Duelo tras la muerte de un hijo

DUELO TRAS LA MUERTE DE UN HIJO

Cuando un ser querido fallece es una experiencia dolorosa, que provoca diversas reacciones en las personas, pudiendo cambiar desde una inmensa tristeza, como sentir mucha soledad y desgarro. En los casos de más gravedad puede perdurar años e incluso el resto de la vida.

Se ha estudiado que una de las pérdidas que causan mayor sufrimiento y dolor es la muerte de un hijo/a, pudiendo dejar cicatrices profundas. Ya que el fallecimiento de un hijo/a es algo antinatural, y provoca un cambio del ciclo biológico normal. Dicha perdida repercute en la calidad de vida de las personas, en el sistema de valores en el que convive con relación a sus metas, objetivos y preocupaciones, así como en el contexto cultural. Con frecuencia se corre el riesgo de entrar en una depresión, de la cual es complicado salir sin ayuda.

Se afirma que alrededor del 20% de los padres que pierden a un hijo/a no pueden llegar a superarlo. Aunque la vida continua, la ven desde lejos y sin ninguna motivación, ni ilusiones, como si la vida le fuese algo ajeno e incluso le provoca dolor el seguir vivos. Pierden el interés por las cosas y no disfrutan con nada. Acompañando todo esto de mucha tristeza, cansancio físico y mental e inseguridad, aparecen muchos sentimientos de culpa, alteraciones del sueño, falta de apetito y deseo sexual. Dicha perdida puede llevar a tener efectos negativos con los otros hijos/as y con la pareja. Todo esto nos lleva a episodios depresivos.

Son muchas las personas que tras la muerte de su hijo/a desarrollan un duelo complejo persistente. El cual se presenta cuando tras un año del fallecimiento, la persona padece diversos síntomas como son; dolor, dificultades para aceptar la perdida, ira, aturdimiento, culpa, deseos de muerte, soledad, etc.

Hay varios factores protectores ante la posibilidad de padecer un duelo complejo, entre estos podemos ver la comunicación, la espiritualidad, el autocuidado, la flexibilidad mental, capacidad para encontrar sentido a lo que se hace, capacidad para estar en el presente y la autocompasión.

Cuando se trabaja con personas en duelo, lo principal es conocer que necesidades hay detrás de cada uno, sus asuntos no resueltos y si les queda algo por terminar, y ver cuales están más dañados por la pérdida para poder ayudar y conseguir una mejor calidad de vida.

Cuando hablamos de duelo, nos encontramos con tres tipos:

  • Duelo anticipado; hace referencia a un complicado proceso que se vive cuando se enfrenta a la posibilidad de anticipar el fallecimiento de un ser querido y va formándose una adaptación a lo que va a ocurrir.
  • Duelo normal; cuando se vive un sentimiento de soledad y tristeza, y se llora por el fallecimiento de la persona amada. También puede ocurrir que se viva de forma que la persona se sienta como aislado o indiferente, o con sentimientos de agresividad.
  • Duelo patológico; se da cuando las reacciones ante la perdida son de una intensidad fuerte, duran mucho en el tiempo y hace imposible el que su vida diaria pueda funcionar, teniendo altibajos emocionales. También se da mucho enojo, negatividad para seguir con su propia vida, sentimientos de vacío con respecto a todo. Tienen pérdida de apetito, insomnio, cefaleas, así como diversos síntomas psicológicos, principalmente una inmensa pena y dolor.

También nos encontramos con diferentes etapas del duelo:

  • Negación; se utiliza como mecanismo de defensa ante la incapacidad para asimilar la perdida.
  • Enojo/ira; se comienza a ir asimilando la perdida, pero aparecen sentimientos de enfado e ira hacia el exterior.
  • Negociación; siente mucho resentimiento con Dios o lo que le tenga fe, e intenta hacer promesas para conseguir sentirse mejor o para intentar recuperar a su ser querido.
  • Depresión/tristeza; al no encontrar solución a tanto dolor, los sentimientos de enfado y frustración se convierten en una gran tristeza y desesperanza.
  • Aceptación/reorganización; se va adaptando a su nueva vida, en la cual ya no está su ser querido.

La elaboración de un duelo es un camino largo, y doloroso. Este se termina cuando la persona se ve capaz de recordar a su hijo/a fallecido sintiendo poco dolor, aprendiendo a vivir sin él, dejando de vivir en el pasado y pudiendo así centrarse en el presente poniendo toda su energía en ello. El objetivo no es olvidar al ser querido, si no aprender a vivir con el dolor.

Se ha visto que, para el tratamiento del duelo, una de las técnicas más eficaces es la técnica Gestalt de la “silla vacía”, para poder hablar con la persona fallecida en el presente y expresar lo que se necesite. También hay varias técnicas que resultan de gran utilidad como son; el uso de la escritura, esto le ayudara a resolver los asuntos que hayan quedado pendientes y poder decir todo lo que necesite. La reestructuración cognitiva, ya que los pensamientos influyen en nuestros sentimientos, es muy importante ayudar a poder identificar esos pensamientos y compararlos con la realidad. Estas son algunas de las técnicas que son eficaces para tratar el duelo, así como también la imaginación guiada, el role playing, el libro de los recuerdos, el uso de símbolos, el lenguaje evocador, entre otras.

Bibliografia.

Rosas, A. M. A., & Ayala, M. D. L. C. (2020). Evaluación de una intervención psicoterapeútica con padres en duelo por la muerte de un hijo. Revista Salud y Bienestar social [ISSN: 2448-7767]4(2), 33-50.

Alonso-Llácer, L., Lacomba-Trejo, L., & Pérez-Marín, M. (2021). Duelo complicado por la muerte de un hijo: presentación de un caso. Medicas UIS34(3), 85-92.

Worden, J. W., Aparicio, Á., & Barberán, G. S. (2013). El tratamiento del duelo: asesoramiento psicológico y terapia. Barcelona: Paidós.

Psicóloga Sanitaria Experta en Infancia, Duelo y Cuidados Paliativos

Nieves López-Brea
Neuropsicóloga Clínica Infanto-Juvenil

Duelo perinatal

DUELO PERINATAL

Cuando hacemos referencia al duelo perinatal, hablamos de un duelo complicado y son diversas las características que lo diferencian de los otros tipos de duelo, ya que conforme va avanzando el embarazo, el hijo/a va llenando un lugar dentro de la familia, los padres van formándose una idea de cómo va a ser su hijo/a, como va a ser su vida de ahora en adelante y por lo tanto su futuro. El desarrollo se complica cuando ocurre la perdida, ya que no existe un sujeto definido para el duelo, ni hay experiencias ni recuerdos para poder compartir. El fallecimiento del feto durante el embarazo, en el parto o varios días después del nacimiento se trata de un tema bastante delicado, que esta influido por muchos factores. Cuando hablamos de este tipo de duelo, hablamos de trauma, ya que es un suceso bastante complejo y es algo muy complicado de digerir para el cerebro.

Únicamente las personas que han pasado por este proceso saben lo que se siente ante un duelo perinatal, un sufrimiento que en la mayoría de los casos es ignorado. Diversos autores piensan, en que el duelo perinatal es social y culturalmente invisibilizado.

Cuando se piensa en un duelo de este aspecto, la mayoría de las veces no se entiende el dolor que están sintiendo las familias, ya que no es una muerte por la que pasan todas las personas, como si sucede con la muerte de un padre o una madre. Las personas que lo sufren entienden que no necesitan elaborar el duelo, poniendo en marcha defensas psicológicas que niegan y evitan los aspectos emocionales, como no pensar, no expresar lo que sienten ni su dolor, lo que les lleva también a no sentir dolor directamente bloqueando este que están sintiendo en el momento presente. Tras la perdida, las familias afectadas no se encuentran en condiciones físicas ni mentales para poder retomar su vida de forma rápida, es necesario que cuenten con el espacio necesario para poder procesar sus sentimientos y emociones poco a poco, y si es posible con su círculo social más próximo o con profesionales.

Un duelo que pueda ser llorado, aceptado y expresado sin ser juzgado por la sociedad será entendido como un duelo permitido, pero el que la sociedad no logre entender, que no se sepa como acompañar en este camino doloroso de tristeza, ansiedad, e ira, será visto como un duelo que no está permitido. El entorno le resta importancia a la pérdida, transformando lo que para los progenitores era un bebe, en un ser medio hacer, con poca condición humana y se escuchan frases como “Sois jóvenes aun”, “La naturaleza es sabia”,” Podéis volver a intentarlo”, “¿Todavía estas triste por eso? Ya ha pasado mucho tiempo”, etc. Todos estos comentarios repercuten en los padres de forma negativa, provocando sentimientos de incomprensión, culpa, tristeza, soledad, y exigencia. Es por esto que las personas que han sufrido una perdida perinatal necesitan personas que lo acompañen, que le proporcionen seguridad y confianza para poder expresar todo lo que necesiten y sin que le juzguen.

También es muy recomendable que puedan ver y tomar en brazos a su bebe fallecido facilitándole todo el tiempo que necesiten, y que puedan hablar de lo ocurrido, así como hacer rituales de despedida en base a las creencias de cada familia, para promover los procesos de cierre, ya que con el feto nunca hubo un contacto visual mas allá de lo que vieron en las ecografías, y evitar comentarios sobre lo que es normal y lo que no.

Es importante resaltar, que las diferencias individuales en las personas, el contexto en el que viven, sus creencias previas, si se sienten apoyadas en su decisión o no, cómo perciben el mundo, entre otras muchas, hará que la experiencia de la perdida en si misma sea percibida como algo traumático o más llevadero, ya que no hay una sola forma de vivir un duelo. Se puede asegurar que, si se encuentran en compañía y no juzgados por el personal sanitario que les atienda, así como por su círculo más cercano, esto hará más llevadero el poder integrar esa dura experiencia, lo que será un factor protector frente al duelo.

Cuando hablamos de perdida perinatal, nos encontramos con tres tipos:

  • Aborto espontaneo: se le llama a la finalización natural del embarazo antes de que el feto sea viable. No siempre resulta traumática, pero en muchas ocasiones la perdida suele ir acompañada de un duelo. El aborto es una perdida que no está reconocida social ni sanitariamente. Aquí frecuentemente la madre presenta sentimientos de ineficacia y una sensación de ser inadecuada para poder gestar un bebe.
  • Aborto voluntario: autores como Peppers fueron los primeros en estudiar la respuesta de duelo tras un aborto voluntario, y se encontró que las puntuaciones recogidas eran muy parecidas a las de las mujeres que habían tenido un aborto espontaneo, muerte en el útero, durante el parto o muerte neonatal. Es muy común encontrar aquí mucha conspiración de silencio.
  • Interrupción voluntaria del embarazo por problemas en el feto o amenaza para la salud materna: dicha perdida es producida cuando se le comunica a los padres que el feto viene con algún problema o enfermedad. Las mujeres que toman esta decisión se ven aturdidas por sentimientos de culpa y vergüenza, por haber decidido la muerte de su feto.
  • Reducción selectiva en embarazos múltiples: estos embarazos suelen ser por técnicas de fertilidad, lo que lleva detrás que las parejas tienen un camino de perdidas. Es una decisión amarga de tomar y hay que tomarla con rapidez, los progenitores se enfrentan a la cuestión de “cuantos son demasiados”. La reducción hace que haya mejor resultado del embarazo, que en caso contrario puede provocar discapacidad grave, prematuridad o la muerte de todos. El dolor crece por la soledad, ya que la mayoría lo lleva en secreto para evitar que los juzguen. Son muchas familias las que sufren depresión moderada tras un suceso así.
  • Pérdida por muerte intraúterina, intraparto (mortinato): se da cuando fallece el bebe en estado avanzado del embarazo, ya sea en el parto o intraútero. Este suceso lleva a diversas perdidas que provocan muchos estresores. La principal perdida que se conoce es la del bebe ansiado, pero también se pueden dar las siguientes perdidas colaterales; el rol del padre o madre si es el primero, la inocencia respecto al parto, el derecho a nombrar a ese hijo en algunos lugares, la posibilidad de poder crear recuerdos y haber tenido un contacto, etc.
  • Pérdida del neonato: normalmente cuando el bebe viene con problemas graves se anticipa dicha noticia antes del nacimiento, pero hay otros casos que aparecen de forma inesperada durante el parto, o en las primeras horas o días de vida. Tanto los progenitores como los profesionales se enfrentan ante un duelo anticipatorio, dado el riesgo de muerte del bebe. Surge un debate ante el apego al bebe enfermo y el miedo a que no consiga sobrevivir. La situación los puede llevar a desear que el bebe fallezca y así acabar con el sufrimiento, pero esto llevara a un gran sentimiento de culpa.

En muchos de estos casos, el proceso sucede con dos etapas de un profundo dolor:
El momento en que se comunica que el feto no tiene latido.
El momento en que se inicia la expulsión del feto, a veces mediante un complejo proceso de parto: con dilatación, contracciones uterinas y profeso de salida. Sabiendo, de antemano, que lo que va a nacer es un ser inerte, el dolor de la madre, de los padres, es indescriptible.

Siempre es recomendable el tratamiento del duelo perinatal, la Terapia cognitiva conductual es el marco teórico más eficaz, realizada por psicólogos clínicos o sanitarios.

La terapia consiste en:

  • Facilitar el ritmo de su proceso dando siempre la información que necesiten, escuchando siempre sus deseos y necesidades.
  • Ofrecer soporte emocional.
  • Permitir la elaboración de recuerdos con cosas o fotos que tengan que ver con él bebe, por ejemplo, latidos del corazón, huellas, ecografías, etc.
  • Si hay niños implicados, informar a los padres que es importante que se elabore su duelo respetando su etapa evolutiva.
  • Dar la posibilidad de poder nombrar y dar nombre al bebe.
  • Ofrecer la opción de hacer una carta para él bebe.
  • Facilitar la narrativa de lo que ha ocurrido y como ha sido vivido.
  • Dibujar.
  • Hacer una reorientación sobre las falsas creencias que se puedan tener y que están haciendo más complicado la expresión de los sentimientos.

Hay que saber que la intervención hospitalaria es muy limitada, y que casi siempre solo da tiempo a dar unos primeros auxilios psicológicos, que no quitan el dolor de la perdida, pero si facilitan el principio del proceso de duelo. Es imprescindible que, tras el alta, los progenitores tengan unos cuidados emocionales y físicos que den continuidad a lo realizado durante el ingreso, para poder llevar la experiencia vivida y así poder seguir adelante con su vida.

Si has pasado por este duro momento o tienes alguna consulta puedes preguntarnos aquí:

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Bibliografía

López García de Madinabeitia, A. P. (2011). Duelo perinatal: un secreto dentro de un misterio. Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría31(1), 53-70.

Lorite Martínez, I. (2023). Del silencio al afrontamiento integral. Eficacia de las intervenciones psicológicas en el duelo perinatal: Una revisión sistemática.

Zlotogwiazda, I. (2023). Intervenciones psicológicas en situaciones de duelo perinatal (Doctoral dissertation, Universidad de Belgrano-Facultad de Humanidades-Licenciatura en Psicología).

Petralanda, V. L. y García, J. A. (2007). Guía clínica sobre el duelo (pp. 7-26). Centros de Salud de Basauri-Ariz y Kueto-Sestao de Vizcaya.

Psicóloga Sanitaria Experta en Infancia, Duelo y Cuidados Paliativos

Nieves López-Brea
Neuropsicóloga Clínica Infanto-Juvenil

Counceling in Benalmádena, Málaga

Counseling en Málaga y en Benalmádena

Ya que a veces nos preguntáis, nuestra especialista en Counseling en Málaga y Benalmádena resuelve las dudas de las diferencias que pueden existir entre el counseling y la psicología sanitaria o clínica.

Hoy en día, estamos muy acostumbrados a escuchar los conceptos de “psicología sanitaria o psicología clínica”, usualmente al referirnos a una terapia psicológica. En otro post os hablaremos de la diferencia entre estas dos.

Sin embargo, en otros países como Inglaterra y muchos países del norte de Europa suelen utilizar el counseling. Pero, ¿qué es?, y ¿qué diferencias existen con la psicología sanitaria/clínica?

Por un lado, la psicología sanitaria o clínica se ocupan de tratar la salud mental del ser humano y tienen como objetivo superar alguna situación que le está generando malestar, es decir, busca un tratamiento empírico y científico. Aquí encontramos que nuestra corriente Cognitivo-Conductual, es la que mejores resultados ofrece ante trastornos, lamentablemente tan comunes hoy en día, como la ansiedad o la depresión.

En cambio, el counseling (o también conocido como consejería o asesoramiento psicológico) también lo lleva a cabo una profesional de la salud mental, es decir, una psicóloga, y que, lejos de centrarse únicamente en aquello que le supone malestar, se centra en trabajar con la persona de manera íntegra tratando de abarcar todos aquellos aspectos de su personalidad y de sus circunstancias y así potenciar su autodesarrollo mediante el desarrollo de habilidades personales, la toma de decisiones importantes o la ayuda de alcanzar metas tanto personales como profesionales.

Además, el objetivo también insta en proporcionar un entorno seguro y de apoyo, al igual que la terapia de psicología sanitaria/clínica, aunque algunas de las diferencias se encuentra en la duración de la terapia: mientras la terapia de psicología sanitaria/clínica suele ser más extensa, según el trastorno o la dificultad que presenta el individuo, el counseling suele ser más breve y suele centrarse en problemas más específicos o en metas y no tanto en un trastorno per sé.

En Psycolab, nuestra especialista Berta Valentino ofrece ambos servicios en inglés, tanto psicología sanitaria como Counseling. La elección entre el counseling o terapia depende de las necesidades de cada persona y la gravedad de los problemas.

Si tienes dudas, puedes consultarnos o reservar directamente con ella en el siguiente enlace:

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Psicóloga Sanitaria Bilingüe
Counsellor en Málaga y Benalmádena

 

 

 

 

 

 

 

 

REFERENCIAS:

Martí-Gil, C., Marcos-Pérez, G., & Barreira-Hernández, D. (2013). Counseling: una herramienta para la mejora de la comunicación con el paciente. Farmacia Hospitalaria, 37(3), 236-239.

Mearns, D., & Thorne, B. (2020). Counseling centrado en la persona: En acción. Gran Aldea Editores.

Artiles, M. (2014). ¿ Qué es Counseling?. de Consultorias y psicopterapias centradas en la persona y experienciales, Buenos Aires, Gran Aldea Editores, 37-45.

Erazo, L. R., & Nisenbaum, I. S. (2005). Psicología clínica de la salud. Un enfoque conductual. UNAM.

Animómetro, la herramienta para identificar, medir y regular estados emocionales.

Todos los que nos conocéis, sabéis la utilidad que tiene el anemómetro o Mood Meter. Os animamos a que os la descarguéis, la imprimáis y la colguéis en un sitio bien visible para regular vuestros estados emocionales y los de las personas que tenéis alrededor. Además, conocer más términos emocionales (granularidad emocional) es un factor imprescindible en el Aprendizaje Social y Emocional (A.S.E.).

“Las palabras siembran nuestros conceptos, los conceptos dirigen nuestras predicciones, las predicciones regulan nuestro presupuesto corporal, y nuestro presupuesto corporal determina cómo nos sentimos. Por lo tanto, cuanto más rico sea nuestro vocabulario, con más precisión el cerebro predictor podrá adaptar su presupuesto a las necesidades de nuestro cuerpo. De hecho, las personas que tienen más granularidad emocional acuden menos al médico, toman menos fármacos y se pasan menos días hospitalizados por enfermedad. Pero esto no es magia; es lo que sucede cuando aprovechamos el límite poroso entre lo social y lo físico”. (La vida secreta del cerebro: Cómo se construyen las emociones: L. Feldman Barrett, G. Sánchez Barberán)


Nosotros la hemos preparado también en español, aquí la tienes:

 

Por un lado tenemos reacciones donde se accionan respuestas fisiológicas de mucha o poca energía. Por otro lado, sentimos emociones agradables o desagradables. (Recordemos que no existen emociones negativas).

De este modo, el color rojo expresará una alta activación del organismo con emociones desagradables….mucha energía y algo que no me gusta, bien podría traducirse en lo que todos llamamos “IRA”. Las personas que se levantan en este color reclaman silencio y que les dejen tranquilos durante un tiempo. Además, fácilmente contagiarán al resto de convivientes a su color. Si nos levantamos en rojo, bien podría ser que lo que necesitemos es descansar, o más, o mejor.

El color azul se sitúa en una franja de baja energía y emociones desagradables, son esas personas que arrancan los lunes con la necesidad de beberse dos cafés seguidos, o tres, o cuatro,…Pero al tener la energía baja, bien podrían situarse a lo largo de la mañana en los colores verde o amarillo.

El amarillo es una muy alta activación del organismo con emociones muy agradables. ¿Quién no recuerda a esa abuela que abría las ventanas de par en par cantando lo maravilloso que era el día? En amarillo también estarán los peques que han dormido bien, pero su “exceso” de energía, harán que algún adulto “inexperto emocionalmente” o “cansado temporalmente”, acabe en rojo o azul.

Y por último tenemos el mejor color del ser humano, el verde. Vivimos bombardeados con la idea de que tenemos que ser felices a toda costa, en cualquier momento, pero esto implica un consumo energético elevado, y todo lo que sube….Por eso, el mejor estado del ser humano no es la felicidad, es la serenidad…emociones agradables, con un coste energético bajo. Desde este color, todo se gestiona mejor.

Como hemos visto, es fácil cambiar de color en un mismo día, y es fácil dejarnos contagiar o que contagiemos a otros de nuestros colores. Vamos a ofreceros un truco rápido y gratis para pasar del rojo o del azul al amarillo o al verde:

Busca una oreja (roja o azul), acércate a ella despacio, susúrrale algo agradable, observa,…

…, ¿una sonrisa, verdad?

La aplicación “Mood Meter” es una aplicación desarrollada por el Yale Center for Emotional Intelligence en colaboración con Hope Lab, basada en una de las herramientas del método RULER. Los usuarios de la aplicación aprenden a identificar y etiquetar las emociones, aumentar su consciencia acerca de cómo las emociones cambian a lo largo del día y cómo sus emociones, a su vez, afectan a su comportamiento y pensamiento. Además, facilita el uso de estrategias de regulación adecuadas según la emoción escogida.

Bibliografía

  • Bisquerra, R. (2012). De la inteligencia emocional a la educación emocional. Cómo educar las emociones, 24-35.
  • Brackett, M. A., Mayer, J. D., y Warner, R. M. (2004). Emotional intelligence and its relation to everyday behaviour.
  • Brackett, M. A., Rivers, S. E., Shiffman, S., Lerner, N., y Salovey, P. (2006). Relating emotional abilities to social functioning: a comparison of self-report and performance measures of emotional intelligence. Journal of personality and social psychology, 91(4), 780.
  • Castillo, R., Fernández-Berrocal, P., y Brackett, M. A. (2013). Enhancing teacher effectiveness in Spain: A pilot study of the RULER approach to social and emotional learning. Journal of Education and Training Studies, 1(2), 263-272.
  • Salguero, J. M., Fernández-Berrocal, P., Ruiz-Aranda, D., Castillo, R., & Palomera, R. (2015). Inteligencia emocional y ajuste psicosocial en la adolescencia: El papel de la percepción emocional. European Journal of Education and Psychology, 4(2).
  • Salovey, P. y Mayer, J.D. (1990). Emotional Intelligence. Imagination, Cognition and Personality, 9, 185-211.

Nieves López-Brea Serrat, experta en Neuropsicología y Neuroeducación

La caja de los deseos

La caja de los deseos es una técnica para trabajar las relaciones de pareja. Pero pueden ser útiles en cualquier relación. Tener una para cada miembro de la familia sería ideal.

En estos momentos en que la convivencia es intensa y puede producir más roces que antes, os contamos esta sencilla técnica que permite conocer qué espera la otra parte de nosotros sin tener que pretender, como hacemos muchas veces, que nos lean el pensamiento.

Podemos coger cualquier caja vacía que tengamos en casa o dos botes de esos que hemos ido sacando de la despensa. Estos que os muestro me los acaban de enviar unos amigos, ¿verdad que son geniales?

Os cuento la técnica: Cada miembro de la pareja (o de la familia) irá metiendo papelitos con pequeños deseos que desea ver cumplidos, pueden ser desde grandes proyectos (viajar a Irlanda cuando termine el confinamiento) o pequeños detalles que a veces olvidamos que están en nuestra mano (que me acaricie el pelo mientras vemos una peli). Las cajas o los botes de los deseos deben tener una variedad de peticiones, porque lo mejor de la técnica es que la parte contraria puede decidir en qué momento se puede cumplir cada uno de ellos.

Quizás esta noche no toca peli, pero mira por dónde también he encontrado otro papelito donde pedía su cena favorita, o un pequeño masaje, o sólo una mirada, o una sonrisa…y eso sí podemos cumplirlo!!!

Cuando tratamos de agradar a la persona (o las personas) con las que convivimos, el juego se vuelve inmediatamente bidireccional y empiezan a aparecer en casa millones de detalles que habíamos dejado olvidados en el rincón de las rutinas.

Es gratis y es divertido.

Agradezco a J.L. y a J. su detalle en compartir conmigo estas imágenes y les deseo unos días llenos de pequeños deseos hechos realidad.

¿Cómo afectan estas actividades positivas al cerebro?: Existe un circuito cerebral del placer, también llamado circuito mesocorticolímbico, que tiene funciones adaptativas, ya que asocia nuestra supervivencia a estas situaciones placenteras.

Así, cualquier estímulo que nos proporciona placer (el cumplimiento de estos pequeños deseos, comer chocolate o practicar sexo por poner algunos ejemplos), inicia la activación de este circuito liberando Dopamina para buscar aquello que Deseamos, mientras nos Activamos para disfrutarlo, se libera Adrenalina; y finalmente, la Satisfacción que nos produce, hará que la secreción de Serotonina nos deje esa sensación de querer repetir a toda costa aquello que nos produce tanto bienestar.

Esto da lugar al circuito biológico de la motivación, también conocido por DAS, del que hablaremos en otro post.

Orientación psicológica en Centros EQ: Sin relaciones sexuales por culpa del cibersexo

 “Tengo 36 años y llevo con mi novio 16 años en los cuales las relaciones sexuales han ido mal desde hace mucho tiempo, me ha rechazado muchísimo y descubrí que él es feliz viendo porno y teniendo relaciones virtuales, ahora no sé quien soy, me miro al espejo y no me reconozco, no me motiva nada, estoy bastante mal, no sé qué hacer porque le quiero mucho, pero me siento desilusionada y sin fuerzas y sobre todo odio mirarme al espejo porque me crea angustia y no tengo nada de autoestima.”

 


 

El cibersexo ha pasado de ser una práctica eventual e incluso utilizada en ambientes controlados para las terapias sexuales, a ser una práctica compulsiva y descontrolada para muchas personas, incluso con pareja estable, perjudicando de este modo sus relaciones más íntimas. Se llegan a establecer conductas de dependencia como ocurre con cualquier otra adicción.

Alrededor de un tercio de las páginas de Internet están destinadas al sexo, ya sean artículos, pornografía, o páginas para promover contactos sexuales, por lo que la accesibilidad y facilidad con la que podemos recurrir a ellas es bastante elevada. La ciberadicción se define como la pérdida de control frente al uso racional de Internet, llegando a afectar a la vida personal, familiar e incluso profesional del individuo. Los motivos de la ciberadicción  sexual son varios, pasando por la búsqueda de sensaciones potentes, disfunciones sexuales, bajo auto concepto trasladado a la posibilidad de cambiar su identidad y apariencia física, e incluso estados emocionales negativos, llegando a ser perfiles  con ciertos rasgos de depresión y ansiedad.

Sin embargo, y en contra de lo que muchos suelen creer, no suelen presentar insatisfacción sexual con su pareja, por lo que no debes culparte en absoluto de esta situación. El hecho de dudar de tu capacidad sexual o de tu atractivo, ha provocado que tu autoestima se resienta demasiado. Una baja autoestima nos hace inseguros ante el sexo, al igual que mantener una plenitud sexual puede aumentarla. Al sentirte menos segura, evitarás situaciones con carácter sexual que se den en tu pareja y no facilitarás ni iniciarás posibles encuentros sexuales, por lo que debes hacer ver a tu pareja cómo su adicción está afectando a vuestra relación y a ti personalmente y tratar de buscar una solución personal o profesionalmente.

Terapia de pareja

 

La importancia del Aprendizaje Social y Emocional (A.S.E.) incluso en terapia de pareja ya es notoria. Nos ayuda a comprender y revalorizar muchos de los aspectos de nuestra vida en pareja. La genial escritora Françoise Sagan nos decía: “Amar no es sólo querer, es comprender”. Comprender las emociones propias y ajenas, comprender las necesidades del otro aunque no se correspondan con las mías.

Si eres hábil en gestión emocional, lo serás en comunicación, en negociación, en comprensión y en empatía. Además hará que detectes a tiempo esos malestares que se inician en la convivencia y podrás repararlo, con o sin ayuda profesional, antes de esperar varios años para darte cuenta de que la relación está ya más que desgastada. Ahí es donde aparece la otra vertiente de la terapia de pareja, la de hacer de la ruptura un proceso respetuoso, usando la mediación si es necesario, sobre todo si hay hijos de por medio.

Según señala la Association of Marriage and Family Therapists de EEUU, tres de cada cuatro parejas que acuden a terapia admiten una mejoría en su relación. Incluso el 90% de las personas que acuden a terapia de pareja con profesionales mejora su estado de ánimo, su salud y su desempeño académico o laboral.

Pincha a continuación para ver un video sobre algunas técnicas que se utilizan en terapia de pareja, añadiendo un vídeo para tomar este tema con un poco de humor: Terapia de pareja/The nothing box

 

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