¿Por qué odio las matemáticas?

¿Por qué las Matemáticas y la Física son asignaturas que cuestan especialmente al alumnado, y en concreto a las niñas?

 

Las matemáticas y la física/química son dos de las asignaturas que más desafíos presentan a estudiantes de todas las edades. Aunque son fundamentales para el desarrollo del pensamiento lógico, suelen conllevar más esfuerzos. ¿Por qué ocurre esto? Existen diversos motivos a los que atribuir esta situación:

  • La abstracción de los conceptos: estas materias exigen la habilidad para entender y manejar ideas abstractas, a diferencia de disciplinas más específicas como historia o biología que ofrecen información palpable.
  • Razonamiento lógico: implica un pensamiento secuencial que nos permite abordar los problemas de manera gradual, siguiendo un orden estricto, puesto que cualquier equivocación en el proceso podría afectar el resultado final.
  • Falta de conexión con la realidad: en ocasiones resulta complicado comprender claramente la aplicación de lo que se aprende en estas materias en nuestra vida cotidiana, lo que puede generar una disminución del interés en las asignaturas.
  • El aprendizaje acumulativo: el conocimiento se desarrolla de forma progresiva y es fundamental comprender lo que se estudia, ya que será complicado mantener la continuidad del contenido si no se posee una base sólida para avanzar.

Por otro lado, la discalculia evolutiva, entendida como una condición que afecta la habilidad de entender y trabajar con números y conceptos matemáticos (Scrich, Fonseca, Bembibre & Torres, 2017), se trata de un trastorno del aprendizaje infradiagnosticado (solo se detectan alrededor del 10%) lo que provoca que los alumnos que lo presentan no cuenten con el apoyo necesario.

Además, los síntomas puedan ser sutiles o confundirse con otras dificultades en el aprendizaje, la escasa implantación de neuropsicología infantil o la poca concienciación sobre la importancia de la detección temprana pueden ser algunas de las causas de este infradiagnóstico. Lo cual nos deja unas consecuencias en los alumnos como la frustración, el descenso de autoestima, un peor rendimiento académico, dificultades y rechazo de asignaturas como matemáticas y física/química.

Por otro lado, hay que hablar de la brecha de género presente en asignaturas como matemáticas. En 2019, se compararon los datos de la prueba internacional de matemáticas de 4º de Primaria de TIMSS 2019 donde se apreció una diferencia desfavorable para las niñas. Sin embargo, en otras asignaturas no se reportan diferencias de género. ¿Por qué?

Existen diversas razones a las que podríamos atribuir parte de la causa de esta brecha, como por ejemplo:

  • Los estereotipos de género: los prejuicios de género a los que se someten los alumnos en contextos tanto académicos, como familiares en ocasiones pueden terminar influyendo en la forma de relacionarse con las materias.
  • Pérdida de confianza y motivación: en el momento en el que sienten que se “confirma el estereotipo” o que realmente su rendimiento o capacidad es peor, se acaba por interiorizar presentando así un descenso en el rendimiento.
  • Presentan mayores niveles de estrés en matemáticas: este estrés puede provocar que los resultados no sean fieles a la preparación y conocimientos que poseen.
  • La influencia de los profesores: la transmisión de confianza y seguridad a los alumnos es una parte esencial de la educación y si esta se ve alterada, puede provocar peores resultados en algunas materias.

Para reducir esta brecha de género sería importante crear entornos educativos que eliminen los estereotipos de género, ofrecer modelos a seguir y fomentar la confianza y la motivación del alumnado.

No dejes que las matemáticas y la física/química te genere ansiedad o más dificultades. En PSYCOLab detectamos casos de Discalculia y entrenamos en estas áreas para que superes el curso, en cualquier etapa, con éxito. Pregúntanos!!!

CONTACTO

Bibliografía:

Mateos Mateos R, López Guinea C (Febrero, 2011) Difficulties of learning. Problems of the late diagnose and/or of infradiagnostico.

Gómez Vera A, Moya Martínez M. (Agosto, 2019) La discalculia y el aprendizaje en matemáticas.

Scrich, Fonseca, Bembibre & Torres (2017). Dyslexia, dysgraphia and dyscalculia: their impact on ecuadorean education. 

Arconada D, Explorando las causas del fracaso en los estudios de matemáticas y física.

Sanz I, Cuevas Ruíz P, Sevilla A (Septiembre, 2021) La brecha de género en el rendimiento en matemáticas (TIMSS 2019)

ANA SÁNCHEZ GUTIÉRREZ
Psicóloga y preparadora académica en cualquier etapa educativa

Nieves López-Brea Serrat
Psicóloga Sanitaria
Experta en Neuropsicología Clínica Infanto-Juvenil

 

 

Memoria de trabajo

MEMORIA DE TRABAJO

 

La memoria de trabajo es fundamental para las diversas tareas que realizamos en nuestro día a día.

Se trata de un conjunto de procesos mentales encargados del almacenamiento y la manipulación de la información de forma activa, simultánea a la realización de la tarea. Es una de nuestras principales funciones ejecutivas, las cuales nos ayudan a planificar, organizar, guiar, regularizar y evaluar el comportamiento necesario para adaptarse al entorno y alcanzar metas. (Bauermeister, 2008).

La memoria de trabajo debe ser estimulada desde las primeras experiencias escolares, ya que cuenta con una capacidad de flexibilización y ampliación a medida que se adquieren conocimientos que hay que ejercitar. Es importante destacar la importancia de hacerlo sobre todo al inicio de la escolarización ya que en los primeros años es un factor clave para el correcto desarrollo estratégico del niño. También es fundamental su entrenamiento tras el diagnóstico del TDAH.

La Neuropsicología de la memoria de trabajo poco a poco ha ido consiguiendo recaudar más información gracias a las técnicas con las que contamos actualmente. Estaríamos hablando de una compleja red de conexiones y hay que destacar la importancia de la corteza prefrontal dorsolateral, con una tarea fundamental en el funcionamiento ejecutivo, el lóbulo parietal se encuentra muy relacionado con la manipulación espacial y la corteza temporal medial desempeña una importante función en la interacción con la memoria a largo plazo.

Han existido numerosos modelos para explicar esta función, uno de los más destacados es el Modelo Multicomponente de Baddeley y Hitch. En él se explica que la memoria de trabajo estaría compuesta por tres componentes y un sistema ejecutivo central:

  • El componente del bucle fonológico:

Se encuentra enlazado con el lenguaje, es el almacenamiento de la información a través de la lingüística. La información puede provenir del exterior (alguien nos habla y procesamos la información que contienen sus palabras) o de nuestro propio sistema cognitivo (somos capaces de comunicarnos con nosotros mismos a partir de la lengua sin necesidad de exteriorizarla). El bucle fonológico tiene una gran importancia en el desarrollo y la adquisición del lenguaje de los niños, ya que un mal funcionamiento o desajuste puede desencadenar en un trastorno del lenguaje.

Este bucle está compuesto por dos componentes un almacén temporal de la información acústica cuyos contenidos desaparecen al cabo de unos segundos (a menos que se refuercen) y un sistema de mantenimiento de la información acústico-verbal que, a través de la reactualización de la información, consigue mantenerla indefinidamente.

  • El componente de la agenda viso-espacial:

Es el componente responsable de procesar y mantener la información de naturaleza visual y espacial, la cual puede provenir tanto de la percepción visual como de nuestra mente. Es más complejo, por lo que ha presentado más dificultades a la hora de estudiarlo.

Podemos mantener esta información visual en nuestra memoria y crear nuestra propia representación espacial, la cual nos ayudaría a orientarnos en el espacio y tomar decisiones basadas en la ubicación y el movimiento de los objetos.

  • El componente buffer episódico:

Estaríamos hablando de un componente añadido en el 2000 por Baddeley, en su versión revisada del modelo original. Actúa como un almacenamiento temporal capaz de integrar información de diferentes componentes. Es el intermediario entre la memoria de trabajo y la memoria a largo plazo y realiza una especie de selección con la información que trasladar.

 

  • El sistema ejecutivo central o sistema atencional supervisor:

Es un sistema de orden superior encargado de mantener el control cognitivo y de procesamiento que precede a nuestro comportamiento. Es responsable de la selección ante situaciones novedosas para poder responder ante ellas y poniendo en funcionamiento procesos ejecutivos tan importantes como la anticipación, planificación y monitorización de las estrategias.

Dedicaremos otro post a este complejo sistema ejecutivo, llamado también SISTEMA DE ACTIVACIÓN RETICULAR ASCENDENTE (S.A.R.A).

En PSYCOLab disponemos de una variedad de pruebas diagnósticas, incluida NESPLORA, para la evaluación de los procesos atencionales, memoria y funciones ejecutivas. Pregúntanos!!!

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BIBLIOGRAFÍA

Escudero Cabarcas, J.; Wilmar Fernando, Pineda Alhucema.  Memoria de trabajo: El modelo multicolor ente de Baddeley, y otros modelos y su rol en la práctica clínica.

García, L. (Mayo, 2022) Memoria de trabajo y memoria a corto plazo, definición y diferencias.

González, S; Flavio Humberto, Fernández; Julio Enrique, Duarte. (Diciembre, 2016) Memoria de trabajo y aprendizaje: Implicaciones para la educación.

López, M. (2011) Memoria de trabajo y aprendizaje: aportes de la neuropsicología.

Tirapu-Ustárroz, J. y Grandi, F. (2016). Sobre la memoria de trabajo y la memoria declarativa: propuesta de una clarificación conceptual. PanamericanJournal of Neuropsychology, 10 (3): 13-31.

Tirapu-Ustárroz, J. y Muñoz-Céspedes, J.M. (2005). Memoria y funciones ejecutivas. Revista de Neurología, 41 (8): 475-484.

Urquinaona, S.; Luis Alberto, Heredia. (Octubre, 2010) Relaciones del ejecutivo central de la memoria de trabajo con los problemas comportamentales en la infancia. Universidad Nacional de Rosario.

ANA SÁNCHEZ GUTIÉRREZ
Psicóloga

Nieves López-Brea Serrat
Psicóloga Sanitaria
Experta en Neuropsicología Clínica Infanto-Juvenil

Evaluación Neuropsicológica en el TDAH

EVALUACIÓN NEUROPSICOLÓGICA EN EL TDAH

El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo con una prevalencia significativa a nivel mundial. Se caracteriza por dificultades tales como la inatención, impulsividad e hiperactividad, y puede afectar negativamente a diversas áreas de la vida de quien la padece.

Dentro de la evaluación de TDAH existen una serie de síntomas de los cuales deben cumplirse 6 o más en el caso de niños, y a partir de 5 en el caso de personas mayores de 17 años, durante los últimos 6 meses, en un grado que no concuerda con el nivel de desarrollo y que afecta en sus actividades sociales, académicas o laborales. Hay que especificar que se trata de un trastorno heterogéneo en el que puede aparecer:

  • Con presentación predominante de falta de atención:
    • Falla en prestar la debida atención a los detalles, cometer errores por descuidos.
    • Tiene dificultades en mantener la atención en tareas o actividades recreativas
    • Parece no escuchar cuando se le habla directamente.
    • No sigue las instrucciones y no termina los quehaceres.
    • Tiene dificultad para organizar las actividades.
    • Evita o le disgusta iniciar tareas que implican un esfuerzo mental sostenido.
    • Pierde cosas necesarias para las tareas.
    • Se distrae por estímulos externos.
    • Olvida las actividades cotidianas.
  • Con presentación predominante de hiperactividad/impulsividad:
    • Juguetea o golpea con las manos y los pies o se retuerce en el asiento.
    • Se levanta en situaciones en las que se espera que permanezca sentado.
    • Corretea o trepa en situaciones en las que no resulta apropiado.
    • Es incapaz de ocuparse tranquilamente de actividades recreativas.
    • Es incapaz o se siente incómodo estando quieto durante un tiempo prolongado.
    • Con frecuencia habla excesivamente.
    • Responde inesperadamente antes de que haya concluido la pregunta.
    • Le es difícil esperar su turno.
    • Interrumpe o se inmiscuye con otros.
  • Con presentación combinada: Si se cumplen síntomas tanto de los criterios de inatención como de hiperactividad/impulsividad.

Hay que apreciar estos síntomas en al menos dos contextos, ya que en caso de observarse en uno solo podrían ser consecuencia de la situación y las circunstancias concretas de dicho contexto. Además, también hay que descartar que puedan deberse a otro trastorno, por lo que también es importante tener en cuenta la comorbilidad.

En ocasiones los síntomas del TDAH pueden ser confundidos con otros trastornos o situaciones que afectan a la persona. Por ejemplo, en el caso de los niños es necesario que se encuentren bien descansados y que su ingesta sea regular antes de presentarles una prueba de este tipo ya que sus resultados pueden verse afectados por ello. También hay que tener mucho cuidado con que el déficit no sea únicamente en tareas concretas, ya que en ese caso puede que no estemos hablando de inatención sino de una dificultad específica en dicha prueba.

Así mismo, la cantidad de horas que pasan jugando a videojuegos donde la atención alternante es muy rápida pero no la sostenida (concentración) o en aplicaciones de vídeos muy breves y muy continuos tipo los que observamos en TIKTOK, pueden perjudicar la atención sin tratarse de un trastorno del neurodesarrollo, viendo cómo interviniendo sobre estas áreas que hemos comentado, se favorecen procesos atencionales adecuados.

Para una evaluación correcta, a través de pruebas como “Test de Stroop” o  “CPT – continuous performance test”, habría que analizar las dificultades en las pruebas de atención,  suelen agravarse en los tiempos de reacción y la vigilancia. Además de detallar las disfunciones ejecutivas presentes en las personas con TDAH, las más afectadas suelen ser:

  • La respuesta inhibitoria: dificultad para controlar las respuestas hacia estímulos externos irrelevantes o la dificultad de frenar conductas disruptivas.
  • La flexibilidad cognitiva: déficit en la capacidad mental para cambiar de pensamiento alrededor de dos conceptos diferentes, y pensar en múltiples conceptos simultáneamente.
  • La capacidad de planificación: dificultad para “pensar en el futuro”, de anticipar mentalmente la forma correcta de ejecutar una tarea o alcanzar una meta específica. (Una de las más tardías en adquirirse, alrededor de la pubertad/adolescencia).
  • La fluidez verbal: tarea de producción lingüística donde se observarían problemas en la activación de los mecanismos necesarios para el acceso al léxico, se trata de una función compleja que implica procesos cognitivos como la capacidad de producción verbal controlada y programada, organización de la respuesta y estrategias de búsqueda.
  • La memoria de trabajo: sistema que mantiene y manipula la información de manera temporal, por lo que interviene en importantes procesos cognitivos como la comprensión del lenguaje, la lectura, el razonamiento, etc. y que además afectaría en sus subcomponentes: el bucle fonológico, la agenda visuoespacial, el ejecutivo central y el buffer episódico. (De los que hablaremos en otro post dedicado a la MEMORIA DE TRABAJO).

Javier Tirapu

El TDAH es un trastorno complejo que presenta una amplia comorbilidad y que necesita someterse a un diagnóstico diferencial exhaustivo. Hay que analizar en profundidad los síntomas, los contextos en los que se presenta y las situaciones concretas que rodean al paciente.

En PSYCOLab, disponemos de sistemas de screening de realidad virtual como NESPLORA, con mayor validez ecológica, al situar al usuario en un contexto similar al que vive en su día a día (escuela, trabajo, etc).

Bibliografía:

American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed.). Arlington, VA: American Psychiatric Publishing.

Alba García (2019) TDAH en adultos: Disfunciones ejecutivas. Fundación CADAH. https://www.fundacioncadah.org/web/articulo/tdah-en-adultos-disfunciones-ejecutivas.html

Ana Sánchez Gutiérrez Psicóloga

Nieves López-Brea Serrat
Psicóloga Sanitaria
Experta en Neuropsicología Clínica Infanto-Juvenil

 

Trastorno del espectro autista (TEA)

TRASTORNO DEL ESPECTRO AUTISTA (TEA)

El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una condición del neurodesarrollo caracterizado por alteraciones en la comunicación, en la interacción social y la presencia de comportamientos repetitivos y/o intereses de tipo restringido. Las manifestaciones de este trastorno varían considerablemente, lo que hace que cada individuo se ubique en diferentes puntos de un espectro. Por tanto, abarca desde personas con altos niveles de funcionamiento (anteriormente clasificado como Síndrome de Asperger) hasta aquellas que presentan déficits muy significativos (Muñoz & Villanueva, 2021).

Las dificultades en la comprensión y el uso del lenguaje en contextos sociales engloban pacientes no verbales, con una limitación para iniciar y mantener conversaciones, con déficits en la interpretación de señales sutiles como expresiones faciales, gestos y/o tonos de voz, etc. (Cuevas et al., 2020). Este hecho puede apreciarse, en ocasiones, en una falta de reciprocidad que conlleva una tendencia a mantener comunicaciones centradas en el tema de interés de la persona, obviando las necesidades del otro (Álvarez et al., 2019).

Además, los pacientes suelen tener preferencia por seguir rutinas estrictas, presentando una resistencia al cambio en sus tareas del día a día (López, 2018). Suele ser habitual que muestren un interés excesivo en ciertos temas que dificultan la participación en otras actividades o interacciones sociales (González & Fernández, 2020).

Otra característica habitual es la alteración en el procesamiento sensorial. Muchos niños y adultos tienen una respuesta atípica, incluyendo tanto hipersensibilidad (molestias a ruidos, luces, texturas… ) como hiposensibilidad (falta de respuesta al dolor o la temperatura, hecho que puede ser muy peligroso) (Sánchez et al., 2018). Este hecho contribuye a la dificultad para adaptarse a nuevos entornos y situaciones, aumentando la ansiedad y el estrés. (Sánchez et al., 2018).

Desde un punto de vista diagnóstico, es crucial una evaluación que combine diversas fuentes de información, incluidas observaciones clínicas, entrevistas con los padres y el uso de herramientas estandarizadas. Entre las más utilizadas en el contexto clínico están el Autism Diagnostic Interview-Revised (ADI-R) y el Autism Diagnostic Observation Schedule (ADOS-2), que permiten evaluar tanto las características del trastorno en función del desarrollo temprano como los comportamientos actuales del individuo (Grados et al., 2018; López, 2018). Además, las pruebas de reconocimiento emocional y los autoinformes proporcionan mucha información sobre la capacidad del individuo para percibir y comprender las emociones de los demás (Saldarriaga et al., 2019).

La evaluación precisa es la base para ofrecer apoyos adecuados a la persona (González & Fernández, 2020). El tratamiento debe centrarse en conocer y potenciar las habilidades del paciente con su ritmo y estilo de aprendizaje, más allá de enfocarse únicamente en las dificultades. Entre las técnicas encontramos el entrenamiento en habilidades sociales, gestión y comprensión emocional, funciones ejecutivas (inhibición, flexibilidad cognitiva…), integración sensorial, etc.

Si necesitas realizar una evaluación de autismo (TEA) con ADOS-2 y ADI-R en Benalmádena, Málaga, consúltanos.

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Referencias

Álvarez, S., Pérez, C., & Gómez, J. (2019). Trastorno del espectro autista: Perspectivas actuales en la evaluación y el tratamiento. Editorial Universidad de Salamanca.

Cuevas, K., Lázaro, S., & García-Pérez, R. (2020). Aspectos neuropsicológicos del autismo: Nuevas perspectivas en la comprensión del trastorno del espectro autista. Revista Latinoamericana de Psicología, 52(2), 168-179. https://doi.org/10.14349/rlp.2020.v52.n2.168

González, M., & Fernández, E. (2020). El diagnóstico del Trastorno del Espectro Autista en la infancia: Estrategias y herramientas en la evaluación. Psicología en Desarrollo, 23(1), 45-58.

Grados, M., Salgado, J., & Martínez, G. (2018). Herramientas diagnósticas para el Trastorno del Espectro Autista: Avances y desafíos. Revista de Psicología y Neurociencias, 40(1), 45-56.

López, M. (2018). El diagnóstico de Trastorno del Espectro Autista: Herramientas y técnicas de evaluación en la práctica clínica. Editorial Planteamiento.

Muñoz, A., & Villanueva, A. (2021). El Trastorno del Espectro Autista: Nuevas tendencias en la identificación y diagnóstico temprano. Revista Española de Pedagogía, 79(1), 85-99. https://doi.org/10.22550/REP2021.79.1.003

Saldarriaga, E., Vargas, C., & Saldarriaga, G. (2019). Evaluación y diagnóstico del autismo en niños: Herramientas y enfoques actuales. Revista de Psicología del Desarrollo, 30(4), 227-239. https://doi.org/10.1016/j.rpsd.2019.06.003

Sánchez, L., Rodríguez, S., & García, J. (2018). Trastornos del procesamiento sensorial en el Trastorno del Espectro Autista: Implicaciones para la intervención. Psicología y Salud, 28(2), 132-145. https://doi.org/10.1016/j.psysal.2018.03.004

Desirée Castellano
Neuropsicóloga Clínica

Miedo a hacer caca en la infancia

¿Por qué mi caca no quiere salir en el inodoro?

 

El control de esfínteres es un proceso que requiere la maduración y el aprendizaje necesarios para controlar la micción y la defecación. Esta maduración depende de cada niño.
Se suele alcanzar en torno a los dos o tres años para el control diurno. El control nocturno es poco más tardío. En ocasiones esta maduración puede llegar a conseguirse en torno a los cinco o seis años.
Mamás y papás, no os alarméis si vuestro peque tarda un poco más en controlar su pipí y su caca. Es normal.

Generalmente, el control del esfínter anal (caca) se produce en torno a los dos o tres años y el control del esfínter vesical (pipí) entre los tres y cuatro años (Consolini, M.D., 2023).

La secuencia en la adquisición del control voluntario de los esfínteres se inicia con el control intestinal durante el sueño, seguido del control fecal en las horas de vigilia. Posteriormente el control diurno de la orina y al final el nocturno.

Se pueden adquirir ambos controles juntos, pero en otras ocasiones se pueden alcanzar a destiempo. La Educación, cultura, situaciones familiares, etc., pueden influir en esta adquisición (Garza-Elizondo, R.,2019).

Este proceso requiere de paciencia por parte de los padres y personas implicadas en el cuidado de los pequeños. La retirada del pañal puede ser un camino largo, pero suelen darse pequeñas señales que nos avisan de que el momento de retirar el pañal se acerca:
Pueden mantenerse secos durante 2 horas; cuando tiene el pañal manchado, se dan cuenta y piden un cambio de pañal; muestran interés por el inodoro y piden estar a solas cuando notan que tienen ganas de hacer caca o pipí, etc…

Durante esta labor, algunos niños se niegan a sentarse en el inodoro o experimentan miedo a hacer caca. Puede deberse a multitud de factores tales como una baja capacidad en la percepción de ganas de evacuar o algún problema médico. Una alimentación baja en fibra y/o la falta de hidratación, ocasionan que las heces se endurezcan, pudiendo producir estreñimiento y provocando malestar y dolor a la hora de evacuar.

En muchas ocasiones, este rechazo a sentarse en el WC, puede deberse a que los peques empiezan a experimentar miedo a la hora de hacer caca en el inodoro. Así mismo, puede influir otros factores como la llegada de un nuevo hermano/a,  problemas emocionales, una situación familiar difícil para el peque, etc…

Estos son momentos claves que se deben abordar con paciencia y mimo.  En ocasiones, este rechazo puede producir retenciones de pipí y/o caca. También aumenta la posibilidad de desarrollar trastornos como la enuresis (incontinencia urinaria) o encopresis (incontinencia fecal) y estreñimiento.

¿En qué consiste la fobia a hacer caca en el inodoro?

Es el miedo a la sensación de expulsar algo fuera de cuerpo. Suele aparecer entre el inicio de la retirada del pañal y los cuatro años, pero puede aparecer en cualquier momento de la infancia e incluso en la adolescencia.

¿Cómo podemos reconocer sus señales?

No les gusta hablar sobre “hacer caca”, se pueden mostrar incómodos o incluso sienten enfado. Se niegan a sentarse en el inodoro. Cuando perciben que tienen ganas de hacer caca, se contraen o saltan para que se les pase las ganas de hacer caca. Pueden mostrarse ansiosos, gritar o llorar cuando se les dice que se sienten en el inodoro. A veces, incluso, se muestran aprensivos con las sustancias que en general puedan salir del cuerpo, no solo la caca, también la saliva, cortar el pelo, ver un poquito de sangre al hacerse una heridita, etc.

¿Qué podemos hacer para abordarlo?

Es fundamental mantener la calma y, ante todo, mostrar una actitud positiva y empática con ellos. No hacen caca en el inodoro porque no quieran, sino que realmente experimentan un malestar. Sentirse comprendido es el primer paso para empezar a afrontarlo.

Nunca se debe amenazar, castigar o gritar por tener que usar aún el pañal o no conseguir hacer caca en el inodoro. Esto no solo aumentará su miedo, también se frustrarán, lo que puede hacer que se sientan avergonzados, dañando su autoestima y rechazando aún más la idea de hacer caca en el WC.

Como menciona Consolini, M.D., (2023), el entrenamiento en control de esfínteres mediante la modificación de la conducta, otorgando una recompensa por el control de esfínteres exitoso, es una opción excelente para abordar dicho miedo. Es interesante leer cuentos con los peques sobre el miedo a hacer caca adaptado a cada edad. Cuanto más lúdico sea el abordaje de este problema, antes podrán resolverlo, evitando problemas físicos como estreñimiento y encopresis, así como problemas emocionales.

Una dieta variada y equilibrada y una correcta hidratación, harán que su microbiota intestinal sea más diversa y ayudará a la correcta evacuación de las heces, evitando también el estreñimiento y aportando salud física y mental en la infancia.

En Psycolab realizamos una evaluación detallada del problema y establecemos un programa de entrenamiento específico y personalizado para alcanzar el control de esfínteres fecal y vesical, venciendo el miedo a sentarse en el inodoro.

Además, durante la Exposición EXCRETA, te acompañaré para resolver tus dudas y será un momento muy divertido para que puedas venir con tu peque a hablar de “caca“.

REFERENCIAS:

Barrios Torres, J. (2014).  Incontinencia fecal en niños. Servicio de Pediatría. Gastroenterología Infantil. Hospital Universitario de Fuenlabrada. Fuenlabrada. Madrid. España. DOI: 10.1016/S1696-2818(14)70187-8

Bezos, S.L., Escribano, C.E. (2012). ¿Qué esconden los problemas de control de esfínteres? A propósito de un caso. Rev Pediátrica. Aten Primaria. 2012; 14: 317-21.

Consolini, D.B. (2023). Thomas Jefferson University Hospital. https://www.msdmanuals.com/es/professional/pediatr%C3%ADa/puericultura/control-de-esf%C3%ADnteres

Garza-Elizondo R. (2020). Control de esfínteres. Acta Pediatr Mex. (2020);41(1):40-2. DOI: http://dx.doi.org/10.18233/APM41No1pp40-421974

Howe, A.C., Walker, C.E. (1992).  Behavioral management of toilet training, enuresis and encopresis. Pediatr Clin North Am. 1992; 39: 413-32. https://doi.org/10.1016/S0031-3955(16)38336-5.

Los días 17, 18, 24 y 25 de enero de 2025, tendrás la oportunidad de consultar a nuestros especialistas tus dudas sobre cómo afecta tu microbiota a tu salud mental o al neurodesarrollo de tu bebé.

Recuerda que durante la exposición, nuestros especialistas no ofrecerán formaciones regladas, sino que estarán en las instalaciones para que te dirijas a ellos cuando quieras.

Más adelante publicaremos fechas en las que sí realizaremos una Jornada de Formación sobre Microbiota y Psicobioma más reglada.

Consulta horarios de la exposición y la asistencia de nuestros especialistas AQUÍ.

Apúntate!!!

Lourdes Romero Montero
Psicóloga Sanitaria

Microbiota y TDAH

Microbiota y TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad)

En las últimas décadas, el estudio de la microbiota intestinal ha ganado gran atención debido a su influencia en diversos aspectos de la salud, desde la digestión hasta la función cerebral. En el caso del TDAH, los investigadores han comenzado a explorar cómo la microbiota intestinal podría estar relacionada con los síntomas de este trastorno neuropsiquiátrico, que afecta a millones de niños y adultos en todo el mundo.

¿Qué es la microbiota intestinal?

La microbiota intestinal es el conjunto de billones de microorganismos (principalmente bacterias, virus y hongos) que habitan en nuestro tracto gastrointestinal. Estos microorganismos desempeñan un papel fundamental en la digestión, la metabolización de nutrientes y la regulación del sistema inmunológico. Además, recientemente se ha descubierto que la microbiota tiene un papel importante en la comunicación entre el intestino y el cerebro a través del eje intestino-cerebro.

¿Qué sabemos hasta ahora?

El TDAH es un trastorno neuropsiquiátrico caracterizado por síntomas de inatención, hiperactividad e impulsividad. El TDAH tiene un componente genético importante y está relacionado con desequilibrios en ciertos neurotransmisores, especialmente la dopamina y la noradrenalina.

Sin embargo, estudios recientes sugieren que la microbiota intestinal también podría tener un papel en el desarrollo y la exacerbación de los síntomas del TDAH. A continuación, te contamos algunas de las posibles conexiones que los investigadores están explorando:

  1. El eje intestino-cerebro: El intestino y el cerebro están comunicados a través del eje intestino-cerebro, que permite la transmisión de señales químicas y hormonales entre ambos. Se ha descubierto que la microbiota intestinal puede influir en la producción de neurotransmisores clave como la serotonina (que regula el estado de ánimo y el comportamiento) y la dopamina (vinculada a la motivación y el enfoque), dos neurotransmisores clave en el TDAH.
  1. Inflamación sistémica y neuroinflamación: Se ha observado que las personas con TDAH tienen niveles más altos de inflamación sistémica. La microbiota intestinal juega un papel crucial en la regulación del sistema inmune, y se ha sugerido que un desequilibrio en la microbiota podría promover una inflamación crónica de bajo grado que afecte el cerebro, contribuyendo a los síntomas del TDAH.
  1. Disbiosis intestinal y comportamiento: La disbiosis es un término que se refiere a un desequilibrio en la microbiota intestinal. En varios estudios, se ha encontrado que las personas con TDAH tienen una composición microbiana diferente a la de las personas neurotípicas. Un microbioma alterado podría influir en la actividad cerebral, especialmente en áreas relacionadas con la concentración, la impulsividad y el control de los impulsos, exacerbando los síntomas del TDAH.
  1. Trastornos gastrointestinales en personas con TDAH: Muchos niños con TDAH también experimentan problemas gastrointestinales, como estreñimiento, diarrea o dolor abdominal. Se está investigando si los problemas digestivos podrían estar relacionados con un desequilibrio microbiano y, a su vez, contribuir al comportamiento impulsivo o hiperactivo.

¿Cómo podría la modulación de la microbiota influir en el TDAH?

Aunque la investigación en este campo aún está en sus primeras etapas, algunos estudios preliminares sugieren que modificar la microbiota intestinal podría tener efectos beneficiosos en los síntomas del TDAH. Algunas posibles intervenciones incluyen:

  1. Probióticos y prebióticos: Los probióticos (bacterias beneficiosas) y prebióticos (alimentos que favorecen el crecimiento de bacterias saludables) podrían ayudar a restaurar el equilibrio microbiano intestinal. Algunos estudios han sugerido que los probióticos podrían mejorar la función cerebral y reducir los síntomas de inatención y agresividad en personas con TDAH.
  1. Dietas ricas en fibra y alimentos fermentados: Los alimentos ricos en fibra y los productos fermentados, como el yogur, el kéfir o el chucrut, promueven una microbiota diversa y saludable, lo cual podría tener un impacto positivo en el comportamiento y la función cognitiva.
  1. Reducción de azúcares y aditivos alimentarios: Algunas investigaciones sugieren que las dietas altas en azúcares refinados y ciertos aditivos alimentarios podrían contribuir a la disbiosis y empeorar los síntomas del TDAH. Adoptar una dieta equilibrada y rica en nutrientes podría ser una forma de apoyar la salud intestinal y, potencialmente, reducir la gravedad de los síntomas.
  1. Evitar el uso innecesario de antibióticos: El uso excesivo de antibióticos puede alterar la microbiota intestinal y, en consecuencia, afectar el comportamiento. Siempre debe ser utilizado bajo supervisión médica y en situaciones necesarias.

Aunque aún queda mucho por descubrir, la investigación sobre la relación entre la microbiota intestinal y el TDAH está abriendo nuevas perspectivas sobre cómo abordar este trastorno. La modulación de la microbiota a través de dietas específicas, probióticos y otros enfoques podría ser una estrategia complementaria para mejorar los síntomas del TDAH y promover un mejor bienestar general.

 

REFERENCIAS:

  1. Aarts, E., et al. (2020). “Gut microbiota and the brain: The influence of microbiota on brain function and behavior.” “Advances in Neurobiology”, 22, 55-68.
  2. Mayer, E. A., et al. (2014). “Gut microbiota and brain function: The gut-brain axis.” “The Journal of Clinical Investigation”, 124(10), 3903-3913.
  3. Strandwitz, P., et al. (2019). “Neurotransmitter signaling in the human microbiome.” “Cell”, 139(1), 128-136.
  4. Parker, A., et al. (2018). “The role of the gut microbiota in the pathophysiology of ADHD.” “Current Opinion in Psychiatry”, 31(2), 101-107.
  5. Barbosa, T. M., et al. (2018). “Gut microbiota and its relationship with neurodevelopmental disorders: A review of current evidence.” “Microorganisms”, 6(4), 116.
  6. Nieves López-Brea Serrat
    Psicóloga Sanitaria
    Experta en Neuropsicología Clínica Infanto-Juvenil

    Diego Fernández Perrin
    Psicólogo

Microbiota y Autismo

Microbiota y Autismo

Diversos estudios han encontrado que las personas con TEA (Trastorno del espectro autista), tienen una microbiota intestinal significativamente diferente de la de los individuos neurotípicos. Este desequilibrio en la flora intestinal, conocido como disbiosis, podría influir en una serie de aspectos relacionados con los síntomas del Autismo, como la comunicación, el comportamiento y las respuestas emocionales.

Algunas de las posibles conexiones entre microbiota y TEA incluyen:

  1. Alteraciones en el eje intestino-cerebro: El intestino está conectado al cerebro a través del llamado eje intestino-cerebro, un complejo sistema de comunicación que involucra señales hormonales, inmunológicas y neuronales. Se ha sugerido que una microbiota desequilibrada podría influir en este eje, afectando el desarrollo cerebral y la función emocional en niños con TEA.
  2. Inflamación crónica y respuesta inmune: Los estudios han observado que las personas con TEA a menudo tienen una mayor inflamación intestinal y disfunciones en su sistema inmune. Como la microbiota juega un papel clave en la regulación del sistema inmune, un desequilibrio en las bacterias intestinales podría contribuir a esta inflamación, exacerbando los síntomas del TEA.
  3. Producción de neurotransmisores: Algunas bacterias intestinales están involucradas en la producción de neurotransmisores como la serotonina, que juega un papel importante en la regulación del estado de ánimo, el comportamiento y las emociones. En los niños con TEA, las alteraciones en la microbiota intestinal podrían interferir con la producción de estos neurotransmisores, afectando el bienestar emocional y social.
  4. Trastornos digestivos y comportamiento: Los niños con TEA a menudo experimentan problemas gastrointestinales, como estreñimiento, diarrea o dolor abdominal. Estos problemas digestivos pueden estar relacionados con una microbiota intestinal alterada, lo que podría contribuir a la irritabilidad o las conductas repetitivas características del TEA.

¿Cómo influir en la microbiota para mejorar los síntomas del TEA?

Aunque todavía se necesitan más investigaciones para comprender completamente la relación entre la microbiota intestinal y los síntomas del TEA, hay algunas estrategias que podrían ayudar a mejorar la salud intestinal en personas con TEA:

  1. Probióticos y prebióticos: Los probióticos (bacterias beneficiosas) y prebióticos (alimentos que favorecen el crecimiento de bacterias saludables) podrían ser útiles para restaurar el equilibrio de la microbiota intestinal. Algunos estudios preliminares sugieren que la administración de probióticos podría mejorar el comportamiento y las funciones gastrointestinales en niños con TEA.
  2. Dieta rica en fibra y alimentos fermentados: Una dieta rica en fibra y alimentos fermentados (como el yogur, el kéfir o el chucrut) puede promover la salud de la microbiota intestinal. Además, una alimentación equilibrada puede ayudar a reducir la inflamación y mejorar la función digestiva.
  3. Evitar antibióticos innecesarios: El uso excesivo de antibióticos puede alterar el equilibrio de la microbiota intestinal, lo que podría tener efectos negativos en el comportamiento y el bienestar de los niños con TEA. Siempre es importante seguir las recomendaciones médicas para el uso de estos medicamentos.
  4. Enfoque integral: A medida que surgen más investigaciones sobre la microbiota y los TEA, se está reconociendo la importancia de un enfoque integral que combine tratamientos médicos, nutricionales y conductuales para mejorar la calidad de vida de las personas con TEA.

La relación entre la microbiota intestinal y los trastornos del espectro autista es un área de investigación prometedora que podría transformar nuestra comprensión de las causas y el tratamiento del TEA. Aunque aún estamos en las primeras etapas de este campo, los estudios sugieren que mejorar la salud intestinal podría ser una vía para aliviar algunos de los síntomas del TEA, promoviendo el bienestar general de los niños afectados.

La investigación continúa, y con el tiempo podríamos contar con enfoques más efectivos y personalizados para tratar el TEA, basados no solo en la genética o la psicoterapia, sino también en el cuidado y modulación de la microbiota intestinal.

De momento lo que sí sabemos es que la disbiosis puede comprometer la integridad de la barrera intestinal y hematoencefálica, facilitando que péptidos neurotóxicos de origen bacteriano, como los lipopolisacáridos (LPS) y las citocinas inflamatorias, pueden alcanzar el torrente sanguíneo llegando hasta la barrera hematoencefálica.

Por otra parte, el SNC regula los niveles de cortisol a través del eje hipotálamo-pituitario-adrenal. La elevación del cortisol afectaría a la actividad de las citocinas, al tiempo que exacerba los síntomas gastrointestinales. Estas citocinas podrían contribuir al desarrollo del autismo al influir en las primeras etapas del desarrollo cerebral.

Los días 17, 18, 24 y 25 de enero de 2025, tendrás la oportunidad de consultar a nuestros especialistas tus dudas sobre cómo afecta tu microbiota a tu salud mental o al neurodesarrollo de tu bebé.

Recuerda que durante la exposición, nuestros especialistas no ofrecerán formaciones regladas, sino que estarán en las instalaciones para que te dirijas a ellos cuando quieras.

Más adelante publicaremos fechas en las que sí realizaremos una Jornada de Formación sobre Microbiota y Psicobioma más reglada.

Consulta horarios de la exposición y la asistencia de nuestros especialistas AQUÍ.

Apúntate!!!

REFERENCIAS:

  1. Collado, M. C., et al. (2016). “The human microbiome during the first years of life.” FEMS Microbiology Reviews, 40(4), 600-619.
  2. Ozanne, S. E., & Hales, C. N. (2004). “The long-term consequences of intrauterine programming.” In: Fetal Development and Disease, Cambridge University Press.
  3. Molloy, C. A., et al. (2019). “Gastrointestinal symptoms in autism spectrum disorder: A meta-analysis.” Journal of Autism and Developmental Disorders, 49(8), 3121-3132.
  4. Kang, D. W., et al. (2013). “Differences in fecal microbiota of children with autism spectrum disorders and neurotypical children.” PLOS ONE, 8(2), e68322.
  5. De Angelis, M., et al. (2016). “The contribution of the gut microbiota to the development of the human brain.” Frontiers in Cellular Neuroscience, 10, 1-11.
  6. Hoban, A. E., et al. (2016). “The microbiome regulates amygdala-dependent fear recall.” Molecular Psychiatry, 21(5), 617-627.
  7. Martínez-González AE, Andreo-Martínez P. Prebióticos, probióticos y trasplante de   microbiota      fecal en el autismo: una revisión sistemática. Rev Psquiatr  Salud Ment.  2020;13(3):150-164
  8. Srikantha P, Mohajeri MH. The possible role of the microbiota-gut-brain-axis in autism spectrum disorder. I. J. Mol. Sci. 2019;20(2115):1-28.

    Zaida Gómez Pérez
    Psicopedagoga
    Pedagoga Terapéutica

Nieves López-Brea Serrat
Psicóloga Sanitaria
Experta en Neuropsicología Clínica Infanto-Juvenil

Microbiota y psicobioma: Eres lo que comes

Microbiota y Psicobiota: Eres lo que comes

¿Sabías que en nuestro cuerpo habita un vasto mundo de microorganismos? ¡Así es!

La microbiota, o microbioma se refiere a la comunidad de bacterias, virus, hongos y otros microbios que viven en nuestro intestino y en otras partes de nuestro cuerpo. Estos pequeños habitantes son esenciales para nuestra salud, ya que ayudan en la digestión, fortalecen nuestro sistema inmunológico y pueden influir en nuestro estado de ánimo.

Mucha gente desconoce cómo puede influir en nuestro estado de ánimo y dan poco valor a la relación que existe entre lo que comen y cómo se sienten, pero es que ya sabemos que “soy lo que como”.

La psicobioma, o psicobiota, es el término que usamos para referirnos a esta conexión entre nuestra microbiota intestinal y nuestra salud mental. Investigaciones recientes sugieren que los microorganismos en nuestro intestino pueden afectar cómo nos sentimos y cómo pensamos. Por ejemplo, ciertas bacterias pueden producir neurotransmisores como la serotonina, que es conocida como la “hormona de la felicidad”.

¡Increíble, ¿verdad?!

Sabiendo esto, urge la necesidad, en un mundo donde la ansiedad y la depresión se están apoderando de la población, y no sólo de la adulta, sino también en la infancia y en la adolescencia.

¿Qué efectos protectores conocemos ya?:

Digestión Saludable: La microbiota ayuda a descomponer los alimentos que nuestro cuerpo no puede digerir por sí solo. Produce enzimas que facilitan la digestión de fibras y otros carbohidratos complejos.

Sistema Inmunológico: Un intestino sano puede fortalecer nuestras defensas y protegernos de enfermedades. Algunas bacterias en la microbiota son capaces de producir vitaminas (como la vitamina K y algunas del grupo B) que son esenciales para nuestro organismo.

Bienestar Emocional: Mantener una microbiota equilibrada puede contribuir a una mejor salud mental y emocional. Influye en el Sistema Nervioso Central a través del eje intestino-cerebro.

Fuente: Dime qué comes y te diré qué bacterias tienes

Los consejos para cuidar de nuestra microbiota, y por ende, nuestra psicobiota, son de sobra conocidos, pero aún nos resistimos a darle la importancia que merece, descuidando nuestra alimentación y la de nuestra familia:

  • Alimentación balanceada: Incluye alimentos ricos en fibra, probióticos, microorganismos vivos que pueden ofrecer beneficios para la salud cuando se consumen en cantidades adecuadas, como yogur y kéfir; y prebióticos, tipos de fibra que alimentan a las bacterias buenas y se encuentran en alimentos como el ajo, la cebolla, los plátanos y espárragos). También debemos comer frutas, verduras, legumbres y granos variados, que hacen que aumenten las bacterias buenas de nuestro intestino. Y no sólo eso, intenta comer pequeñas cantidades distribuidas en unas 5 veces al día en lugar de sólo 3 comidas copiosas. En este post te contamos por qué.
  • Hidratación: Beber suficiente agua es clave para mantener un intestino saludable. Descompone mejor los alimentos para absorber los nutrientes y ablanda las heces, ayudando a evitar el estreñimiento.
  • Ejercicio regular: La actividad física no solo beneficia el cuerpo, sino también a nuestra microbiota y a nuestro cerebro, liberando una proteína, la BDNF que es responsable de la neurogénesis (creación de nuevas neuronas) y de la sinaptogénesis (creación de sinapsis y conexiones interneurales).
  • Reducción del Estrés: Practicar técnicas de relajación como las que enseñamos en consulta, pueden tener un impacto positivo en nuestra salud intestinal. El estrés llega a tener un impacto tan negativo sobre la salud como el tabaco o la radiación.
  • Dormir bien: Un buen descanso es esencial para la salud mental y física. La falta de sueño puede afectar negativamente la microbiota, así que asegurarte de tener un horario de sueño regular y de calidad es clave. Además durante el sueño, se hace una especie de limpieza de nuestro cerebro, fundamental para su correcto desarrollo y aprendizaje.
  • Evitar el uso excesivo de antibióticos: Aunque a veces son necesarios, el uso excesivo de antibióticos puede alterar la microbiota intestinal. Siempre es bueno seguir las indicaciones de un profesional de la salud y considerar alternativas cuando sea posible.

La investigación sobre la microbiota y la psicobiota está en constante evolución, y cada vez hay más evidencia que respalda la idea de que cuidar nuestra salud intestinal puede tener un impacto significativo en nuestra salud mental.

Adoptar un estilo de vida consciente y una dieta saludable puede ayudar a fomentar un microbioma equilibrado.

En enero, PSYCOLab y su equipo de médicos, psicólogos, psiquiatras, neuropsicólogos y psicopedagogos en Benalmádena, te trae la exposición EXCRETA, del CSIC, con motivo de “10 años de práctica de Neuropsicología en nuestra sede”, con charlas y curiosidades para que aprendas mucho más sobre tu microbiota. Síguenos en RRSS para conocer los detalles y horarios del evento:

 

Diario Sur ya se ha hecho eco de la noticia. Apúntate pinchando en la foto:

Exposición EXCRETA en Psycolab Benalmádena

Bibliografía:

“The Human Microbiome Project: A Community Resource for the Healthy Human Microbiome” – Nature (2012)

“Role of the gut microbiota in health and disease” – Nature Reviews Gastroenterology & Hepatology (2016)

“Gut microbiota’s effect on mental health: The gut-brain axis” – Journal of Psychiatry & Neuroscience (2017)

“Dietary modulation of the human gut microbiome: A systematic review” – Nutrients (2019)

“The Gut Microbiome and Mental Health: A Review of the Literature” Kelly, J. R., et al. Psychiatry Research (2016)

“Microbiota and the gut-brain axis: A review” Cryan, J. F., & Dinan, T. G. Neuroscience & Biobehavioral Reviews (2012)

“Gut microbiota’s effect on mental health: The gut-brain axis”. Sudo, N., et al. Journal of Psychiatry & Neuroscience (2017)

“The Role of the Gut Microbiome in the Development of Anxiety and Depression”. Foster, J. A., & McVey Neufeld, K.-A. Nature Reviews Neuroscience (2013)

“Probiotics and Prebiotics in Mental Health: A Review”. M. R. O’Neill, et al. Nutrients (2020)

“The Psychobiome: The Role of the Gut Microbiome in Mental Health and Disease”. Dinan, T. G., & Cryan, J. F.

Los días 17, 18, 24 y 25 de enero de 2025, tendrás la oportunidad de consultar a nuestros especialistas tus dudas sobre cómo afecta tu microbiota a tu salud mental o al neurodesarrollo de tu bebé.

Recuerda que durante la exposición, nuestros especialistas no ofrecerán formaciones regladas, sino que estarán en las instalaciones para que te dirijas a ellos cuando quieras.

Más adelante publicaremos fechas en las que sí realizaremos una Jornada de Formación sobre Microbiota y Psicobioma más reglada.

Consulta horarios de la exposición y la asistencia de nuestros especialistas AQUÍ.

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Nieves López-Brea Serrat Psicóloga Sanitaria Experta en Neuropsicología Clínica Infanto-Juvenil

TDAH subtipo combinado: Déficit de Atención con Hiperactividad e Impulsividad

TDAH – Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad e Impulsividad

Cuando hablamos del TDAH, hacemos referencia a uno de los Trastornos del Neurodesarrollo que más se presentan en la población infantil, y es caracterizado por un comportamiento continuo de inatención, o hiperactividad e impulsividad o ambos.  Es un trastorno diverso, presentan diferentes perfiles de síntomas principales, así como de trastornos que puedan estar asociados, historia familiar, respuestas al tratamiento y curso de evolución. Dicho trastorno tiene una gran repercusión en el desarrollo y la vida de la persona que lo padece, así como en su entorno.

Es considerado un trastorno de origen neurobiológico con una alta carga genética (75%), dando inicio en la edad infantil, perjudicando entre 3-7% de niños en el colegio.

Según diversos estudios de neuroimagen, las áreas cerebrales afectadas son:

  • La corteza prefrontal: encargada de la función ejecutiva como planificar acciones, iniciarlas, darse cuenta de los errores y corregirlos, evitar distracciones por estímulos irrelevantes, ser flexible si las circunstancias cambian…
  • El cuerpo calloso: sirve de comunicación entre los dos hemisferios cerebrales, para asegurar un trabajo conjunto y complementario.
  • Los ganglios basales: implicados en el control de los impulsos al coordinar o filtrar la información que llega de otras regiones del cerebro e inhibir las respuestas automáticas.
  • El cíngulo anterior: se encarga de la gestión afectiva y del manejo de las emociones.

También afecta a la neurotransmisión, se dan problemas en los circuitos reguladores que comunican dos zonas cerebrales, el córtex prefrontal y los ganglios basales. Estas áreas se comunican a través de la dopamina y la noradrenalina. Al tener una liberación deficitaria de estos neurotransmisores y un alto nivel de recaptación de las mismas, se altera la neurotransmisión, afectando a la atención, el estado de alerta, la memoria de trabajo y el control ejecutivo. La disminución del metabolismo sináptico de los neurotransmisores produce las siguientes consecuencias:

  • Disminuye la atención
  • Disminuye la capacidad de iniciar y continuar actividades
  • Dificulta la memoria de trabajo (o memoria a corto plazo)
  • Dificulta la capacidad para bloquear respuestas inadecuadas
  • Dificulta la planificación de actividades complejas
  • Dificulta la organización
  • Incrementa la actividad física
  • Incrementa la impulsividad

* Instituto Nacional de Neurociencias, Neuropsicología y Neuro-rehabilitación.

El TDAH de tipo combinado, se caracteriza por síntomas de hiperactividad/impulsividad y falta de atención. La inatención se hace más evidente en la etapa escolar, que es donde hay más demanda de una actividad cognitiva más complicada, y continua en las siguientes etapas por las que va pasando el menor. A medida que va creciendo, normalmente suele ir disminuyendo la hiperactividad, permaneciendo la inatención e impulsividad.

Síntomas del TDAH subtipo combinado:

  • Síntomas de inatención:
    •  A menudo parece que no están escuchando cuando se les habla.
    • Cometen errores en las tareas que tienen que realizar, debido a la distracción que presentan.
    • Presentan dificultad para conseguir mantener la atención en las tareas, o en actividades dinámicas que estén realizando.
    • Les es complicado la organización de tareas.
    • Normalmente no siguen las normas, y no hacen entrega de las tareas.
    • Se enfadan cuando la tarea a realizar requiere de un esfuerzo mental sostenido.
    • Habitualmente pierden cosas, como juguetes, y material escolar necesario para la realización de tareas.
  • Síntomas de hiperactividad:
    • Constantemente mueven mucho las manos o los pies, o no paran de moverse en el asiento.
    • Saltan o se mueven en exceso en situaciones en las que no es correcto hacerlo.
    • A menudo en clase abandonan su asiento sin tener que hacerlo.
    • Les es complicado realizar de manera calmada y tranquila actividades de juego.
    • Hablan en exceso.
    • Actúan como si tuviesen un motor, o como si estuviesen siempre en marcha.
  • Síntomas de impulsividad:
    • Presentan dificultades para guardar el turno.
    • A menudo responden con anticipación antes de haber sido finalizada la pregunta.
    • Interrumpen o se meten en conversaciones o juegos de otros.

Tras la evaluación neuropsicológica, el diagnóstico debe ser confirmado por un pediatra o neuropediatra, que a su vez, valorará la necesidad de tratamiento farmacológico, del que hablaremos en otro post.

Es primordial resaltar el apoyo y la coordinación con el colegio y la familia. Se debe entrenar en psicoeducación tanto a la familia como al infante, siguiendo un programa de técnicas cognitivo-conductuales. Cuando el TDAH ha sido diagnosticado tarde, la psicoterapia será más continuada en el tiempo. Si, por el contrario, se ha diagnosticado de forma temprana normalmente se intervendrá en momentos puntuales donde haya cambios que puedan provocar impacto en el día a día del/a menor.

Es importante que el centro educativo y sus docentes, tengan formación sobre el TDAH, ya que estos niños/as precisan de un buen trato por parte de sus profesores, y que cuenten con los recursos y la formación adecuada sobre el déficit que padecen, así como de la metodología e intervenciones educativas más adecuadas para llevar a cabo. Si no se cuenta con dicha formación, es fácil encontrarse con descalificativos personales que atacan el comportamiento del menor de forma agresiva, dañando aún más su autoestima. Suelen ser niños o niñas, y/o adolescentes, que siempre están recibiendo reprimendas, amonestaciones, partes disciplinarios, etc.

Se realizará un tratamiento cognitivo conductual:

En relación a la parte conductual, se trabajará con los pacientes de forma que se consiga cambiar o mejorar actitudes que están siendo inadecuadas a través de distintas técnicas. En base a lo que hacemos, actuamos teniendo en cuenta los resultados que recibimos, es decir se podrán mejorar las consecuencias que tienen dichas conductas para aprender a hacerlas de mejor forma.

Las técnicas a utilizar se irán eligiendo en base a las necesidades que presente el paciente, viendo que factores están repercutiendo en las conductas que se están realizando de forma inadecuada. Con estas se pretende conseguir la mejora de la atención, obtener un mejor autocontrol del exceso de la conducta motora y la impulsividad, pudiendo así conseguir unas mejores relaciones sociales y un optimo rendimiento en el colegio. Se utilizarán técnicas para disminuir o quitar los comportamientos que no son deseados, reforzadores positivos para conseguir conductas adecuadas, y técnicas combinadas como la economía de fichas, o el contrato de contingencias.

Por otro lado, con respecto a la parte cognitiva, se pondrá el foco en trabajar la parte de los procesos cognitivos y los procesos mentales implicados en el control de la conducta, proporcionándole al paciente ser una persona con mayor autonomía y aumentar su autocontrol. Con dicho tratamiento se quiere conseguir una modificación e identificación de los pensamientos inapropiados, dándole importancia a la repercusión que tienen sobre la conducta y los estados emocionales, para sustituirlos por otros más adecuados. Se utilizarán técnicas de autocontrol, de auto instrucciones, y de resolución de problemas.

Y como hemos visto, por su afectación prefrontal, será fundamental trabajar en estos pacientes las Funciones Ejecutivas:

  • Velocidad de procesamiento
  • Memoria de trabajo (atención)
  • Fluencia verbal
  • Inhibición conductual/control inhibitorio
  • Ejecución dual
  • Flexibilidad cognitiva
  • Planificación
  • Toma de decisiones
  • Paradigmas multitarea

En Psycolab Benalmádena, entrenamos desde hace 10 años este Trastorno del Neurodesarrollo de forma individual y en talleres grupales. Pregúntanos.

Contacto

Bibliografía.

Abendaño-Cabaleiro, L. (2012). Acercamiento a la realidad educativa y social que rodea a los niños/as con TDA o TDAH en la Comunidad Foral de Navarra (Bachelor’s thesis).

Arosemena, M. (2021). Intervención cognitiva–conductual en niños con diagnóstico de trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDA/H) que presentan ansiedad. redes1(13), 55-75.

Medina, A. R., & Soler, C. L. (2014). TDAH y Trastornos del Comportamiento en la infancia y la adolescencia. Ediciones Pirámide.

Ana Cañete Ángel. Psicóloga Sanitaria Experta en Infancia, Duelo y Cuidados Paliativos

Nieves López-Brea Serrat Psicóloga Sanitaria Experta en Neuropsicología Clínica Infanto-Juvenil

Duelo tras la muerte de un hijo

DUELO TRAS LA MUERTE DE UN HIJO

Cuando un ser querido fallece es una experiencia dolorosa, que provoca diversas reacciones en las personas, pudiendo cambiar desde una inmensa tristeza, como sentir mucha soledad y desgarro. En los casos de más gravedad puede perdurar años e incluso el resto de la vida.

Se ha estudiado que una de las pérdidas que causan mayor sufrimiento y dolor es la muerte de un hijo/a, pudiendo dejar cicatrices profundas. Ya que el fallecimiento de un hijo/a es algo antinatural, y provoca un cambio del ciclo biológico normal. Dicha perdida repercute en la calidad de vida de las personas, en el sistema de valores en el que convive con relación a sus metas, objetivos y preocupaciones, así como en el contexto cultural. Con frecuencia se corre el riesgo de entrar en una depresión, de la cual es complicado salir sin ayuda.

Se afirma que alrededor del 20% de los padres que pierden a un hijo/a no pueden llegar a superarlo. Aunque la vida continua, la ven desde lejos y sin ninguna motivación, ni ilusiones, como si la vida le fuese algo ajeno e incluso le provoca dolor el seguir vivos. Pierden el interés por las cosas y no disfrutan con nada. Acompañando todo esto de mucha tristeza, cansancio físico y mental e inseguridad, aparecen muchos sentimientos de culpa, alteraciones del sueño, falta de apetito y deseo sexual. Dicha perdida puede llevar a tener efectos negativos con los otros hijos/as y con la pareja. Todo esto nos lleva a episodios depresivos.

Son muchas las personas que tras la muerte de su hijo/a desarrollan un duelo complejo persistente. El cual se presenta cuando tras un año del fallecimiento, la persona padece diversos síntomas como son; dolor, dificultades para aceptar la perdida, ira, aturdimiento, culpa, deseos de muerte, soledad, etc.

Hay varios factores protectores ante la posibilidad de padecer un duelo complejo, entre estos podemos ver la comunicación, la espiritualidad, el autocuidado, la flexibilidad mental, capacidad para encontrar sentido a lo que se hace, capacidad para estar en el presente y la autocompasión.

Cuando se trabaja con personas en duelo, lo principal es conocer que necesidades hay detrás de cada uno, sus asuntos no resueltos y si les queda algo por terminar, y ver cuales están más dañados por la pérdida para poder ayudar y conseguir una mejor calidad de vida.

Cuando hablamos de duelo, nos encontramos con tres tipos:

  • Duelo anticipado; hace referencia a un complicado proceso que se vive cuando se enfrenta a la posibilidad de anticipar el fallecimiento de un ser querido y va formándose una adaptación a lo que va a ocurrir.
  • Duelo normal; cuando se vive un sentimiento de soledad y tristeza, y se llora por el fallecimiento de la persona amada. También puede ocurrir que se viva de forma que la persona se sienta como aislado o indiferente, o con sentimientos de agresividad.
  • Duelo patológico; se da cuando las reacciones ante la perdida son de una intensidad fuerte, duran mucho en el tiempo y hace imposible el que su vida diaria pueda funcionar, teniendo altibajos emocionales. También se da mucho enojo, negatividad para seguir con su propia vida, sentimientos de vacío con respecto a todo. Tienen pérdida de apetito, insomnio, cefaleas, así como diversos síntomas psicológicos, principalmente una inmensa pena y dolor.

También nos encontramos con diferentes etapas del duelo:

  • Negación; se utiliza como mecanismo de defensa ante la incapacidad para asimilar la perdida.
  • Enojo/ira; se comienza a ir asimilando la perdida, pero aparecen sentimientos de enfado e ira hacia el exterior.
  • Negociación; siente mucho resentimiento con Dios o lo que le tenga fe, e intenta hacer promesas para conseguir sentirse mejor o para intentar recuperar a su ser querido.
  • Depresión/tristeza; al no encontrar solución a tanto dolor, los sentimientos de enfado y frustración se convierten en una gran tristeza y desesperanza.
  • Aceptación/reorganización; se va adaptando a su nueva vida, en la cual ya no está su ser querido.

La elaboración de un duelo es un camino largo, y doloroso. Este se termina cuando la persona se ve capaz de recordar a su hijo/a fallecido sintiendo poco dolor, aprendiendo a vivir sin él, dejando de vivir en el pasado y pudiendo así centrarse en el presente poniendo toda su energía en ello. El objetivo no es olvidar al ser querido, si no aprender a vivir con el dolor.

Se ha visto que, para el tratamiento del duelo, una de las técnicas más eficaces es la técnica Gestalt de la “silla vacía”, para poder hablar con la persona fallecida en el presente y expresar lo que se necesite. También hay varias técnicas que resultan de gran utilidad como son; el uso de la escritura, esto le ayudara a resolver los asuntos que hayan quedado pendientes y poder decir todo lo que necesite. La reestructuración cognitiva, ya que los pensamientos influyen en nuestros sentimientos, es muy importante ayudar a poder identificar esos pensamientos y compararlos con la realidad. Estas son algunas de las técnicas que son eficaces para tratar el duelo, así como también la imaginación guiada, el role playing, el libro de los recuerdos, el uso de símbolos, el lenguaje evocador, entre otras.

Bibliografia.

Rosas, A. M. A., & Ayala, M. D. L. C. (2020). Evaluación de una intervención psicoterapeútica con padres en duelo por la muerte de un hijo. Revista Salud y Bienestar social [ISSN: 2448-7767]4(2), 33-50.

Alonso-Llácer, L., Lacomba-Trejo, L., & Pérez-Marín, M. (2021). Duelo complicado por la muerte de un hijo: presentación de un caso. Medicas UIS34(3), 85-92.

Worden, J. W., Aparicio, Á., & Barberán, G. S. (2013). El tratamiento del duelo: asesoramiento psicológico y terapia. Barcelona: Paidós.

Psicóloga Sanitaria Experta en Infancia, Duelo y Cuidados Paliativos

Nieves López-Brea
Neuropsicóloga Clínica Infanto-Juvenil

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