (2019). The role of inflammation and the gut microbiome in depression and anxiety. Journal of neuroscience research, 97(10), 1223-1241.

Alba Ruiz Gómez
Psicóloga Sanitaria

SIBO: Sobrecrecimiento bacteriano en el Intestino Delgado

SIBO: Sobrecrecimiento Bacteriano en el Intestino Delgado

Los trastornos de la interacción digestivo-cerebro, recientemente conocidos como trastornos funcionales intestinales están presentes en el 30% de la población española. Alguno como el síndrome de distensión abdominal es mucho más frecuente en las mujeres que en los hombres.

Cuando comer duele…

Cuando hablamos de SIBO, hacemos referencia a un sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado de origen oral o colonico. Es decir, hacemos referencia a una afección gastrointestinal que está caracterizada por una gran cantidad de bacterias. Una disbiosis que lleva a que haya una colonización bacteriana en el intestino delgado, pero que pertenecen al intestino grueso. Debido a esto van creciendo en el lugar erróneo, y produce un aumento de endotoxinas y compuestos bacterianos que provocan inflamación crónica de la mucosa intestinal. Dicha patología lleva a tener una gran variedad de síntomas como son:

  • Gases.
  • Diarrea y/o estreñimiento.
  • Inflamación abdominal.
  • Malestar.
  • Dolores articulares.
  • Sensación de sentirse demasiado lleno tras cualquier comida.
  • Dolor abdominal.
  • Perdida/ganancia de peso.
  • Caída del cabello, debilidad en las uñas, sequedad en la piel…
  • También puede dar lugar a intolerancia a la lactosa, fructosa/sorbitol, a una malabsorción de los alimentos y proteínas, déficits de diversas vitaminas como la B12, el zinc, el magnesio que son importantes para una buena salud del cerebro y una estabilidad emocional.

Para su diagnóstico se realiza un test de hidrogeno y metano, es decir un test de aliento con un sustrato de lactulosa o lactitol. Debido a la gran demanda y la disponibilidad de esta prueba, ha habido un sobrediagnóstico. Al simplificar la disbiosis y la influencia que han tenido las redes sociales, ha surgido confusión en los pacientes y los médicos. Son muchos los profesionales que relacionan la hinchazón abdominal propias de los trastornos funcionales con un test de aire espirado, cuya positividad depende de los niveles de hidrogeno y metano que se presenten en el aire expirado. Todo esto ha llevado a que sociedades científicas realicen publicaciones con recomendaciones sobre a quién y cómo diagnosticar SIBO.

En muchas ocasiones la solicitud del paciente de que se le realice este test, deriva de la desesperación que se tiene al tener tantos síntomas con tanto malestar que limita tu día a día, y no darles una explicación a sus síntomas ni una solución, así como estar repercutiendo en la salud mental de estos pacientes. Se hace indispensable mayor investigación sobre microbiota y psicobioma (los microorganismos precursores de la regulación emocional)

En el proceso por el que una enfermedad pasa y se desarrolla, y la interrelación con el sistema nervioso influyen muchos factores como la dieta, la respuesta inmunológica, el estado de ánimo, la microbiota, la mucosa intestinal. Desde un punto de vista médico no son considerados trastornos graves, pero sí que limitan la vida de las personas y afectan a su calidad de vida. Son síntomas parecidos a otras enfermedades como la enfermedad inflamatoria intestinal, la celiaquía, o el cáncer de colon. Los pacientes con SIBO suelen tener antecedentes de enfermedades, pérdidas o ganancias de peso, diarrea, así como ansiedad y depresión, que es totalmente normal debido a la intensidad de los síntomas, la ausencia de una explicación sobre lo que se padece a pesar de haber pasado por varios especialistas, y la nula solución a los síntomas aun poniendo medicación.

Se ha visto que hay una gran correlación en pacientes diagnosticados de SIBO y el estado de la salud mental, a parte de los síntomas mencionados anteriormente, se ha destacado también su relación con otras enfermedades y trastornos, incluyendo los de la salud mental. Es por esto, que se apoya el padecimiento de un trastorno llamado eje intestino-cerebro, el cual es un sistema bidireccional que tiene una comunicación entre el tracto gastrointestinal y el cerebro, el sistema inmunológico y el sistema endocrino, y es a través de dicho eje donde los problemas como el SIBO pueden repercutir en la salud mental. Dicho padecimiento genera mucha inflamación en el cuerpo, a consecuencia de las bacterias y toxinas que producen gases e inflamación, es así como dicha inflamación afecta al cerebro y se relaciona con síntomas como la fatiga mental, la ansiedad y la depresión. Se ha estudiado mucho como las bacterias del intestino participan en la fusión de neurotransmisores como la dopamina, la serotonina y GABA, que son piezas clave para regular el bienestar emocional (psicobioma o psicobiota).

Esta gran conexión que hay entre SIBO y la salud mental, nos lleva a que sea prioridad tener un enfoque integrativo del tratamiento. Sabemos ya que haber sufrido abusos de cualquier tipo en la infancia, altera la microbiota y afecta al psicobioma.

Debido al carácter multifactorial que tiene esta enfermedad, se han desarrollado diferentes tratamientos, el que ha resultado más eficaz ha sido la Terapia Cognitivo Conductual. Primeramente, se realiza una psicoeducación sobre cómo actúan las emociones, la acción que ejercen, sobre todo el estrés y como su respuesta estaría relacionada con el SIBO. Luego se realizaría una creación de conocimiento sobre las conductas, pensamientos y emociones que el paciente este teniendo ante los síntomas que va presentando cada día. Y, por último, se haría una modificación de las respuestas para poder reducir el malestar que produce este padecimiento y disminuir las respuestas de estrés que se están produciendo.

Se ha visto la eficacia de diversas herramientas como son: tablas que monitorean los síntomas, ejercicios de relajación, lectura que le ayude a entender la enfermedad y como puede repercutir en su salud mental, ejercicios de relajación, prevención en crisis o recaídas, entrenamiento en el manejo del malestar de los síntomas físicos y psicológicos, así como en caso de tener que seguir una dieta estricta con el tratamiento, darle una guía para que pueda llevar de la mejor forma posible esas restricciones y que no se vea afectada su vida social.

En enero, Psycolab Benalmádena te trae la exposición EXCRETA, del CSIC, para acercarte a un mundo que hasta ahora se consideraba tabú, y sus especialistas de la Medicina, Psiquiatría, Neuropsiquiatría, Psicología, Neuropsicología y Psicopedagogía, nos ofrecerán charlas y resolverán tus dudas.

Los días 17, 18, 24 y 25 de enero de 2025, tendrás la oportunidad de consultar a nuestros especialistas tus dudas sobre cómo afecta tu microbiota a tu salud mental.

Recuerda que durante la exposición, nuestros especialistas no ofrecerán formaciones regladas, sino que estarán en las instalaciones para que te dirijas a ellos cuando quieras.

Más adelante publicaremos fechas en las que sí realizaremos una Jornada de Formación sobre Microbiota y Psicobioma más reglada.

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Bibliografía

Rozas de Cos, M. (2024). Sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado en adultos: revisión bibliográfica.

Orea Haro, BG (2021). Dime qué comes y te diré qué bacterias tienes / Dime qué comes y te diré qué bacterias tienes. Pingüino Random House Grupo Editorial.

Barroso García, M. (2024). Intensidad de síntomas, ansiedad y depresión en pacientes a los que se solicita pruebas de malabsorción de azúcares y de SIBO.

Murillo, A. (2022). Abordaje psicológico como parte del tratamiento del Síndrome del Intestino Irritable (SII): Una revisión bibliográfica. PsicoInnova6(1), 8-25.

García, L. S., Pérez, A. H., Sánchez, I. M., Vega, M. L., Moreno, N. F., & Aisa, Á. P. (2024). Profile of patients diagnosed with hydrogen-producing intestinal bacterial overgrowth and intestinal methanogenic overgrowth in a second level hospital. Revista Andaluza De Patología Digestiva, 47(4), 144–151. https://doi.org/10.37352/2024474.1

DE LA MICOTERAPIA, C. D. É. CASOS CLÍNICOS EN SIBO

Ana Cañete Ángel Psicóloga Sanitaria Experta en Infancia, Duelo y Cuidados Paliativos

Nieves López-Brea Serrat
Psicóloga Sanitaria
Experta en Neuropsicología Clínica Infanto-Juvenil

TDAH subtipo combinado: Déficit de Atención con Hiperactividad e Impulsividad

TDAH – Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad e Impulsividad

Cuando hablamos del TDAH, hacemos referencia a uno de los Trastornos del Neurodesarrollo que más se presentan en la población infantil, y es caracterizado por un comportamiento continuo de inatención, o hiperactividad e impulsividad o ambos.  Es un trastorno diverso, presentan diferentes perfiles de síntomas principales, así como de trastornos que puedan estar asociados, historia familiar, respuestas al tratamiento y curso de evolución. Dicho trastorno tiene una gran repercusión en el desarrollo y la vida de la persona que lo padece, así como en su entorno.

Es considerado un trastorno de origen neurobiológico con una alta carga genética (75%), dando inicio en la edad infantil, perjudicando entre 3-7% de niños en el colegio.

Según diversos estudios de neuroimagen, las áreas cerebrales afectadas son:

  • La corteza prefrontal: encargada de la función ejecutiva como planificar acciones, iniciarlas, darse cuenta de los errores y corregirlos, evitar distracciones por estímulos irrelevantes, ser flexible si las circunstancias cambian…
  • El cuerpo calloso: sirve de comunicación entre los dos hemisferios cerebrales, para asegurar un trabajo conjunto y complementario.
  • Los ganglios basales: implicados en el control de los impulsos al coordinar o filtrar la información que llega de otras regiones del cerebro e inhibir las respuestas automáticas.
  • El cíngulo anterior: se encarga de la gestión afectiva y del manejo de las emociones.

También afecta a la neurotransmisión, se dan problemas en los circuitos reguladores que comunican dos zonas cerebrales, el córtex prefrontal y los ganglios basales. Estas áreas se comunican a través de la dopamina y la noradrenalina. Al tener una liberación deficitaria de estos neurotransmisores y un alto nivel de recaptación de las mismas, se altera la neurotransmisión, afectando a la atención, el estado de alerta, la memoria de trabajo y el control ejecutivo. La disminución del metabolismo sináptico de los neurotransmisores produce las siguientes consecuencias:

  • Disminuye la atención
  • Disminuye la capacidad de iniciar y continuar actividades
  • Dificulta la memoria de trabajo (o memoria a corto plazo)
  • Dificulta la capacidad para bloquear respuestas inadecuadas
  • Dificulta la planificación de actividades complejas
  • Dificulta la organización
  • Incrementa la actividad física
  • Incrementa la impulsividad

* Instituto Nacional de Neurociencias, Neuropsicología y Neuro-rehabilitación.

El TDAH de tipo combinado, se caracteriza por síntomas de hiperactividad/impulsividad y falta de atención. La inatención se hace más evidente en la etapa escolar, que es donde hay más demanda de una actividad cognitiva más complicada, y continua en las siguientes etapas por las que va pasando el menor. A medida que va creciendo, normalmente suele ir disminuyendo la hiperactividad, permaneciendo la inatención e impulsividad.

Síntomas del TDAH subtipo combinado:

  • Síntomas de inatención:
    •  A menudo parece que no están escuchando cuando se les habla.
    • Cometen errores en las tareas que tienen que realizar, debido a la distracción que presentan.
    • Presentan dificultad para conseguir mantener la atención en las tareas, o en actividades dinámicas que estén realizando.
    • Les es complicado la organización de tareas.
    • Normalmente no siguen las normas, y no hacen entrega de las tareas.
    • Se enfadan cuando la tarea a realizar requiere de un esfuerzo mental sostenido.
    • Habitualmente pierden cosas, como juguetes, y material escolar necesario para la realización de tareas.
  • Síntomas de hiperactividad:
    • Constantemente mueven mucho las manos o los pies, o no paran de moverse en el asiento.
    • Saltan o se mueven en exceso en situaciones en las que no es correcto hacerlo.
    • A menudo en clase abandonan su asiento sin tener que hacerlo.
    • Les es complicado realizar de manera calmada y tranquila actividades de juego.
    • Hablan en exceso.
    • Actúan como si tuviesen un motor, o como si estuviesen siempre en marcha.
  • Síntomas de impulsividad:
    • Presentan dificultades para guardar el turno.
    • A menudo responden con anticipación antes de haber sido finalizada la pregunta.
    • Interrumpen o se meten en conversaciones o juegos de otros.

Tras la evaluación neuropsicológica, el diagnóstico debe ser confirmado por un pediatra o neuropediatra, que a su vez, valorará la necesidad de tratamiento farmacológico, del que hablaremos en otro post.

Es primordial resaltar el apoyo y la coordinación con el colegio y la familia. Se debe entrenar en psicoeducación tanto a la familia como al infante, siguiendo un programa de técnicas cognitivo-conductuales. Cuando el TDAH ha sido diagnosticado tarde, la psicoterapia será más continuada en el tiempo. Si, por el contrario, se ha diagnosticado de forma temprana normalmente se intervendrá en momentos puntuales donde haya cambios que puedan provocar impacto en el día a día del/a menor.

Es importante que el centro educativo y sus docentes, tengan formación sobre el TDAH, ya que estos niños/as precisan de un buen trato por parte de sus profesores, y que cuenten con los recursos y la formación adecuada sobre el déficit que padecen, así como de la metodología e intervenciones educativas más adecuadas para llevar a cabo. Si no se cuenta con dicha formación, es fácil encontrarse con descalificativos personales que atacan el comportamiento del menor de forma agresiva, dañando aún más su autoestima. Suelen ser niños o niñas, y/o adolescentes, que siempre están recibiendo reprimendas, amonestaciones, partes disciplinarios, etc.

Se realizará un tratamiento cognitivo conductual:

En relación a la parte conductual, se trabajará con los pacientes de forma que se consiga cambiar o mejorar actitudes que están siendo inadecuadas a través de distintas técnicas. En base a lo que hacemos, actuamos teniendo en cuenta los resultados que recibimos, es decir se podrán mejorar las consecuencias que tienen dichas conductas para aprender a hacerlas de mejor forma.

Las técnicas a utilizar se irán eligiendo en base a las necesidades que presente el paciente, viendo que factores están repercutiendo en las conductas que se están realizando de forma inadecuada. Con estas se pretende conseguir la mejora de la atención, obtener un mejor autocontrol del exceso de la conducta motora y la impulsividad, pudiendo así conseguir unas mejores relaciones sociales y un optimo rendimiento en el colegio. Se utilizarán técnicas para disminuir o quitar los comportamientos que no son deseados, reforzadores positivos para conseguir conductas adecuadas, y técnicas combinadas como la economía de fichas, o el contrato de contingencias.

Por otro lado, con respecto a la parte cognitiva, se pondrá el foco en trabajar la parte de los procesos cognitivos y los procesos mentales implicados en el control de la conducta, proporcionándole al paciente ser una persona con mayor autonomía y aumentar su autocontrol. Con dicho tratamiento se quiere conseguir una modificación e identificación de los pensamientos inapropiados, dándole importancia a la repercusión que tienen sobre la conducta y los estados emocionales, para sustituirlos por otros más adecuados. Se utilizarán técnicas de autocontrol, de auto instrucciones, y de resolución de problemas.

Y como hemos visto, por su afectación prefrontal, será fundamental trabajar en estos pacientes las Funciones Ejecutivas:

  • Velocidad de procesamiento
  • Memoria de trabajo (atención)
  • Fluencia verbal
  • Inhibición conductual/control inhibitorio
  • Ejecución dual
  • Flexibilidad cognitiva
  • Planificación
  • Toma de decisiones
  • Paradigmas multitarea

En Psycolab Benalmádena, entrenamos desde hace 10 años este Trastorno del Neurodesarrollo de forma individual y en talleres grupales. Pregúntanos.

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Bibliografía.

Abendaño-Cabaleiro, L. (2012). Acercamiento a la realidad educativa y social que rodea a los niños/as con TDA o TDAH en la Comunidad Foral de Navarra (Bachelor’s thesis).

Arosemena, M. (2021). Intervención cognitiva–conductual en niños con diagnóstico de trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDA/H) que presentan ansiedad. redes1(13), 55-75.

Medina, A. R., & Soler, C. L. (2014). TDAH y Trastornos del Comportamiento en la infancia y la adolescencia. Ediciones Pirámide.

Ana Cañete Ángel. Psicóloga Sanitaria Experta en Infancia, Duelo y Cuidados Paliativos

Nieves López-Brea Serrat Psicóloga Sanitaria Experta en Neuropsicología Clínica Infanto-Juvenil

Tricotilomanía y la pérdida de control sobre nuestro cabello.

Tricotilomanía y la pérdida de control sobre nuestro cabello.

 

La piel es el órgano más visible y extenso del cuerpo que presenta enfermedades intrínsecas de la misma, otras que son manifestación de órganos ajenos a la piel y, por último, también expresa desordenes propios de las emociones.

Nos ocupamos aquí de la tricotilomanía, que es una de entre tantas manifestaciones de la dermopsicopatología.

La expresión más clara de la misma es la de tocarse, retorcerse, enrularse y/o arrancarse el cabello de modo tal que es un comportamiento recurrente y como consecuencia pueden evidenciarse zonas de perdida de pelo.

Este comportamiento presenta dos características distintivas. Por un lado una sensación de tensión interna que va creciendo hasta el acto del arrancamiento y por otro lado una sensación de calma interior una vez realizado. Cabe mencionar que este comportamiento se realiza a pesar de los intentos de la persona por disminuirlos o detenerse.

Muchas veces el arrepentimiento que el individuo tiene después del acto, lo lleva a ocultar dentro del grupo familiar o social su padecimiento ocasionando disfunción en los ámbitos donde se desempeña.

No es infrecuente que se encuentre asociado o en comorbilidad con otros fenómenos como la tricofagia que consiste en tragarse el cabello arrancado y que en cuadros graves deriven en cuadros gastroenterológicos que requieren el ingreso hospitalario. Si bien es considerado como un trastorno del control de impulsos entendemos que el elemento compulsivo a la repetición es un elemento que nos acerca a las conductas de tipo obsesivas.

Los estudios epidemiológicos informan que lo padecen de 3 a 5 personas cada 100, siendo más frecuente en mujeres.

Si bien en general las primeras manifestaciones aparecen en la infancia pueden tener una continuidad en la vida adulta.

¿Cuál es su tratamiento?

El consenso internacional aconseja abordar de manera interdisciplinaria el tratamiento de la tricotilomanía. Nuestra experiencia nos lleva también a asentir dicho consejo y utilizamos tanto las herramientas psicológicas como también, en los casos en los que requiera, las medicaciones pertinentes.

Antiguamente se encuadraba dentro de los trastornos del control de impulsos (visto como una adicción). No obstante, actualmente la visión se decanta más por clasificarlo como un problema con sintomatología afín a los trastornos obsesivos-compulsivos y patologías relacionadas.

Su tratamiento psicológico, tras la evaluación de la sintomatología, está encaminada en aportar herramientas para gestionar la ansiedad, el control de estímulos para evitar los disparadores y reducir la probabilidad de iniciar la tracción, realizar un entrenamiento en conductas incompatibles o respuestas competitivas , examinar creencias irracionales y prevenir recaídas.

En cuanto al tratamiento médico utilizamos distintos medicamentos según el caso, la intercurrencia de otras enfermedades tanto físicas como de salud mental, la edad del paciente y la dificultad del cuadro.

Varios estudios apuntan a que se produce un desequilibrio en el balance de neurotransmisores aunque todavía no se han encontrado cuales son los daños estructurales o funcionales que llevan a dicho desequilibrio.

Por ese motivo utilizamos medicamentos que actúan sobre el equilibrio de los grupos de neurotransmisores implicados. Comenzamos con los medicamentos llamados inhibidores de recaptación de serotonina y evaluamos la respuesta, si es necesario en segunda instancia se utilizan los antidepresivos tricíclicos como la clomipramina, si el cuadro requiere el uso de otros medicamentos por la escasa respuesta de los anteriores otra opción que se tiene en cuenta es el uso de otros medicamentos llamados antipsicóticos de los cuales el más estudiado para uso en el tratamiento de la tricotilomanía es la olanzapina. También el antioxidante N acetil cisteina ha sido muy estudiado como complemento en el tratamiento.

Consulta a nuestros expertos pinchando en su imagen.

BIBLIOGRAFÍA

Ha EL, Magid M. Psychopharmacology in dermatology: Five common disorders. Clin Dermatol: Jan-Feb;41(1):112-120, 2023.

Farhat LC, Olfson E, Nasir M, et al: Pharmacological and behavioral treatment for trichotillomania: An updated systematic review with meta-analysis. Depress Anxiety 37(8):715-727, 2020.


TOC EN LA INFANCIA Y ADOLESCENCIA

TOC INFANTIL

El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) se caracteriza por la presencia de pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y persistentes (obsesiones) y pueden llevar a comportamientos repetitivos (compulsión) para prevenir o disminuir la ansiedad o malestar que genera la obsesión.

En el TOC, estos síntomas pueden darse de forma conjunta o separados. Estos síntomas interfieren en las actividades del día a día, ya que en la mayoría de las ocasiones requieren mucho tiempo, afectando al trabajo, escuela, relaciones personales…

Los síntomas del TOC tienden a aparecer en la niñez, en torno a los 10 años, o alrededor de los 20 años. Es importante señalar que en los varones suelen tener un comienzo más temprano, por ello, durante las etapas del desarrollo, el TOC es más frecuente en niños. Es llegando a la adolescencia cuando la prevalencia se iguala entre chicos y chicas. En la edad adulta, las mujeres se ven ligeramente más afectadas por este trastorno.

En cuanto a las manifestaciones de la sintomatología del TOC en la niñez, son similares al adulto, aunque si existen diferencias en función de la edad del inicio. El TOC con un inicio temprano se caracteriza por mayor sintomatología, mayor gravedad, más compulsiones sin obsesiones y mayor comorbilidad con otros trastornos. Además, el TOC en la infancia tiene unas características específicas. Presentan más compulsiones que obsesiones, perciben las compulsiones como contrarias a sus necesidades, tienen dificultad para describir los síntomas y esto hace que el tiempo entre la aparición de los primeros síntomas y el diagnóstico sea muy superior al de adultos.

Es importante tener en cuenta que los niños aprenden repitiendo, lo que no significa que padezcan este trastorno. A lo largo del desarrollo, los niños establecen rutinas, juegos para no pisar rayas, coleccionan cromos o llevan a cabo un ritual para una actividad determinada, pero todos ellos son agradables, contribuyen al aprendizaje y no interfieren en su vida. Es en el momento en el que estos rituales comienzan a generar malestar, no son agradables, cuando hay que prestar atención y acudir a un profesional.

En cuanto al tratamiento que puede aplicarse en niños y adolescentes con TOC, es importante tener en cuentas las características individuales de cada sujeto. En el caso de esta población adulta, la terapia combinada de Terapia Cognitivo Conductual (TCC) y tratamiento farmacológico, es la opción más eficaz en la reducción de síntomas obsesivos-compulsivos, pero en la infancia y la adolescencia sólo se recomienda la medicación si los síntomas son muy graves. Si tenemos en cuenta estas dos opciones de tratamiento (TCC y tratamiento farmacológico) de manera aislada, la TCC ha mostrado ser más eficaz que el tratamiento farmacológico, ya que la tasa de recaída en 9 meses es menor.

Dentro de la intervención de TCC, destacar los dos componentes principales. La exposición con prevención de respuesta (EPR) y terapia cognitiva. Con la exposición repetida al estímulo que genera ansiedad, la intensidad va disminuyendo progresivamente. Además, la terapia cognitiva tiene como objetivo modificar aquellos pensamientos disfuncionales que pueden estar provocando malestar. En el caso del TOC infanto-juvenil, es importante tener en cuenta el papel de la familia, e incluirlos en la terapia, ya que van a ser los coterapeutas que van a ayudar a supervisar el proceso.

¿Tienes dudas con algún comportamiento de tus hijos o hijas? Consúltanos.

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Alba Ruiz
Psicóloga Sanitaria

Nieves López-Brea Serrat, experta en Neuropsicología y Neuroeducación

 

 

 

 

 

 

 

REFERENCIAS:

American Psychiatric Association (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (DSM-5®), American Psychiatric Association Publishing.

Arroyo López, N., Bobabilla González, I., Bravo Sánchez, M., García Delgar, B., Jiménez Cabré, G., y Úbeda Gómez, J. (s.f.). Guía de Tratamiento del Trastorno Obsesivo-Compulsivo en niños y adolescentes.

Organización Mundial de la Salud (2004). Clasificación Internacional de Enfermedades, 10ª Revisión, Segunda Edición (CIE-10), OMS Ginebra.

Ulloa Flores, R.E., Palacios Cruz, L., y Sauer Vera, T.R. (2011). Trastorno obsesivo-compulsivo en niños y adolescentes: una revisión del tratamiento. Salud Mental, 34(5)

Detección precoz del Alzheimer con chequeos de memoria

Detección Precoz del Alzheimer con chequeos de memoria

El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que comienza lentamente y empeora con el paso del tiempo. Es la forma más común de demencia. Según la Organización Mundial de la Salud, actualmente, hay aproximadamente 55 millones de personas con demencia en todo el mundo, dónde el 60-70% de los casos se incluyen dentro del subtipo Alzheimer. Se estima que el número de afectados con demencia aumentará en 2030 a 78 millones y, en 2050 a 139 millones.

El Alzheimer afecta principalmente a la memoria, pero también a otras capacidades cognitivas y a la conducta hasta interferir en las actividades de la vida diaria. Es una enfermedad que no solo perjudica a la persona que la padece sino también a los cuidadores y familiares, llevando a un deterioro paulatino de la calidad de vida de todo el núcleo de convivencia.

La enfermedad del Alzheimer se suele detectar a partir de los 65 años, aunque las alteraciones cerebrales de la enfermedad comienzan años antes de que aparezcan los primeros síntomas. Es por ello importante la detección precoz.

Los factores de riesgo son:

  • Edad
  • Suele ser más frecuente en las mujeres
  • Factores de riesgo cardiovascular (hipertensión, diabetes, obesidad)
  • Sedentarismo, tabaquismo, abuso del alcohol
  • Menor nivel educativo
  • Antecedentes familiares (muy poco frecuente)

Los síntomas más habituales son:

  • Quejas subjetivas de pérdida de memoria
  • Dificultad para recordar cosas recién aprendidas
  • Desorientación temporo-espacial (ej. no recuerdan la fecha)
  • Dificultad para evocar nombres de objetos
  • Alteraciones conductuales (apatía, irritabilidad, ansiedad, depresión)
  • Dificultad para realizar actividades de la vida cotidiana

En la actualidad, el Alzheimer no tiene cura, sin embargo, un abordaje terapéutico integral, con tratamientos farmacológicos y no farmacológicos ayudan a frenar el avance de la enfermedad y a mejorar la calidad de vida tanto del usuario como de sus familiares y cuidadores.

Para ello necesitamos detectarlo lo antes posible, y con motivo del Día Mundial de concienciación de esta enfermedad, siempre lanzamos un programa gratuito de Chequeos de Memoria. Pero cada vez aumentan más las peticiones a lo largo del año, por lo que se abrirán varias campañas con este motivo.

Los Chequeos de Memoria podrán realizarse en nuestro centro, de forma gratuita, sito en Paseo del Generalife, 8, esquina con Calle Albaicín s/n, en Arroyo de la Miel, Benalmádena, solicitando cita a través del teléfono 651 60 16 45, donde nuestros especialistas de Neuropsicología y Neuropsiquiatría le atenderán. También puede hacerlo a través de nuestro enlace de contacto:

 

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PROGRAMA DE CHEQUEOS DE MEMORIA:

Objetivo de la actividad y contenido: El objetivo principal de este programa es ofrecer un servicio de Chequeo para el Estudio de Pérdida de Memoria GRATUITO que permite diagnosticar enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer/Parkinson u otro tipo de demencias en fases iniciales. El mayor objetivo es la detección precoz de la enfermedad. 

Destinatario o grupo: Se dirige a personas, a partir de 45 años, que presenten falta de atención, pérdida de memoria (aunque sea de forma puntual), pérdida de agilidad mental, olvidos, despistes, alteraciones motoras y/o alteraciones neuropsiquiátricas. Personas con antecedentes familiares de Alzheimer u otro tipo de demencias.

Tiempo empleado: Los chequeos duran aproximadamente 30 minutos por persona. Las jornadas de chequeos se realizarán en una mañana/tarde, que nuestros responsables de Neuropsicología Clínica le programarán.

info@psycolab.com – 651 60 16 45 – 951 259 341 – 678 263 983

Se realizará una entrevista inicial semiestructurada para conocer los antecedentes personales y familiares, hábitos personales y síndromes clínicos con interés neuroconductual. Se aplicarán las pruebas Mini Mental o MoCA si hay alteración del movimiento, Escala de Depresión de Yesavage abreviada y Test de las fotos. 

Tras esto, se entregarán los resultados y recomendaciones para mantener activa la memoria y consejos básicos de salud para prevenir el deterioro cognitivo. 

Tratamiento de los datos: 

En cumplimiento de lo establecido en la L.O. 15/1999 de Protección de Datos de Carácter Personal, y Reglamento, Nieves López-Brea Serrat le informa que sus datos serán incorporados a un fichero con la finalidad de gestión de clientes. Los datos recogidos son almacenados bajo la confidencialidad y las medidas de seguridad legalmente establecidas y no serán cedidos ni compartidos con empresas ni entidades ajenas a Nieves López-Brea Serrat, salvo obligación legal, y se conservarán durante 5 años mientras no se solicite su supresión por el interesado. Igualmente deseamos informarle que podrá ejercer los derechos de acceso, rectificación, cancelación, oposición portabilidad, supresión, limitación al tratamiento y oposición a la toma de decisiones automatizadas en Calle Albaicín, s/n, 29630, Arroyo de la Miel, (Málaga), adjuntando fotocopia DNI o documento identificativo sustitutorio. 

Referencias

Ayuso T, Ederra MJ, Manubens JM, Nuin MA, Villar D, Zubicoa J. (2007). “Abordaje de la demencia. Guía de actuación en la coordinación Atención Primaria-Neurología” Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea.

Garre-Olmo J. (2018).  Epidemiología de la enfermedad de Alzheimer y otras demencias. Rev Neurol 66 (11):377-386 doi: 10.33588/rn.6611.2017519

Sanidad (2019) (en línea) Plan Integral de Alzheimer y Otras Demencias 2019-2023. Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social  https://www.sanidad.gob.es/profesionales/saludPublica/docs/Plan_Integral_Alhzeimer_Octubre_2019.pdf

World Health Organization (2021) (en línea). “Dementia”  https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/dementia

World Health Organization (2021) (en línea). “El Mundo no está abordando el reto de la demencia” https://www.who.int/es/news/item/02-09-2021-world-failing-to-address-dementia-challenge

Campaña Prevención y Detección de Alzheimer y otras demencias de Psycolab. Conoce a nuestro equipo:

Equipo “Neuro” Psycolab. Pincha en la foto para conocerlos mejor.

Evaluación neuropsicológica infantil

La exploración neuropsicológica infantil 

La neuropsicología es una ciencia relativamente joven, que se encarga de estudiar la relación existente entre el cerebro y los procesos psicológicos de las personas. No obstante, el volumen de trabajos publicados y de información sobre neuropsicología infantil es menor que la que tenemos en población adulta. Y es que con los niños hay que tener en cuenta qué funciones tienen adquiridas previamente, cuáles son las que están en proceso de asentarse y… cuáles están por desarrollarse en el futuro.

Como pauta general, podría decirse que los aspectos sensoriales y motores son los primeros en aparecer, luego iría emergiendo el lenguaje, la memoria… Y, por último, las funciones ejecutivas.

Por tanto, las principales diferencias con los adultos son:

  • En adultos, en la mayoría de los casos, si existe un daño cerebral éste puede observarse en las diferentes pruebas de neuroimagen. En población infantil no siempre es así.
  • El diagnóstico infantil es complejo y se aconseja realizarlo con la mayor cautela, evaluando durante un tiempo prolongado para poder apreciar la evolución del paciente.
  • El cerebro del niño es mucho más plástico y, por tanto, cuenta con una mayor capacidad de recuperación. No obstante, también es más vulnerable a las lesiones puesto que está en pleno proceso de aprendizaje y consolidación de los diferentes procesos y habilidades.

Con lo cual, el profesional de la neuropsicología infantil debe tener en cuenta todo lo expuesto anteriormente y usar diversas técnicas para conocer el desarrollo de las diferentes funciones del niño, que reflejan, al fin y al cabo, el funcionamiento del sistema nervioso central que se encuentra en pleno desarrollo.

Es imprescindible la recogida de información, es decir, la creación de una historia clínica donde se refleja el desarrollo del paciente. En ella, se analizarán los antecedentes personales y familiares, hábitos en casa, cómo se han ido formando las diversas capacidades, cómo se relaciona, si ha recibido anteriormente algún tipo de tratamiento psicológico, médico y/o pedagógico… Una vez organizados todos los datos, se escogerán aquellos instrumentos de evaluación indicados para el caso concreto.

La exploración neuropsicológica infantil, según se requiera, podrá abarcar los siguientes dominios:

  • Inteligencia: es decir, el cociente intelectual o el rendimiento cognitivo global.
  • Memoria: presentando tanto material verbal como visual se analizará la memoria inmediata, a corto plazo y a largo plazo. Asimismo, también es necesario medir tanto el tipo de memoria que hace referencia a los datos biográficos, como por ejemplo conocer mi nombre y apellidos (memoria episódica) como aquel que plasma el conocimiento general del mundo, como saberse las provincias de España (memoria semántica).
  • Lenguaje: aspectos como la expresión, denominación, comprensión, fluencia, conciencia fonológica, repetición…
  • Percepción: aquellas funciones visoperceptivas, visoespaciales y visoconstructivas.
  • Psicomotricidad: motricidad fina y gruesa, destreza manual, coordinación y equilibrio, agilidad…
  • Atención: se evaluarán los distintos tipos: focalizada, sostenida, alterna, selectiva y dividida.
  • Funciones ejecutivas: se medirán todas aquellas habilidades encaminadas al logro de objetivos como la velocidad de procesamiento, memoria de trabajo, fluidez verbal, inhibición, flexibilidad cognitiva, planificación y la ejecución dual.
  • Conducta: es importante evaluar ciertas problemáticas de carácter interiorizado (como, por ejemplo, sintomatología depresiva o ansiosa) y exteriorizado (hiperactividad, dificultades para controlar la ira…) y problemas específicos como dificultades de aprendizaje, problemas de la conducta alimentaria, etc.
  • Habilidades académicas: lectura, escritura, matemáticas…

La recogida de esta información siempre debe de adaptarse a las necesidades del paciente, procurando establecer un entorno tranquilo y divertido para que así aumente su atención e interés por las tareas. Tras ello, se analizarán los datos y resultados obtenidos para crear un plan de tratamiento totalmente individualizado.

Bibliografía

Portellano, J. A. (2018). Evaluación neuropsicológica infantil. Síntesis.

Arnedo Montoro, M., Montes Lozano, A., Bembibre Serrano, J., y Triviño Mosquera, M. (2015). Neuropsicología infantil. A través de casos clínicos. Editorial Médica Panamericana.

Prevenir las demencias

El término demencia hace referencia a la pérdida de funciones cognitivas (memoria, lenguaje, capacidad de reconocimiento, funciones ejecutivas) y la aparición de sintomatología de carácter psicológico y conductual que afectan a las actividades de la vida diaria (área laboral, social, familiar…). Las causas de su emergencia son muy diversas: enfermedades degenerativas, vasculares, tumores, trastornos metabólicos, infecciones… Con lo cual, pese a que la enfermedad de Alzheimer es la más conocida y habitual causa de demencia, no es la única.

Entre los factores de riesgo a padecerla se encuentra la edad avanzada, traumatismos craneoencefálicos, factores asociados a la arterioesclerosis (hipertensión, diabetes, tabaquismo, obesidad…), contar con familiares que la hayan sufrido anteriormente y otros aspectos genéticos (como, por ejemplo, el Síndrome de Down).

Además, también hay diferentes circunstancias que pueden actuar de factores protectores para prevenir la aparición de la enfermedad como tener buenos hábitos de alimentación, sueño y ejercicio, realizar actividades que exijan un esfuerzo cognitivo (leer, estudiar o aprender un nuevo idioma, jugar al ajedrez…) o contar con una red de apoyo social. Como dato curioso, algunos estudios indican que un consumo de cafeína o de alcohol moderado también podrían contribuir a la prevención.

El diagnóstico diferencial es clave para poner en marcha una intervención totalmente individualizada, adaptada a cada paciente. En primer lugar, se deben descartar otras circunstancias como, por ejemplo, el Deterioro de Memoria Asociado a la Edad (DMAE) que, pese a que no se considera una condición patológica, puede aparecer en personas mayores de 50 años aquejadas de pérdidas graduales de memoria pero conservando las demás funciones intelectuales. Asimismo, el Deterioro Cognitivo Leve (DCL) se trata de un síndrome clínico con alteraciones cognitivas que, sin cumplir los criterios para el diagnóstico de demencia, afecta de forma significativa a la capacidad funcional. De hecho, en algunas ocasiones puede ser la antesala de la demencia, de ahí la importancia de su detección precoz.

Con lo cual, es fundamental realizar una evaluación para determinar el nivel de alteración de las funciones, identificar el estilo de vida (tanto sus fortalezas como sus aspectos a mejorar), ver los apoyos con los que se cuenta y analizar la posible sintomatología psicológica asociada.

Por tanto, las estrategias de intervención más comunes hacen referencia a la modificación del ambiente para facilitar la relación de las actividades cotidianas, aplicar mecanismos y estrategias compensatorias (uso de ciertas ayudas como calendarios, agendas o alarmas), técnicas de restauración (actividades para mejorar las diferentes capacidades cognitivas como, por ejemplo la atención) y diversas técnicas de aprendizaje.

Este tipo de entrenamientos se llevan a cabo en nuestros centros para prevenir y tratar las demencias en una edad temprana. Consúltanos.

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Bibliografía

Mateer, C.A. (2006). Introducción a la rehabilitación neuropsicológica. En J. C. Arango Lasprilla (Ed.), Rehabilitación Neuropsicológica (pp. 1-14). El Manual Moderno.

Menéndez González, M., Martínez Rivera, M., Fernández, B. y López-Muñiz, A. (2011). Estilo de vida y riesgo de padecer demencia. Archivos de Medicina, 7 (3:1), 1-7.

Subirana Mirete, J., Crusat Basté, M., Cullell Gómez, N., Cuevas Pérez, R. y Signo Miguel, S. (2011). Demencias y enfermedad de Alzheimer. En O. Bruna Rabassa., T. Roig Rovira., M. Puyuelo Sanclemente., C. Junqué Plaja., A. Ruano Hernández (Ed.), Rehabilitación Neuropsicológica (pp. 289-317). Elsevier.

Desirée Castellano Olivera.
Psicóloga Sanitaria y Neuropsicóloga

¿Cómo escapar de la agorafobia si esa es la creencia que te limita?

Frecuentemente, el término “agorafobia” se asocia con una afección que impide a la persona afectada salir de casa. No obstante, esa descripción resulta bastante escasa y limitada. Este trastorno, más bien, se caracteriza por temor y/o evitación a ciertas situaciones en las que se haría muy difícil escapar o contar con ayuda en el caso de que apareciera sintomatología ansiosa o de carácter vergonzoso. Con lo cual, a las personas con agorafobia les provoca un intenso malestar situaciones como el uso del transporte público, encontrarse en espacios abiertos (zonas de aparcamiento, mercados, puentes…) o cerrados (tiendas, museos, teatros, cines…), hacer cola, encontrarse en medio de una gran multitud o estar fuera de casa sin compañía.

Es uno de los trastornos más incapacitantes, puesto que interfiere en todas las áreas de la vida de la persona afectada (familia, pareja, amigos, trabajo…). Asimismo, se suele asociar con una historia anterior de ataques de pánico, pero no siempre es así. Si bien es cierto que la gravedad es mayor cuando hay comorbilidad, es decir, cuando se presentan los dos juntos. También puede aparecer junto a otros trastornos de ansiedad, trastornos del estado de ánimo y abuso de sustancias.

Entre las circunstancias que contribuyen a la aparición de la sintomatología se encuentran aspectos genéticos, una vulnerabilidad psicológica consistente en sensibilidad a experimentar ansiedad, una sensación exagerada de amenaza y peligro o una historia de enfermedad física y abuso, entre otros.

Este tipo de paciente ante una elevación del miedo o ansiedad (o la anticipación de un posible incremento) despliegan una serie de conductas para eludir esa circunstancia. Con lo cual, aquellas respuestas que, en un principio, alivian la sintomatología se acaban convirtiendo en conductas de afrontamiento desadaptativas que interfieren en la vida diaria:

  • Conductas de evitación: se reduce o elimina la ansiedad evitando la circunstancia o evento temido. Por ejemplo: compro online en vez de ir a la tienda, me quedo en casa en vez de ir al concierto…
  • Conductas de escape: se huye de la situación provocadora de sintomatología ansiosa. “Me tuve que bajar del metro” “Dejé el carrito de la compra y me salí del supermercado”.
  • Evitación interoceptiva: se previene aquellas respuestas fisiológicas asociadas con la ansiedad. “Dejé de hacer deporte, me late muy fuerte y deprisa el corazón y eso me pone nervioso”.
  • Conductas de afrontamiento parcial: se despliegan ciertas conductas, se buscan señales de seguridad o se acude a objetos y/o compañía para facilitar el afrontamiento de la situación temida. “Sólo voy si me acompaña alguien”

Existen varias opciones de tratamiento para la sintomatología asociada a la agorafobia. Entre ellas, las más utilizadas son la exposición en vivo a las situaciones temidas y la terapia cognitivo-conductual (que incluye información sobre el trastorno, abordaje de pensamientos, técnicas de relajación, de exposición y desactivación). Asimismo, en los últimos años, se está utilizando la realidad virtual para el tratamiento de la sintomatología de ciertos trastornos como, por ejemplo, la agorafobia.

Bibliografía
Barlow, D. H. (2014). Manual Clínico de Trastornos Psicológicos. Tratamiento Paso a Paso. Manual Moderno.
Espada, J. P., Olivares, J. y Méndez, F. X. (2008). Terapia psicológica. Pirámide.
Peñate, W., Pitti, C. T., Bethencourt, J. M. y Gracia, R. (2006). Agorafobia (Con o Sin Pánico) y Conductas de Afrontamiento Desadaptativas. Primera Parte. Salud Mental, 29(2), 22-29.

Desirée Castellano Olivera.
Psicóloga Sanitaria y Neuropsicóloga

TOC-TOC, cuando llama a la puerta el Trastorno Obsesivo Compulsivo

El trastorno obsesivo compulsivo es una condición clínica caracterizada por la presencia de obsesiones y/o compulsiones. Entendemos como obsesiones a aquellos pensamientos, imágenes o impulsos que invaden la mente, sin poder evitarlos. Asimismo, las compulsiones son conductas que se realizan de forma repetitiva y, en ocasiones, siguiendo unas reglas determinadas con el fin de reducir el malestar que provocan las obsesiones y/o para prevenir las posibles consecuencias que se anticipan a raíz de ellas.

En ocasiones, la compulsión no tiene relación con la situación que se pretende prevenir (por ejemplo, contar hasta 30 para evitar un accidente) y, cuando existe, es claramente desproporcionada (excesiva limpieza para no contaminarse). Asimismo, estas conductas pueden ser de carácter observable por el entorno o tratarse de una respuesta encubierta (actos cognitivos o pensamientos).

Igualmente, en un pequeño porcentaje de casos, pueden aparecer obsesiones puras (sin la necesidad de llevar a cabo un ritual asociado) y compulsiones sin una obsesión previa que se pueda identificar. Además, en estos pacientes suelen aparecer numerosas conductas de evitación de estímulos y circunstancias concretas que disparan mucha ansiedad y malestar.

Anteriormente, el trastorno obsesivo compulsivo se encuadraba en la categoría de problemáticas relacionadas con la ansiedad. No obstante, las investigaciones más recientes señalan claras diferencias en variables como los factores genéticos y bio-marcadores, el curso de la enfermedad o la comorbilidad, entre otras. Por tanto, actualmente se sitúa junto a otros trastornos caracterizados por conductas repetitivas o compulsiones (tricotilomanía, trastorno de acumulación, trastorno de excoriación…).

Las temáticas más habituales de obsesiones y sus respectivas compulsiones son contaminación, violencia o impulsos violentos, seguridad, orden/simetría/perfección, aspectos morales o religiosos, de índole erótico y de acumulación, entre otras.

Las teorías explicativas hacen referencia a diferentes aspectos:

  • Factores biológicos: En primer lugar, las investigaciones sugieren la posible transmisión genética del trastorno. Por otra parte, los estudios de neuroimagen arrojan información sobre diversas áreas cerebrales que parecen estar alteradas en estos pacientes (regiones prefrontales y orbitofrontales, corteza sensoriomotora, giro cingulado, ganglios basales y tálamo). Asimismo, existen diversas teorías sobre la disfunción en los sistemas de neurotransmisión de la serotonina y las catecolaminas o la implicación de las endorfinas. Todas estas circunstancias dan lugar a un perfil neuropsicológico con lateralización, alteraciones en el procesamiento de la información y en regiones frontales y fronto-estriales.
  • Factores socioambientales: Determinados estilos educativos parecen influir en la aparición de la sintomatología TOC. Concretamente, aquellos sobreprotectores, tendientes al perfeccionismo y la exigencia pueden favorecer una vulnerabilidad a la ansiedad, dificultades para desarrollar habilidades de afrontamiento y solución de problemas y la aparición de miedos condicionados.
  • Factores psicológicos: Ciertas variables de índole psicológico pueden predisponer al desarrollo o mantenimiento de este trastorno. Por ejemplo, la sobreestimación de la importancia de los pensamientos (exagerando la conexión entre el pensamiento y la realidad), la intolerancia a la incertidumbre, el miedo al fracaso o sufrir un acontecimiento estresante.

El abordaje de esta patología se inicia con un proceso evaluativo para indagar las principales manifestaciones y las variables que mantienen la situación. Finalmente, la intervención propiamente dicha va encaminada a disminuir la estimación de poder de las obsesiones y compulsiones, el malestar que provocan y la frecuencia en la que aparecen, modificar ideas desadaptativas, potenciar la tolerancia a la incertidumbre y la prevención de futuras recaídas.

Bibliografía

Aldaz, J. A. y Sánchez, M. M. (2005). Obsesiones y compulsiones. Editorial Síntesis.

Lozano-Vargas, A. (2017). Aspectos clínicos del trastorno obsesivo-compulsivo y trastornos relacionados. Revista Neuropsiquiatría, 80(1), 35-41.

Tomàs, J., Bassas, N. y Casals, M. (2005). Tratamiento cognitivo-conductual de los trastornos obsesivos-compulsivos en paidopsiquiatría (guía práctica). Editorial Laertes.

 

 

 

Desirée Castellano Olivera, Psicóloga Sanitaria y Neuropsicóloga.

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