Tricotilomanía y la pérdida de control sobre nuestro cabello.

Tricotilomanía y la pérdida de control sobre nuestro cabello.

 

La piel es el órgano más visible y extenso del cuerpo que presenta enfermedades intrínsecas de la misma, otras que son manifestación de órganos ajenos a la piel y, por último, también expresa desordenes propios de las emociones.

Nos ocupamos aquí de la tricotilomanía, que es una de entre tantas manifestaciones de la dermopsicopatología.

La expresión más clara de la misma es la de tocarse, retorcerse, enrularse y/o arrancarse el cabello de modo tal que es un comportamiento recurrente y como consecuencia pueden evidenciarse zonas de perdida de pelo.

Este comportamiento presenta dos características distintivas. Por un lado una sensación de tensión interna que va creciendo hasta el acto del arrancamiento y por otro lado una sensación de calma interior una vez realizado. Cabe mencionar que este comportamiento se realiza a pesar de los intentos de la persona por disminuirlos o detenerse.

Muchas veces el arrepentimiento que el individuo tiene después del acto, lo lleva a ocultar dentro del grupo familiar o social su padecimiento ocasionando disfunción en los ámbitos donde se desempeña.

No es infrecuente que se encuentre asociado o en comorbilidad con otros fenómenos como la tricofagia que consiste en tragarse el cabello arrancado y que en cuadros graves deriven en cuadros gastroenterológicos que requieren el ingreso hospitalario. Si bien es considerado como un trastorno del control de impulsos entendemos que el elemento compulsivo a la repetición es un elemento que nos acerca a las conductas de tipo obsesivas.

Los estudios epidemiológicos informan que lo padecen de 3 a 5 personas cada 100, siendo más frecuente en mujeres.

Si bien en general las primeras manifestaciones aparecen en la infancia pueden tener una continuidad en la vida adulta.

¿Cuál es su tratamiento?

El consenso internacional aconseja abordar de manera interdisciplinaria el tratamiento de la tricotilomanía. Nuestra experiencia nos lleva también a asentir dicho consejo y utilizamos tanto las herramientas psicológicas como también, en los casos en los que requiera, las medicaciones pertinentes.

Antiguamente se encuadraba dentro de los trastornos del control de impulsos (visto como una adicción). No obstante, actualmente la visión se decanta más por clasificarlo como un problema con sintomatología afín a los trastornos obsesivos-compulsivos y patologías relacionadas.

Su tratamiento psicológico, tras la evaluación de la sintomatología, está encaminada en aportar herramientas para gestionar la ansiedad, el control de estímulos para evitar los disparadores y reducir la probabilidad de iniciar la tracción, realizar un entrenamiento en conductas incompatibles o respuestas competitivas , examinar creencias irracionales y prevenir recaídas.

En cuanto al tratamiento médico utilizamos distintos medicamentos según el caso, la intercurrencia de otras enfermedades tanto físicas como de salud mental, la edad del paciente y la dificultad del cuadro.

Varios estudios apuntan a que se produce un desequilibrio en el balance de neurotransmisores aunque todavía no se han encontrado cuales son los daños estructurales o funcionales que llevan a dicho desequilibrio.

Por ese motivo utilizamos medicamentos que actúan sobre el equilibrio de los grupos de neurotransmisores implicados. Comenzamos con los medicamentos llamados inhibidores de recaptación de serotonina y evaluamos la respuesta, si es necesario en segunda instancia se utilizan los antidepresivos tricíclicos como la clomipramina, si el cuadro requiere el uso de otros medicamentos por la escasa respuesta de los anteriores otra opción que se tiene en cuenta es el uso de otros medicamentos llamados antipsicóticos de los cuales el más estudiado para uso en el tratamiento de la tricotilomanía es la olanzapina. También el antioxidante N acetil cisteina ha sido muy estudiado como complemento en el tratamiento.

Consulta a nuestros expertos pinchando en su imagen.

BIBLIOGRAFÍA

Ha EL, Magid M. Psychopharmacology in dermatology: Five common disorders. Clin Dermatol: Jan-Feb;41(1):112-120, 2023.

Farhat LC, Olfson E, Nasir M, et al: Pharmacological and behavioral treatment for trichotillomania: An updated systematic review with meta-analysis. Depress Anxiety 37(8):715-727, 2020.


Counceling in Benalmádena, Málaga

Counseling en Málaga y en Benalmádena

Ya que a veces nos preguntáis, nuestra especialista en Counseling en Málaga y Benalmádena resuelve las dudas de las diferencias que pueden existir entre el counseling y la psicología sanitaria o clínica.

Hoy en día, estamos muy acostumbrados a escuchar los conceptos de “psicología sanitaria o psicología clínica”, usualmente al referirnos a una terapia psicológica. En otro post os hablaremos de la diferencia entre estas dos.

Sin embargo, en otros países como Inglaterra y muchos países del norte de Europa suelen utilizar el counseling. Pero, ¿qué es?, y ¿qué diferencias existen con la psicología sanitaria/clínica?

Por un lado, la psicología sanitaria o clínica se ocupan de tratar la salud mental del ser humano y tienen como objetivo superar alguna situación que le está generando malestar, es decir, busca un tratamiento empírico y científico. Aquí encontramos que nuestra corriente Cognitivo-Conductual, es la que mejores resultados ofrece ante trastornos, lamentablemente tan comunes hoy en día, como la ansiedad o la depresión.

En cambio, el counseling (o también conocido como consejería o asesoramiento psicológico) también lo lleva a cabo una profesional de la salud mental, es decir, una psicóloga, y que, lejos de centrarse únicamente en aquello que le supone malestar, se centra en trabajar con la persona de manera íntegra tratando de abarcar todos aquellos aspectos de su personalidad y de sus circunstancias y así potenciar su autodesarrollo mediante el desarrollo de habilidades personales, la toma de decisiones importantes o la ayuda de alcanzar metas tanto personales como profesionales.

Además, el objetivo también insta en proporcionar un entorno seguro y de apoyo, al igual que la terapia de psicología sanitaria/clínica, aunque algunas de las diferencias se encuentra en la duración de la terapia: mientras la terapia de psicología sanitaria/clínica suele ser más extensa, según el trastorno o la dificultad que presenta el individuo, el counseling suele ser más breve y suele centrarse en problemas más específicos o en metas y no tanto en un trastorno per sé.

En Psycolab, nuestra especialista Berta Valentino ofrece ambos servicios en inglés, tanto psicología sanitaria como Counseling. La elección entre el counseling o terapia depende de las necesidades de cada persona y la gravedad de los problemas.

Si tienes dudas, puedes consultarnos o reservar directamente con ella en el siguiente enlace:

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Psicóloga Sanitaria Bilingüe
Counsellor en Málaga y Benalmádena

 

 

 

 

 

 

 

 

REFERENCIAS:

Martí-Gil, C., Marcos-Pérez, G., & Barreira-Hernández, D. (2013). Counseling: una herramienta para la mejora de la comunicación con el paciente. Farmacia Hospitalaria, 37(3), 236-239.

Mearns, D., & Thorne, B. (2020). Counseling centrado en la persona: En acción. Gran Aldea Editores.

Artiles, M. (2014). ¿ Qué es Counseling?. de Consultorias y psicopterapias centradas en la persona y experienciales, Buenos Aires, Gran Aldea Editores, 37-45.

Erazo, L. R., & Nisenbaum, I. S. (2005). Psicología clínica de la salud. Un enfoque conductual. UNAM.

Depresión Perinatal y Depresión Postparto

DEPRESIÓN PERINATAL

 

¿Que ocurre en nuestro cerebro durante la depresión perinatal?

Según a The American Congress of Obstetricians and Gynecologists (ACOG), entre 14-23% de mujeres lidiarán con algunos de los síntomas típicos de la depresión. Quedando descartado desde el inicio que estas mujeres puedan tener parte de culpa con la aparición de la depresión perinatal, pues no se trata de algo que hayan hecho o dejado de hacer y no hay una causa única para su aparición; más bien, las investigaciones sugieren que es el resultado de una combinación de factores genéticos y ambientales, centrándose en discernir de cuales se tratan y cómo la combinación de estos afecta durante el periodo perinatal.

Entre estos factores ambientales, el propio estrés de la vida y los factores que favorecerían la aparición de la depresión (por ejemplo, las complicaciones durante el embarazo, haber sufrido experiencias traumáticas anteriores o los conflictos graves de pareja, señalado este como el más ligado a su aparición en un estudio de Urquia M.L, Pulver A., Heaman M.I. y otros), las exigencias físicas y emocionales de tener hijos y de cuidar a un nuevo bebé, y los cambios hormonales que tienen lugar alrededor del embarazo pueden contribuir a la depresión perinatal. Indicando un mayor riesgo si existen antecedentes familiares de depresión, trastorno bipolar o depresión perinatal anterior.

¿Cómo afecta el embarazo al cerebro?

            El embarazo es comúnmente conocido por afectar al sistema endocrino y las hormonas, pero también altera fisiológicamente el cerebro de la futura madre. La materia gris baja su volumen en numerosas estructuras cerebrales que reducen su actividad y no regresan a su tamaño previo hasta meses más tarde. Una de las regiones más estudiadas es el hipocampo, estructura muy ligada al aprendizaje y la memoria y que personas con depresión de cualquier tipo suele encontrarse con menor tamaño respecto a otras adultas sanas. Su funcionalidad general se ve reducida, relacionándose con problemas del estado de ánimo, y con su plasticidad, no pudiendo adaptarse correctamente a las nuevas exigencias que las células nerviosas plantean. Esto podría deberse a la neurotrofina BDNF (Factor neurotrófico derivado del cerebro) encargada del buen funcionamiento y la migración neuronal, se ve reducida por el alto nivel de corticosterona derivada del estrés del embarazo, provocando la atrofia del hipocampo.

            La amígdala, comúnmente encargada de las emociones intensas, durante la depresión común se encuentra hipersensibilizada a los estímulos de valor emocional y especialmente receptiva hacia los de valencia negativa; pero se encuentra hipoactiva durante la depresión perinatal y con un menor volumen de materia gris. Estas dos áreas junto al tálamo dorsomedialestán muy ligadas a la depresión, y todas ven su actividad y volúmenes alterados durante el embarazo alterando los patrones típicos de actividad cerebral.

MONOAMINAS Y POSTPARTO

Habiéndose constatado que las anormalidades durante la depresión en el funcionamiento del eje hipotalámico – pituitario – adrenal producen cierta desactivación y falta de feedback, existe una teoría de gran aceptación que profundiza sobre el efecto en la depresión de las monoaminas, específicamente sobre la deficiencia  o bloqueo de neurotransmisores como norepinefrina y serotonina, principalmente, pero también de dopamina y melatonina.

La acción de estas influiría en la aceleración o freno en la liberación posterior de estas mismas y la dopamina en otras regiones cerebrales como el tálamo, la amígdala o inhibiendo el funcionamiento de circuitos de recompensa como el núcleo accumbens, provocando así la sintomatología característica de la depresión y afectando a zonas como la corteza prefrontal.

Recientes estudios han relacionado los cambios de humor post natal con una alta presencia de la enzima MAO-A(Monoamino oxidasa A). Normalmente, esta enzima es la encargada de metabolizar monoaminas estrechamente relacionadas con la depresión, como son la serotonina y norepinefrina entre otras, evitando un exceso. Un estudio de 2006 encontró alta concentración de esta enzima en estructuras cerebrales como la corteza prefrontal, cingulada anterior y posterior, caudado, putamen, tálamo, corteza temporal anterior, mesencéfalo, hipocampo y parahipocampo.

Para su DETECCIÓN se emplea la Escala de Depresion Perinatal de Edimburgo, inicialmente dedicada a evaluar exclusivamente la depresión postparto pero en la actualidad se utiliza también durante el embarazo ofreciendo mejores resultados que pruebas típicas como el Inventario sobre la Depresión de Beck (BDI) incluye preguntas sobre síntomas físicos que podrían estar incluidos entre los síntomas comunes del embarazo, generando confusión. Su TRATAMIENTO a menudo incluye psicoterapia como método principal de tratamiento, medicamentos o una combinación de ambos.

¿Estás embarazada? ¿Acabas de tener un bebé? ¿Cómo te encuentras?

BIBLIOGRAFIA

– Meyer JH, Ginovart N, Boovariwala A, et al. Niveles elevados de monoamina oxidasa A en el cerebro : una explicación para el desequilibrio de monoamina de la depresión mayor . Psiquiatría Arch Gen. 2006;63(11):1209–1216. doi:10.1001/archpsyc.63.11.1209.

– Pandya M, Altinay M, Malone DA Jr, Anand A. Where in the brain is depression? Curr Psychiatry Rep. 2012 Dec;14(6):634-42. doi: 10.1007/s11920-012-0322-7. PMID: 23055003; PMCID: PMC3619732.

– https://psicologiaymente.com/neurociencias/factor-neurotrofico-derivado-cerebro-bdnf

– Urquia ML, Pulver A, Heaman MI, Ray JG, Daoud N, O’Campo P.  Partner Disengagement from Pregnancy and Adverse Maternal and Infant Outcomes.  J Womens Health (Larchmt). 2016 Nov 18

– https://www.agenciasinc.es/Noticias/La-depresion-posparto-no-es-como-las-demas basado en el artículo:

– Jodi L.Pawluski, JosephS.Lonstein y Alison S.Fleming. “The Neurobiology of Postpartum Anxiety and Depression”. Trends in neurosciences, 24 enero 2017

Diego Fernández Perrin
Psicólogo

Nieves López-Brea Serrat
Psicóloga Sanitaria y Neuropsicóloga

CUIDA-me: Abordaje de la depresión infanto-juvenil y perinatal

CUIDA-me: Abordaje de la depresión infanto-juvenil y perinatal

Psycolab (Sociedad Científica Sanitaria Emocional), cada año lanza su proyecto solidario para la población de Benalmádena. Los últimos años, el proyecto “Otra Oportunidad” ofreció a decenas de niños y niñas un abordaje integral ante dificultades del aprendizaje. Este año, nuestro equipo, conocedor del delicado estado emocional de la infancia y la adolescencia, arranca con el Proyecto “CUIDA-me”, para el abordaje de la depresión infanto-juvenil y perinatal.

 

La depresión a día de hoy se considera una de las enfermedades más comunes en la sociedad. Se entiende como una alteración en el estado de ánimo de la persona, afectando a todas las áreas de su vida, provocando gran sufrimiento en quien la padece.

Más de 250 millones de personas sufren esta enfermedad en todo el mundo, siendo más prevalente en la población femenina que en la masculina. Según la OMS, la depresión es la principal causa mundial de discapacidad y contribuye de forma muy importante a la carga mundial general de morbilidad.

Dada la situación pandémica atravesada los últimos años, se han observado variaciones en los casos de depresión en la población. Desde 2021, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 5% de la población adulta presenta esta enfermedad. No podemos dejar de mencionar, la elevada cifra del 3% en depresión infantil. El bajo nivel de detección y tratamiento de depresión en esta población, llevan a una mayor cronicidad.

La manifestación de la sintomatología tanto en población adulta como infantil es similar, existiendo algunas variaciones. Los principales síntomas a los que se deben atender en la población infantil son los siguientes:

  • Irritabilidad o estado de ánimo triste.
  • Bajo rendimiento académico.
  • Problemas conductuales.
  • Alteraciones en el sueño y/o apetito.
  • Empeoramiento de las relaciones sociales y familiares, incluso aislamiento.
  • Baja autoestima.
  • Ideas de muerte o suicidio.

La variabilidad de los síntomas en cada niño, depende de la etapa madurativa en la que se encuentre.

Uno de los principales riesgos asociados a la depresión, y la consecuencia más grave, es el suicidio. Cada año se suicidan en el mundo 700.000 personas. Podemos decir que es la cuarta causa de muerte en jóvenes entre 15 y 29 años a nivel mundial.

Si miramos con lupa la situación en España, tras la situación de confinamiento vivida en 2020, se produjeron 3.941 defunciones por suicidio, un 7,4% más que en el año 2019. Esto supone una media de 11 personas que mueren por suicidio al día. Sin olvidar que, en 2020, 61 niños y adolescentes murieron por esta causa frente a los 8 menores que murieron por Covid-19.

En 2021, el 2% de niños entre 4 y 8 años han presentado pensamientos suicidas, algo inusual a estas edades. Esto nos indica que es imprescindible cuidar del cerebro del bebé y del cerebro de la madre.

Por tanto, se trata de una problemática real de la sociedad que no puede pasar desapercibida y hay que abordarla de manera tajante e inmediata. Existen mecanismos para prevenir el suicidio y el número 024 de atención inmediata. No dudes en usarlo.

Incluso la Asociación de Pediatría, lanzó en enero de 2022 un comunicado alarmante que nos recuerda que antes de la pandemia, se estimaba que el 30% de los menores habían presentado ideación suicida en algún momento, el 10% lo habían intentado y un 2% de forma seria, requiriendo atención médica. Se calcula que 18% de los menores se infligen autolesiones antes de los 18 años.

Los estudios que indican tras la pandemia por COVID aumentos en todos estos indicadores son numerosos. La Fundación ANAR ha atendido en este período un 145% más llamadas de menores con ideas o intentos de suicidio, y un 180% más de autolesiones con respecto a los dos años previos. En el año 2020, se suicidaron en España 14 niños menores de 15 años, el doble que el año anterior. Entre el grupo de jóvenes de 15 a 29 años el suicidio es ya la segunda causa de fallecimiento, solo superada por los tumores malignos. El sexo femenino, la presencia de síntomas depresivos, una mayor exposición a casos COVID, y un mayor consumo de redes sociales son factores de riesgo para la conducta suicida en la actualidad.

Bibliografía:

Guía de Práctica Clínica sobre la Depresión Mayor en la Infancia y la Adolescencia. Actualización. Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Unidad de Asesoramiento Científico-técnico Avalia-t; 2018. Guías de Práctica Clínica en el SNS.

Fundación Española para la prevención del suicidio (10 de noviembre de 2021). Observatorio del Suicidio en España 2020. https://www.fsme.es/observatorio-del-suicidio-2020/

Organización Mundial de la Salud (13 Septiembre, 2021). Depresión.

https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/depression

Organización Mundial de la Salud (17 de Junio, 2021c). Suicidio. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/suicide

https://www.savethechildren.es/actualidad/suicidios-adolescentes-espana-factores-riesgo-datos

 

Nieves López-Brea Serrat, experta en Neuropsicología y Neuroeducación

Desirée Castellano Olivera.
Psicóloga Sanitaria y Neuropsicóloga

Alba Ruiz
Psicóloga Sanitaria

Consecuencias del conflicto bélico en el cerebro infantil

CONSECUENCIAS DEL CONFLICTO BÉLICO EN EL CEREBRO INFANTIL.

OBJETIVOS:

  • Conocer, reconocer y diferenciar las consecuencias de los conflictos bélicos en la infancia, en función de la etapa evolutiva, de la exposición, el tiempo de exposición y el contexto que les rodea.
  • Abordaje desde una perspectiva biopsicosocial y neuropsicológica.

Son muchos ya los estudios que han abordado este tema y las consecuencias en la población. Recordemos que estos conflictos se vienen desarrollando de forma activa en Camerún, Etiopía, Mozambique, Oriente Próximo, Sáhara Occidental, Sahel, Siria, República Centroafricana, Yemen,…Pero estos conflictos quedan lejos de nosotros y aunque los conocemos, no despiertan nuestra sensibilidad como el conflicto actual. ¿Por qué? Creo que porque ahora, por cercanía y por el poder que pueden ejercer hacia nosotros, sí vemos afectada nuestra seguridad.

Además…Todos conocemos a alguien, ¡yo conozco a alguien!

Hoy en día, 115.000 personas ucranianas viven en España

Antes de la pandemia, contábamos con 260.000 turistas ucranianos.

Pero ante todo, lo que sabemos a ciencia cierta, es que la guerra destruye la vida.

Más de la mitad de los menores Ucranianos han sido desplazados. Entre los niños que huyen, muchos no están acompañados o han sido separados de sus familias. Esos niños corren un mayor riesgo de violencia, abusos y explotación. Y cuando son trasladados a través de diferentes fronteras, los riesgos se multiplican.

Tampoco podemos olvidar a aquellos niños y niñas que no pueden escapar: niños con alguna enfermedad o discapacidad, niños que ya estaban recluídos en instituciones, y todos tenemos en la memoria algunas vivencias trágicas de abusos, de confinamiento y de falta de estímulos e incluso de luz solar en antiguos orfanatos de ciudades destruidas en otros tiempos.

Efectos conocidos del Estrés Post Traumático:

Cualquier conflicto bélico despierta una respuesta adaptativa de amenaza, donde las respuestas del organismo son luchar o huir. En ese momento, se da una activación del sistema nervioso simpático: Se contraen los vasos sanguíneos para que sangremos menos si sufrimos alguna herida, pero así fluye también menos sangre al cerebro. La glándula suprarrenal segrega cortisol, que nos proporciona glucosa para convertirla en energía. El nervio vago, que constituye una línea directa entre el cerebro y las vísceras y normalmente sirve para que mantengamos la calma y la seguridad, inhibe su actividad. A consecuencia de ello, se nos acelera la frecuencia cardiaca y se incrementa la presión sanguínea. Es probable que nos desmayemos o que se nos afloje la vejiga.

Esto puede ocurrir en el momento de la huída, o también ante una preocupación anticipada, cuando empezamos a escuchar en los medios que el conflicto puede llegar a darse aunque aún no haya comenzado.

La adrenalina da una mayor energía al organismo para luchar o huir, ya que, en cualquiera de estos dos procesos, debemos soportar una gran tensión física y aumentar nuestra resistencia, es por ello que aumenta nuestra frecuencia cardíaca, aumenta también el flujo sanguíneo a los músculos, se abren las vías respiratorias, aumenta el consumo de glucosa, se da una vasoconstricción de los vasos sanguíneos y aumenta la presión arterial.

El estrés perjudica nuestra función ejecutiva, lo que dificulta nuestra capacidad para resistir los impulsos. El estrés crónico puede aumentar la respuesta de recompensa de nuestros cerebros. Así que nos hará más propensos a la adicción, y a hacer que consumamos alimentos más grasos y con alto contenido en azúcar.

LA AMENAZA PREVIA POR COVID 19:

Como nos recuerda David Bueno iTorrens, ni siquiera es necesario un conflicto real, analicemos un momento la sensación de peligro inminente y constante que hemos vivido con la pandemia por Covid-19. Durante estos dos años, hemos oído frecuentemente un uso del lenguaje propio de los escenarios bélicos, apoyado por el incremento de presencia policial y militar. ¿Quién no escuchaba que nuestros sanitarios estaban en primera línea de la batalla y que debíamos ganar esta guerra? Este vocabulario no es neutro para el cerebro, sino que estimula ciertas conexiones neurales relacionadas con la supervivencia, anulando la capacidad reflexiva del ser humano y reduciendo la flexibilidad cognitiva.

Esos dos años de “conflicto” también han tenido sus consecuencias en el cerebro de nuestros niños y niñas y creo que todos somos conscientes de ello con el aumento significativo de casos de ansiedad, depresión, autolesiones e intentos autolíticos en menores. Incluso hay estudios que indican que los sentimientos de soledad de estos se acerca al 30%, frente al 18% de ancianos que encabezaban esta estadística.

Que nuestros menores se sientan más solos que nuestros abuelos es algo que debemos empezar a considerar seriamente. Que tengamos niños y niñas con 7 años que piensen en el suicidio no tiene nombre y deberíamos de revisar seriamente nuestro negligente sistema.

Volvemos a la realidad de esos miles o millones de niños que viven o han vivido directa o indirectamente un conflicto bélico real. Un solo suceso traumático puede desencadenar la misma sintomatología que una exposición más prolongada, ya que en situaciones más prolongadas suelen activarse mecanismos resilientes característicos de todo ser humano, pero también una liberación constante de adrenalina, debido a un estrés crónico, traerá enfermedades físicas como problemas digestivos, enfermedades cardiovasculares, enfermedades metabólicas, trastornos del sueño, trastornos del aprendizaje, ansiedad y depresión.

Pero en todo caso, el estrés crónico cursa con otra consecuencia…

Los telómeros son una cubierta protectora al final de una hebra de ADN. Cada vez que una célula se divide, pierde un poco de sus telómeros. Una enzima llamada telomerasa puede reponerla, pero el estrés crónico y la exposición al cortisol disminuyen su suministro. Cuando el telómero está demasiado disminuido, la célula a menudo muere o se vuelve pro-inflamatoria 

El estrés, los abusos o el maltrato psicológico sufrido en la infancia provoca el mismo envejecimiento precoz que la radiación o el tabaco.

Uno de los marcadores del envejecimiento precoz es el acortamiento de los telómeros, regiones de ADN que protegen los bordes de los cromosomas y que se van desgastando con la edad debido a la pérdida de la enzima telomerasa. Cuando los telómeros se acortan por debajo de una longitud mínima, las células interrumpen su ciclo celular y dejan de regenerar los tejidos, produciéndose así su envejecimiento y, consecuentemente el de todo el organismo.

En 1961, el biólogo Leonard Hayflick descubrió que las células humanas corrientes son capaces de dividirse un número finito de veces antes de morir. Las células se reproducen fabricando copias de ellas mismas (proceso denominado mitosis). Sin embargo un día, las células del laboratorio de Hayflick dejaron de reproducirse, como si estuvieran cansadas. La células más longevas lograron efectuar alrededor de cincuenta divisiones celulares, aunque la mayoría se dividió muchas menos veces. Aquellas células fatigadas acababan alcanzando un estado que denominó senescencia: seguían estando vivas pero habían dejado definitivamente de dividirse. Esto es lo que se llama «límite de Hayflick», el límite natural que alcanzan las células humanas al dividirse, y la causa de que exista ese límite resulta ser que los telómeros se han vuelto críticamente cortos.

Es decir, los telómeros van acortándose de manera natural con el paso del tiempo, ya que cada vez que una célula se divide, una porción de telómero no se replica. Este es el motivo por el que todo ser humano envejece.

Sin embargo, las células madre, si se mantienen sanas, disponen de suficiente telomerasa para poder seguir dividiéndose a lo largo de toda nuestra vida.

¿Por qué el estrés tiene entonces estas consecuencias también? Nosotros sabemos que el estrés crónico es un factor de riesgo de trastornos y enfermedades psiquiátricas, pero también lo es de patologías cardiovasculares y autoinmunes.

Cuando estamos expuestos constantemente al estrés, la adaptación al mismo provoca que los sistemas inmune, metabólico y endocrino dejen de funcionar correctamente, ya que se da una respuesta excesiva y continua que altera la división celular generando un acortamiento de los telómeros más rápido.

De hecho, ya hay estudios como el de Judith Carrol en la Universidad de California que nos dice que el estrés de las madres previo al parto e incluso con anterioridad al embarazo puede generar un impacto negativo en la salud de los hijos, acortando del mismo modo la longitud de los telómeros en el bebé. También estaría relacionado con un mayor riesgo de cáncer, de enfermedades cardiovasculares, trastornos metabólicos y otras causas de muerte a una edad temprana.

Existe un período especialmente vulnerable en el tercer trimestre del embarazo de madres con altos niveles de estrés, en el cual los niños tienen un mayor riesgo de acortamiento de los telómeros. De hecho, si una madre tiene depresión, sus hijas serán más propensas a sufrirla también e incluso antes de que se manifieste esa depresión en las niñas, sus telómeros sanguíneos ya son más cortos que el de niñas de madres que no tenían depresión.

También el estrés previo o durante el embarazo provoca partos prematuros, por lo que esas madres que incluso aún no están embarazadas o que ya lo están, darán a luz a niños y niñas prematuros con las consecuencias que también conocemos de ello.

Sabemos que los factores de riesgo ante el estrés, la ansiedad y la depresión son modificables, pero prácticamente la totalidad de las mujeres que experimentan estos problemas de salud mental pasan desapercibidas, incluso entre nosotros, por lo que debería darse un abordaje prenatal y perinatal, prestando mucha atención a los síntomas en las mujeres embarazadas o aquellas que desean ser madres y aún no lo son.

Fomentar entre las embarazadas factores protectores frente a los trastornos mentales harán que no sólo no los hereden sus bebés, sino tampoco próximas generaciones, ya que esta información se queda guardada en los genes.

¿TODOS LOS MENORES SUFREN EL MISMO GRADO DE ESTRÉS?

No. A algunos menores les dicen que van a pasar unas vacaciones fuera de casa, o que van a probar a vivir en un país nuevo, o que van a visitar a familiares a los que ya conocían,…

Estos niños y niñas podrán iniciar sus rutinas y sentirse más seguros más rápido que aquellos que saben que huyen de una guerra y/o que han perdido a alguien en el camino. Depende también mucho de la etapa evolutiva en la que se encuentre el niño. La infancia es un momento muy vulnerable que tenemos que cuidar. Muchas veces vamos a creer que lo mejor es que inicien cuanto antes la rutina escolar y la integración en el nuevo entorno, pero otras será peor si les empujamos a un entorno desconocido que genera aún más estrés en los menores y que quizás necesitaban más tiempo con sus madres. Sabemos que la oxitocina que se genera entre la madre y sus hijos es un factor protector frente al estrés, por lo que deberemos evaluar cada caso de forma independiente, evaluando qué estrategias de afrontamiento tiene el menor, qué necesidades tiene, y qué nivel de hiperactivación se observa en él.

Cualquier niño o niña atemorizados pueden sentirse fuera de control y desamparados. Tengamos en cuenta que no sólo necesitan haberlo vivido, basta con haberlo presenciado.

Sabemos que el cerebro asocia fácilmente emociones, sensaciones, olores, posturas, lugares y sonidos.

Además, los conflictos en Ucrania se dan desde 2014 y que la constante amenaza desde entonces ha hecho que la hiperactivación de estos niños sea una constante en sus vidas. Muchos manifiestan desde antes del conflicto actual, altos niveles de angustia, problemas para dormir, pobreza, mala calidad alimentaria, marginación, etc.

HERRAMIENTAS ÚTILES:

MÁS ALLÁ DE LA INFANCIA, LA ADOLESCENCIA:

Recordemos que el periodo evolutivo en el que se encuentra el menor, va a determinar algunas diferencias en el modo en que perciben, entienden o dan respuesta al conflicto.

Los adolescentes tienen sus propias formas de pensar, sus propios valores, y suelen responder más con ira que con miedo. Incluso habréis oído al principio de estallar todo esto, como nuestros adolescentes aseguraban que ellos defenderían su país con armas y que estarían preparados para matar. Algo que a mí me preocupa, ya que los adultos debemos argumentar contra eso con preguntas tipo, ¿a quién crees que ayudaría eso? Evidentemente debemos validar sus emociones y hacerles ver que lo entendemos pero que la violencia precisamente, es lo que desencadena este tipo de conflictos, por lo que nunca puede ser la solución a ellos.

Debemos preguntarles mucho sobre lo que ven en Internet, sobre lo que piensan y cómo gestionan todo esto que está ocurriendo. Con los adolescentes ucranianos lo tendremos más difícil por el idioma, ya que son reacios al servicio de traducción y se aíslan mucho más.

El cerebro adolescente se caracteriza por una mayor sobreactivación emocional o hiperreactividad. Ante una situación de amenaza, la amígdala reacciona y cualquier estímulo neutro puede ser interpretado como un peligro potencial. Además, en la adolescencia, los niveles de cortisol son más elevados que en la infancia o en la adultez, por lo que esto les predispone a mayor ansiedad y mayores respuesta de ira, viviendo sus problemas y preocupaciones con mucha más intensidad.

La adrenalina y el cortisol, además de influir en los estados de ánimo, también interfieren en los procesos de aprendizaje.

Para que entendamos un poco mejor cómo influye el estrés en el aprendizaje: sabemos que las ratas son muy buenas recordando y encontrando la salida a los laberintos, pero si les mostramos un gato o un olor a gato, no sólo no son capaces de encontrar la salida sino que se quedan bloqueadas sin poder avanzar ni retroceder. (Muchos padres y docentes son como ese gato en el laberinto).

Tenemos otra hormona menos conocida, la tetrahidropregnanolona, que también se libera por el estrés, pero mirad qué curioso, en los adultos esta hormona reduce la ansiedad actuando como un sedante natural, liberándose a las media hora del suceso estresante y favoreciendo la relajación. Sin embargo, en la adolescencia ocurre lo contrario, su liberación hace que aumente la ansiedad, esto significa que están más indefensos ante las consecuencias del estrés que los adultos.

También sabemos que la pérdida de un ser querido, hace que disminuya el tamaño del hipocampo, responsable de la adquisición de nuevos aprendizajes, aumenta la reactividad de la amígdala y hay menor conectividad en la corteza prefrontal, afectando por lo tanto a la motivación y al control de impulsos.

Además, reitero que estamos saliendo de dos años de pandemia, donde la hiperactivación y la soledad han hecho estragos con este grupo de la población, que se sitúa en un momento crítico donde debe desarrollar sus habilidades sociales, pero que, debido al uso de mascarillas, han tenido la dificultad de inferir el estado emocional de sus iguales a través de las expresiones faciales, para conocer sus intenciones a priori, desarrollar confianza y empatía.

Recordemos también que la oxitocina reduce el estrés, favorece el aprendizaje al intervenir en los procesos de memoria, la cognición social, la empatía, los vínculos, la cohesión social y la cooperación. Sus beneficios son cada vez mayores, llegando a ser eficaz incluso para el tratamiento del dolor en el cáncer terminal y en la migraña. Tan solo tenemos que mantener el contacto físico más allá de 6 segundos.

Nuestras mascotas también hacen que liberemos más oxitocina en nuestros cerebros y del mismo modo, en nuestra presencia, sus cerebros también la liberan.

Los niños y niñas que viven en hogares afectuosos, liberan mucha más oxitocina que aquellos que viven en hogares donde hay conflictos frecuentes entre sus progenitores y/o están separados.

RESILIENCIA:

Termino esta presentación confiando en la innata capacidad del ser humano de ser resiliente o en la nuestra para generarla mediante esta propuesta de Mónica Marzetti:

 

Muchas gracias!!!

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Referencias

Prenatal maternal stress prospectively relates to shorter child buccal cell telomere length. Judith E.Carroll, Nicole E.Mahrer, Madeleine Shalowitz, Sharon Ramey and Christine Dunkel Schetter. Psychoneuroendocrinology (2020).DOI: https://doi.org/10.1016/j.psyneuen.2020.104841

Rees  S, Channon  S, Waters  CS.  The impact of maternal prenatal and postnatal anxiety on children’s emotional problems: a systematic review.  Eur Child Adolesc Psychiatry. 2019;28(2):257-280. doi:10.1007/s00787-018-1173-5PubMedGoogle ScholarCrossref

Maternal Stress Before Conception Is Associated with Shorter Gestation. N E Mahrer et al. Annals of Behavioral Medicine (2020).DOI: https://doi.org/10.1093/abm/kaaa047

https://childrensnational.org/departments/developing-brain-research-laboratory

https://academic.oup.com/abm/article/55/3/242/5873717?login=true

https://newsroom.ucla.edu/releases/maternal-stress-and-faster-aging-of-babies

Neurociencias y Aprendizaje: Autores/as: Analía Verónica LOSADA; Juana Eva SILBERMAN; Mónica Beatriz MARZETTI (Argentina). Natandoson TORRES DANTAS (Brasil). Leslie Bravo GARCÍA; Leidy J. RODRÍGUEZ HIGUERA; Mónica I. HERAZO CHAMORRO (Colombia). Javier TIRAPU-USTÁRROZ; Inma PIQUERES-JUAN, Miguel GARCÍA-SALA (España). Luis ECHAVARRÍA-RAMÍREZ (Perú). Ariel CUADRO; Ana Laura PALOMBO (Uruguay).

El arte de persistir / El cerebro adolescente: David Bueno iTorrens

Nieves López-Brea Serrat. Neuropsicóloga Infanto-Juvenil.

Trastorno por atracón

El trastorno por atracón se caracteriza por episodios de ingesta de comida en grandes cantidades y una sensación de falta de control durante los mismos. Por tanto, es frecuente que durante los atracones se coma muy rápidamente, incluso sin hambre, de forma aislada y hasta sentirse desagradablemente lleno. Tras ello, la persona suele sentirse culpable, triste y/o avergonzado.

La principal diferencia con la bulimia es que en el trastorno por atracón no se acude a comportamientos compensatorios tras la ingesta. Es decir, tras los atracones no se intenta compensar emitiendo conductas como vomitar, usar laxantes y diuréticos o realizar ejercicio físico de forma excesiva.

Las teorías explicativas que se manejan sobre esta patología indican, en primer lugar, una posible predisposición genética a poseer ciertos rasgos de personalidad o tendencia a desplegar un estilo alimentario concreto. Asimismo, regiones cerebrales como el núcleo accumbens, la amígdala y la corteza orbitofrontal parecen estar relacionadas con la aparición de la sintomatología debido a su implicación con los circuitos de recompensa y del control de impulsos. Por tanto,  una de las líneas de investigación es, precisamente, el estudio de las posibles similitudes con los procesos de adicción a sustancias y el juego patológico. Otros autores señalan que este problema suele formar parte de una cadena de otros trastornos relacionados con el comportamiento alimentario (como obesidad o anorexia)  o con el control de impulsos.

 De igual forma, hay teorías que hacen hincapié en distintos factores que facilitan, inician y mantienen la sintomatología del trastorno:

  • Factores predisponentes: influencia de los medios de comunicación, interacción social negativa, situaciones de abuso o abandono, ciertos patrones de interacción familiar, baja autoestima, perfeccionismo…
  • Factores desencadenantes: sensación de hambre o ansia por comer, críticas de terceras personas, crisis familiares o personales, estado emocional bajo, etc.
  • Factores mantenedores: intento de reducir sensaciones, pensamientos e interacciones aversivas, como vía de escape ante dietas restrictivas, ver la comida como premio o gratificación, entre otras.

La intervención ante este tipo de problemática se enfocará según la circunstancia personal del paciente y las variables que la influencian. No obstante, en términos generales, los objetivos principales son instaurar hábitos saludables, tratar la sintomatología física y emocional asociada al trastorno, la adquisición de estrategias y habilidades de afrontamiento y la prevención de recaídas en el futuro. Asimismo, en ocasiones también se realiza un trabajo terapéutico y de asesoramiento a los familiares del afectado.

BIBLIOGRAFIA

Baile Ayensa, J. I., González Calderón, M. J. (2016). Trastorno por atracón. Diagnóstico, evaluación y tratamiento. Ediciones Pirámide.

Raich, R. M. (2017). Anorexia, bulimia y otros trastornos alimentarios. Ediciones Pirámide.

Serra, M. (2015). Los trastornos de la conducta alimentaria. Editorial UOC

 

 

Desirée  Castellano  Olivera

Psicóloga sanitaria y neuropsicóloga

El cerebro del bebé

Imagina un bebé…

¿Por qué un curso sobre el cerebro del bebé?

Bueno, soy psicóloga sanitaria experta en neuropsicología infanto-juvenil y en psicología de la educación; pero sobre todo soy “mamá”, y yo diría que, en escala de importancia, esto último sería lo primero, ya que serlo, me ha ayudado a entender mi profesión de una forma totalmente diferente. En mi carrera he aprendido mucho sobre la infancia y la adolescencia, por lo que debo a mi hija y a todo mi alumnado mi formación y para ellos y para ellas, decidí realizar este curso, porque yo hubiera necesitado uno en su día, para entender sus cerebritos, pero sobre todo, para entender el mío.

¿Por qué he decidido empezar “imaginando un bebé” antes de que haya un bebé? Precisamente por la importancia que cobra el tipo de relación afectiva que se dé entre los progenitores con los que vaya a convivir ese bebé…cada vez más estudios relacionan una convivencia afectiva, respetuosa y amorosa de la pareja con un mejor desarrollo socio-emocional y cognitivo del bebé. En el primer capítulo hablaremos de la oxitocina, una importante hormona que hará que nuestra pareja se refuerce antes, durante y después del bebé…

La oxitocina juega un papel fundamental en el establecimiento de los vínculos que formamos con nuestras parejas y en el parto con nuestro bebé. Es conocida como la hormona del amor, es la responsable de que amemos, seamos fieles, compasivos y empáticos. Bien podríamos llamarla la hormona de la “humanidad”. Se segrega durante las relaciones sexuales, pero también durante el parto y la lactancia. Pero su papel más ancestral es la supervivencia de las especies que viven en grupo. Se estima que tiene más de 500 años y además de ser una hormona, es un neurotransmisor.

Es producida en el hipotálamo y secretada desde la hipófisis y está implicada en comportamientos de cuidado, en la compasión, en el comportamiento maternal y en comportamiento de agresión. Su presencia interviene en la regulación del miedo eliminando las respuestas de parálisis. Está muy relacionada con la monogamia y la fidelidad, siendo la responsable, por su déficit de infidelidades en la pareja. De momento es difícil saber si tu pareja derrocha oxitocina, pero aunque no sea así, es algo que se puede generar de nuevo cuidando los lazos afectivos y reparando los vínculos rotos, es lo que se suele hacer en terapia de pareja y que además, mejorará la salud mental de ambos, por lo que te contaremos siete truquillos para aumentar los niveles de oxitocina de forma natural antes o después de que lleguen los peques.

Lo que veremos después serán curiosidades sobre la posibilidad de tener un embarazo, ya que no suele ser tan fácil como pensamos, por lo que siempre es recomendable conocer todos los recursos de los que disponemos.

Y de aquí entramos de lleno de una forma muy dinámica e interactiva, con juegos, enlaces y vídeos, en lo que podemos esperar en cada trimestre de embarazo, tanto sobre los cambios en el bebé como en la mamá (y en el otro progenitor si lo hay), hasta que por fin se da el nacimiento…con más oxitocina!!! Pero cuidado!!!

El embarazo y el nacimiento de un bebé son tremendamente importantes, existen factores protectores y factores de riesgos que tendremos que tener muy en cuenta, ya que puede alterar el neurodesarrollo motor, físico, sensorial, senso-emocional, lingüístico, conductual y cognitivo, por lo que es de vital importancia que esto se conozca y se promuevan hábitos saludables en los progenitores desde que se “imagina un bebé”.

 

Con esta ayuda, tendremos un bebé sano que hará que cada mañana amanezcamos con más ilusión pero con menos energía, por lo que los siguientes años no podemos descuidarlos en absoluto, los cinco primeros años también serán fundamentales para todo su neurodesarrollo, es como si en este tiempo, se construyeran todas las carreteras por las que circulará todo su futuro. Por lo tanto, abordaremos paso a paso todo su neurodesarrollo motor, sensorial, físico, socio-emocional, lingüístico, conductual y cognitivo hasta los 5 años, para que puedas seguir el correcto ritmo de crecimiento de tu peque.

IMAGINA UN BEBÉAccede a “Imagina un bebé” pinchando en la imagen y descubre las valoraciones que han hecho algunos usuarios. 

 

 

 

 

 

Nieves López-Brea Serrat, psicóloga sanitaria y neuropsicóloga infanto-juvenil

Autoestima y desarrollo personal

Autoestima y desarrollo personal

La Teoría de la Autopercepción de Daryl Bem, afirma que cada uno de nosotros nos valoramos en función del juicio que hacemos de nuestro comportamiento y conducta. Esa valoración la realizamos a través de la observación de nuestro comportamiento y a partir de ahí creamos una percepción positiva o negativa de nosotros mismos.

Esta evaluación de nosotros mismos va a depender además de tres factores: de lo que los demás dicen de nosotros; de lo que creemos que los demás piensan de nosotros; y de la comparación que realizamos de nosotros mismos con respectos a los demás.

 

Pues bien, todas estas ideas son las que van a determinar cómo va a ser nuestra autoestima.

Como ideas que son, y no como hechos irremediables, nosotros podemos cambiarlas y podemos ayudar (y ayudarnos) para que nuestra autoestima se ‘equilibre’ y se mantenga positiva.

¿Por qué es importante la autoestima?

Digamos que la autoestima tiene un papel importante en nuestro comportamiento y en nuestro día a día. Es ‘ella’ la que media cuando nos enfrentamos a situaciones adversas en nuestra vida. Es ‘ella’ la que influencia cómo nos tomamos las cosas que nos suceden, cómo afrontamos una situación difícil, trágica, dolorosa, y es ‘ella’ la que nos impulsa a conseguir lo que queremos en la vida.

Las personas con una autoestima elevada suelen tener menos emociones displacenteras y menos depresión que las personas con una autoestima baja. Además, suelen manejar mejor el estrés, y ello conlleva a efectos menos nocivos para la salud. Normalmente, sobrellevan de mejor manera las situaciones negativas (eso no quiere decir ni que sean felices siempre, ni que todo les de igual) y, además, las personas con menos desequilibrios en su autoestima suelen tener emociones más estables y las gestionan de un modo más eficaz.

Realmente, si muchas de las cosas importantes en nuestra vida dependen de nuestra autoestima y mejorarla está solamente en nuestras manos, ¿por qué no intentarlo?

Pincha aquí para descargar los cuatro pilares de la autoestima: AUTOCONCEPTO, AUTOCONOCIMIENTO, AUTO RESPETO y AUTO CUIDADO

¿Cómo va tu autoestima?:

4 Pilares básicos para una correcta autoestima

Nieves López-Brea Serrat
Neuropsicóloga infanto-juvenil

 

 

 

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Bibliografía

  • –  BEAUVOIR, S. de, 1949, Le deuxième sexe, París: Ed. Gallimard.
  • –  BOWEN, Murray,1979, De la familia al individuo. La diferen- ciación del sí mismo en el sistema familiar, Barcelona: Paidós, ISBN: 84-7509-716-2.
  • –  BRANDEN, Nathaniel, 1999, La autoestima de la mujer, Barce- lona: Paidós, ISBN:84-493-0738-4.
  • –  BRANDEN, Nathaniel, 1995, Los seis pilares de la autoestima, Barcelona: Paidós, ISBN: 978-84-493-0144-5.
  • –  BRANDEN, Nathaniel, 1990, El respeto hacia uno mismo, Bar- celona: Paidós, ISBN:84-7509-585-2.
  • –  CABALLO, Vicente, 2002, Manual de evaluación y entrena- miento de las habilidades sociales, Editorial S.XXI.
  • Worchel, S. (2004). Psicología social. Ed. Thomson: Madrid

 

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