Miedo a hacer caca en la infancia

¿Por qué mi caca no quiere salir en el inodoro?

 

El control de esfínteres es un proceso que requiere la maduración y el aprendizaje necesarios para controlar la micción y la defecación. Esta maduración depende de cada niño.
Se suele alcanzar en torno a los dos o tres años para el control diurno. El control nocturno es poco más tardío. En ocasiones esta maduración puede llegar a conseguirse en torno a los cinco o seis años.
Mamás y papás, no os alarméis si vuestro peque tarda un poco más en controlar su pipí y su caca. Es normal.

Generalmente, el control del esfínter anal (caca) se produce en torno a los dos o tres años y el control del esfínter vesical (pipí) entre los tres y cuatro años (Consolini, M.D., 2023).

La secuencia en la adquisición del control voluntario de los esfínteres se inicia con el control intestinal durante el sueño, seguido del control fecal en las horas de vigilia. Posteriormente el control diurno de la orina y al final el nocturno.

Se pueden adquirir ambos controles juntos, pero en otras ocasiones se pueden alcanzar a destiempo. La Educación, cultura, situaciones familiares, etc., pueden influir en esta adquisición (Garza-Elizondo, R.,2019).

Este proceso requiere de paciencia por parte de los padres y personas implicadas en el cuidado de los pequeños. La retirada del pañal puede ser un camino largo, pero suelen darse pequeñas señales que nos avisan de que el momento de retirar el pañal se acerca:
Pueden mantenerse secos durante 2 horas; cuando tiene el pañal manchado, se dan cuenta y piden un cambio de pañal; muestran interés por el inodoro y piden estar a solas cuando notan que tienen ganas de hacer caca o pipí, etc…

Durante esta labor, algunos niños se niegan a sentarse en el inodoro o experimentan miedo a hacer caca. Puede deberse a multitud de factores tales como una baja capacidad en la percepción de ganas de evacuar o algún problema médico. Una alimentación baja en fibra y/o la falta de hidratación, ocasionan que las heces se endurezcan, pudiendo producir estreñimiento y provocando malestar y dolor a la hora de evacuar.

En muchas ocasiones, este rechazo a sentarse en el WC, puede deberse a que los peques empiezan a experimentar miedo a la hora de hacer caca en el inodoro. Así mismo, puede influir otros factores como la llegada de un nuevo hermano/a,  problemas emocionales, una situación familiar difícil para el peque, etc…

Estos son momentos claves que se deben abordar con paciencia y mimo.  En ocasiones, este rechazo puede producir retenciones de pipí y/o caca. También aumenta la posibilidad de desarrollar trastornos como la enuresis (incontinencia urinaria) o encopresis (incontinencia fecal) y estreñimiento.

¿En qué consiste la fobia a hacer caca en el inodoro?

Es el miedo a la sensación de expulsar algo fuera de cuerpo. Suele aparecer entre el inicio de la retirada del pañal y los cuatro años, pero puede aparecer en cualquier momento de la infancia e incluso en la adolescencia.

¿Cómo podemos reconocer sus señales?

No les gusta hablar sobre “hacer caca”, se pueden mostrar incómodos o incluso sienten enfado. Se niegan a sentarse en el inodoro. Cuando perciben que tienen ganas de hacer caca, se contraen o saltan para que se les pase las ganas de hacer caca. Pueden mostrarse ansiosos, gritar o llorar cuando se les dice que se sienten en el inodoro. A veces, incluso, se muestran aprensivos con las sustancias que en general puedan salir del cuerpo, no solo la caca, también la saliva, cortar el pelo, ver un poquito de sangre al hacerse una heridita, etc.

¿Qué podemos hacer para abordarlo?

Es fundamental mantener la calma y, ante todo, mostrar una actitud positiva y empática con ellos. No hacen caca en el inodoro porque no quieran, sino que realmente experimentan un malestar. Sentirse comprendido es el primer paso para empezar a afrontarlo.

Nunca se debe amenazar, castigar o gritar por tener que usar aún el pañal o no conseguir hacer caca en el inodoro. Esto no solo aumentará su miedo, también se frustrarán, lo que puede hacer que se sientan avergonzados, dañando su autoestima y rechazando aún más la idea de hacer caca en el WC.

Como menciona Consolini, M.D., (2023), el entrenamiento en control de esfínteres mediante la modificación de la conducta, otorgando una recompensa por el control de esfínteres exitoso, es una opción excelente para abordar dicho miedo. Es interesante leer cuentos con los peques sobre el miedo a hacer caca adaptado a cada edad. Cuanto más lúdico sea el abordaje de este problema, antes podrán resolverlo, evitando problemas físicos como estreñimiento y encopresis, así como problemas emocionales.

Una dieta variada y equilibrada y una correcta hidratación, harán que su microbiota intestinal sea más diversa y ayudará a la correcta evacuación de las heces, evitando también el estreñimiento y aportando salud física y mental en la infancia.

En Psycolab realizamos una evaluación detallada del problema y establecemos un programa de entrenamiento específico y personalizado para alcanzar el control de esfínteres fecal y vesical, venciendo el miedo a sentarse en el inodoro.

Además, durante la Exposición EXCRETA, te acompañaré para resolver tus dudas y será un momento muy divertido para que puedas venir con tu peque a hablar de “caca“.

REFERENCIAS:

Barrios Torres, J. (2014).  Incontinencia fecal en niños. Servicio de Pediatría. Gastroenterología Infantil. Hospital Universitario de Fuenlabrada. Fuenlabrada. Madrid. España. DOI: 10.1016/S1696-2818(14)70187-8

Bezos, S.L., Escribano, C.E. (2012). ¿Qué esconden los problemas de control de esfínteres? A propósito de un caso. Rev Pediátrica. Aten Primaria. 2012; 14: 317-21.

Consolini, D.B. (2023). Thomas Jefferson University Hospital. https://www.msdmanuals.com/es/professional/pediatr%C3%ADa/puericultura/control-de-esf%C3%ADnteres

Garza-Elizondo R. (2020). Control de esfínteres. Acta Pediatr Mex. (2020);41(1):40-2. DOI: http://dx.doi.org/10.18233/APM41No1pp40-421974

Howe, A.C., Walker, C.E. (1992).  Behavioral management of toilet training, enuresis and encopresis. Pediatr Clin North Am. 1992; 39: 413-32. https://doi.org/10.1016/S0031-3955(16)38336-5.

Los días 17, 18, 24 y 25 de enero de 2025, tendrás la oportunidad de consultar a nuestros especialistas tus dudas sobre cómo afecta tu microbiota a tu salud mental o al neurodesarrollo de tu bebé.

Recuerda que durante la exposición, nuestros especialistas no ofrecerán formaciones regladas, sino que estarán en las instalaciones para que te dirijas a ellos cuando quieras.

Más adelante publicaremos fechas en las que sí realizaremos una Jornada de Formación sobre Microbiota y Psicobioma más reglada.

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Lourdes Romero Montero
Psicóloga Sanitaria

Microbiota y TDAH

Microbiota y TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad)

En las últimas décadas, el estudio de la microbiota intestinal ha ganado gran atención debido a su influencia en diversos aspectos de la salud, desde la digestión hasta la función cerebral. En el caso del TDAH, los investigadores han comenzado a explorar cómo la microbiota intestinal podría estar relacionada con los síntomas de este trastorno neuropsiquiátrico, que afecta a millones de niños y adultos en todo el mundo.

¿Qué es la microbiota intestinal?

La microbiota intestinal es el conjunto de billones de microorganismos (principalmente bacterias, virus y hongos) que habitan en nuestro tracto gastrointestinal. Estos microorganismos desempeñan un papel fundamental en la digestión, la metabolización de nutrientes y la regulación del sistema inmunológico. Además, recientemente se ha descubierto que la microbiota tiene un papel importante en la comunicación entre el intestino y el cerebro a través del eje intestino-cerebro.

¿Qué sabemos hasta ahora?

El TDAH es un trastorno neuropsiquiátrico caracterizado por síntomas de inatención, hiperactividad e impulsividad. El TDAH tiene un componente genético importante y está relacionado con desequilibrios en ciertos neurotransmisores, especialmente la dopamina y la noradrenalina.

Sin embargo, estudios recientes sugieren que la microbiota intestinal también podría tener un papel en el desarrollo y la exacerbación de los síntomas del TDAH. A continuación, te contamos algunas de las posibles conexiones que los investigadores están explorando:

  1. El eje intestino-cerebro: El intestino y el cerebro están comunicados a través del eje intestino-cerebro, que permite la transmisión de señales químicas y hormonales entre ambos. Se ha descubierto que la microbiota intestinal puede influir en la producción de neurotransmisores clave como la serotonina (que regula el estado de ánimo y el comportamiento) y la dopamina (vinculada a la motivación y el enfoque), dos neurotransmisores clave en el TDAH.
  1. Inflamación sistémica y neuroinflamación: Se ha observado que las personas con TDAH tienen niveles más altos de inflamación sistémica. La microbiota intestinal juega un papel crucial en la regulación del sistema inmune, y se ha sugerido que un desequilibrio en la microbiota podría promover una inflamación crónica de bajo grado que afecte el cerebro, contribuyendo a los síntomas del TDAH.
  1. Disbiosis intestinal y comportamiento: La disbiosis es un término que se refiere a un desequilibrio en la microbiota intestinal. En varios estudios, se ha encontrado que las personas con TDAH tienen una composición microbiana diferente a la de las personas neurotípicas. Un microbioma alterado podría influir en la actividad cerebral, especialmente en áreas relacionadas con la concentración, la impulsividad y el control de los impulsos, exacerbando los síntomas del TDAH.
  1. Trastornos gastrointestinales en personas con TDAH: Muchos niños con TDAH también experimentan problemas gastrointestinales, como estreñimiento, diarrea o dolor abdominal. Se está investigando si los problemas digestivos podrían estar relacionados con un desequilibrio microbiano y, a su vez, contribuir al comportamiento impulsivo o hiperactivo.

¿Cómo podría la modulación de la microbiota influir en el TDAH?

Aunque la investigación en este campo aún está en sus primeras etapas, algunos estudios preliminares sugieren que modificar la microbiota intestinal podría tener efectos beneficiosos en los síntomas del TDAH. Algunas posibles intervenciones incluyen:

  1. Probióticos y prebióticos: Los probióticos (bacterias beneficiosas) y prebióticos (alimentos que favorecen el crecimiento de bacterias saludables) podrían ayudar a restaurar el equilibrio microbiano intestinal. Algunos estudios han sugerido que los probióticos podrían mejorar la función cerebral y reducir los síntomas de inatención y agresividad en personas con TDAH.
  1. Dietas ricas en fibra y alimentos fermentados: Los alimentos ricos en fibra y los productos fermentados, como el yogur, el kéfir o el chucrut, promueven una microbiota diversa y saludable, lo cual podría tener un impacto positivo en el comportamiento y la función cognitiva.
  1. Reducción de azúcares y aditivos alimentarios: Algunas investigaciones sugieren que las dietas altas en azúcares refinados y ciertos aditivos alimentarios podrían contribuir a la disbiosis y empeorar los síntomas del TDAH. Adoptar una dieta equilibrada y rica en nutrientes podría ser una forma de apoyar la salud intestinal y, potencialmente, reducir la gravedad de los síntomas.
  1. Evitar el uso innecesario de antibióticos: El uso excesivo de antibióticos puede alterar la microbiota intestinal y, en consecuencia, afectar el comportamiento. Siempre debe ser utilizado bajo supervisión médica y en situaciones necesarias.

Aunque aún queda mucho por descubrir, la investigación sobre la relación entre la microbiota intestinal y el TDAH está abriendo nuevas perspectivas sobre cómo abordar este trastorno. La modulación de la microbiota a través de dietas específicas, probióticos y otros enfoques podría ser una estrategia complementaria para mejorar los síntomas del TDAH y promover un mejor bienestar general.

 

REFERENCIAS:

  1. Aarts, E., et al. (2020). “Gut microbiota and the brain: The influence of microbiota on brain function and behavior.” “Advances in Neurobiology”, 22, 55-68.
  2. Mayer, E. A., et al. (2014). “Gut microbiota and brain function: The gut-brain axis.” “The Journal of Clinical Investigation”, 124(10), 3903-3913.
  3. Strandwitz, P., et al. (2019). “Neurotransmitter signaling in the human microbiome.” “Cell”, 139(1), 128-136.
  4. Parker, A., et al. (2018). “The role of the gut microbiota in the pathophysiology of ADHD.” “Current Opinion in Psychiatry”, 31(2), 101-107.
  5. Barbosa, T. M., et al. (2018). “Gut microbiota and its relationship with neurodevelopmental disorders: A review of current evidence.” “Microorganisms”, 6(4), 116.
  6. Nieves López-Brea Serrat
    Psicóloga Sanitaria
    Experta en Neuropsicología Clínica Infanto-Juvenil

    Diego Fernández Perrin
    Psicólogo

Microbiota y Autismo

Microbiota y Autismo

Diversos estudios han encontrado que las personas con TEA (Trastorno del espectro autista), tienen una microbiota intestinal significativamente diferente de la de los individuos neurotípicos. Este desequilibrio en la flora intestinal, conocido como disbiosis, podría influir en una serie de aspectos relacionados con los síntomas del Autismo, como la comunicación, el comportamiento y las respuestas emocionales.

Algunas de las posibles conexiones entre microbiota y TEA incluyen:

  1. Alteraciones en el eje intestino-cerebro: El intestino está conectado al cerebro a través del llamado eje intestino-cerebro, un complejo sistema de comunicación que involucra señales hormonales, inmunológicas y neuronales. Se ha sugerido que una microbiota desequilibrada podría influir en este eje, afectando el desarrollo cerebral y la función emocional en niños con TEA.
  2. Inflamación crónica y respuesta inmune: Los estudios han observado que las personas con TEA a menudo tienen una mayor inflamación intestinal y disfunciones en su sistema inmune. Como la microbiota juega un papel clave en la regulación del sistema inmune, un desequilibrio en las bacterias intestinales podría contribuir a esta inflamación, exacerbando los síntomas del TEA.
  3. Producción de neurotransmisores: Algunas bacterias intestinales están involucradas en la producción de neurotransmisores como la serotonina, que juega un papel importante en la regulación del estado de ánimo, el comportamiento y las emociones. En los niños con TEA, las alteraciones en la microbiota intestinal podrían interferir con la producción de estos neurotransmisores, afectando el bienestar emocional y social.
  4. Trastornos digestivos y comportamiento: Los niños con TEA a menudo experimentan problemas gastrointestinales, como estreñimiento, diarrea o dolor abdominal. Estos problemas digestivos pueden estar relacionados con una microbiota intestinal alterada, lo que podría contribuir a la irritabilidad o las conductas repetitivas características del TEA.

¿Cómo influir en la microbiota para mejorar los síntomas del TEA?

Aunque todavía se necesitan más investigaciones para comprender completamente la relación entre la microbiota intestinal y los síntomas del TEA, hay algunas estrategias que podrían ayudar a mejorar la salud intestinal en personas con TEA:

  1. Probióticos y prebióticos: Los probióticos (bacterias beneficiosas) y prebióticos (alimentos que favorecen el crecimiento de bacterias saludables) podrían ser útiles para restaurar el equilibrio de la microbiota intestinal. Algunos estudios preliminares sugieren que la administración de probióticos podría mejorar el comportamiento y las funciones gastrointestinales en niños con TEA.
  2. Dieta rica en fibra y alimentos fermentados: Una dieta rica en fibra y alimentos fermentados (como el yogur, el kéfir o el chucrut) puede promover la salud de la microbiota intestinal. Además, una alimentación equilibrada puede ayudar a reducir la inflamación y mejorar la función digestiva.
  3. Evitar antibióticos innecesarios: El uso excesivo de antibióticos puede alterar el equilibrio de la microbiota intestinal, lo que podría tener efectos negativos en el comportamiento y el bienestar de los niños con TEA. Siempre es importante seguir las recomendaciones médicas para el uso de estos medicamentos.
  4. Enfoque integral: A medida que surgen más investigaciones sobre la microbiota y los TEA, se está reconociendo la importancia de un enfoque integral que combine tratamientos médicos, nutricionales y conductuales para mejorar la calidad de vida de las personas con TEA.

La relación entre la microbiota intestinal y los trastornos del espectro autista es un área de investigación prometedora que podría transformar nuestra comprensión de las causas y el tratamiento del TEA. Aunque aún estamos en las primeras etapas de este campo, los estudios sugieren que mejorar la salud intestinal podría ser una vía para aliviar algunos de los síntomas del TEA, promoviendo el bienestar general de los niños afectados.

La investigación continúa, y con el tiempo podríamos contar con enfoques más efectivos y personalizados para tratar el TEA, basados no solo en la genética o la psicoterapia, sino también en el cuidado y modulación de la microbiota intestinal.

De momento lo que sí sabemos es que la disbiosis puede comprometer la integridad de la barrera intestinal y hematoencefálica, facilitando que péptidos neurotóxicos de origen bacteriano, como los lipopolisacáridos (LPS) y las citocinas inflamatorias, pueden alcanzar el torrente sanguíneo llegando hasta la barrera hematoencefálica.

Por otra parte, el SNC regula los niveles de cortisol a través del eje hipotálamo-pituitario-adrenal. La elevación del cortisol afectaría a la actividad de las citocinas, al tiempo que exacerba los síntomas gastrointestinales. Estas citocinas podrían contribuir al desarrollo del autismo al influir en las primeras etapas del desarrollo cerebral.

Los días 17, 18, 24 y 25 de enero de 2025, tendrás la oportunidad de consultar a nuestros especialistas tus dudas sobre cómo afecta tu microbiota a tu salud mental o al neurodesarrollo de tu bebé.

Recuerda que durante la exposición, nuestros especialistas no ofrecerán formaciones regladas, sino que estarán en las instalaciones para que te dirijas a ellos cuando quieras.

Más adelante publicaremos fechas en las que sí realizaremos una Jornada de Formación sobre Microbiota y Psicobioma más reglada.

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REFERENCIAS:

  1. Collado, M. C., et al. (2016). “The human microbiome during the first years of life.” FEMS Microbiology Reviews, 40(4), 600-619.
  2. Ozanne, S. E., & Hales, C. N. (2004). “The long-term consequences of intrauterine programming.” In: Fetal Development and Disease, Cambridge University Press.
  3. Molloy, C. A., et al. (2019). “Gastrointestinal symptoms in autism spectrum disorder: A meta-analysis.” Journal of Autism and Developmental Disorders, 49(8), 3121-3132.
  4. Kang, D. W., et al. (2013). “Differences in fecal microbiota of children with autism spectrum disorders and neurotypical children.” PLOS ONE, 8(2), e68322.
  5. De Angelis, M., et al. (2016). “The contribution of the gut microbiota to the development of the human brain.” Frontiers in Cellular Neuroscience, 10, 1-11.
  6. Hoban, A. E., et al. (2016). “The microbiome regulates amygdala-dependent fear recall.” Molecular Psychiatry, 21(5), 617-627.
  7. Martínez-González AE, Andreo-Martínez P. Prebióticos, probióticos y trasplante de   microbiota      fecal en el autismo: una revisión sistemática. Rev Psquiatr  Salud Ment.  2020;13(3):150-164
  8. Srikantha P, Mohajeri MH. The possible role of the microbiota-gut-brain-axis in autism spectrum disorder. I. J. Mol. Sci. 2019;20(2115):1-28.

    Zaida Gómez Pérez
    Psicopedagoga
    Pedagoga Terapéutica

Nieves López-Brea Serrat
Psicóloga Sanitaria
Experta en Neuropsicología Clínica Infanto-Juvenil

Microbiota y psicobioma: Eres lo que comes

Microbiota y Psicobiota: Eres lo que comes

¿Sabías que en nuestro cuerpo habita un vasto mundo de microorganismos? ¡Así es!

La microbiota, o microbioma se refiere a la comunidad de bacterias, virus, hongos y otros microbios que viven en nuestro intestino y en otras partes de nuestro cuerpo. Estos pequeños habitantes son esenciales para nuestra salud, ya que ayudan en la digestión, fortalecen nuestro sistema inmunológico y pueden influir en nuestro estado de ánimo.

Mucha gente desconoce cómo puede influir en nuestro estado de ánimo y dan poco valor a la relación que existe entre lo que comen y cómo se sienten, pero es que ya sabemos que “soy lo que como”.

La psicobioma, o psicobiota, es el término que usamos para referirnos a esta conexión entre nuestra microbiota intestinal y nuestra salud mental. Investigaciones recientes sugieren que los microorganismos en nuestro intestino pueden afectar cómo nos sentimos y cómo pensamos. Por ejemplo, ciertas bacterias pueden producir neurotransmisores como la serotonina, que es conocida como la “hormona de la felicidad”.

¡Increíble, ¿verdad?!

Sabiendo esto, urge la necesidad, en un mundo donde la ansiedad y la depresión se están apoderando de la población, y no sólo de la adulta, sino también en la infancia y en la adolescencia.

¿Qué efectos protectores conocemos ya?:

Digestión Saludable: La microbiota ayuda a descomponer los alimentos que nuestro cuerpo no puede digerir por sí solo. Produce enzimas que facilitan la digestión de fibras y otros carbohidratos complejos.

Sistema Inmunológico: Un intestino sano puede fortalecer nuestras defensas y protegernos de enfermedades. Algunas bacterias en la microbiota son capaces de producir vitaminas (como la vitamina K y algunas del grupo B) que son esenciales para nuestro organismo.

Bienestar Emocional: Mantener una microbiota equilibrada puede contribuir a una mejor salud mental y emocional. Influye en el Sistema Nervioso Central a través del eje intestino-cerebro.

Fuente: Dime qué comes y te diré qué bacterias tienes

Los consejos para cuidar de nuestra microbiota, y por ende, nuestra psicobiota, son de sobra conocidos, pero aún nos resistimos a darle la importancia que merece, descuidando nuestra alimentación y la de nuestra familia:

  • Alimentación balanceada: Incluye alimentos ricos en fibra, probióticos, microorganismos vivos que pueden ofrecer beneficios para la salud cuando se consumen en cantidades adecuadas, como yogur y kéfir; y prebióticos, tipos de fibra que alimentan a las bacterias buenas y se encuentran en alimentos como el ajo, la cebolla, los plátanos y espárragos). También debemos comer frutas, verduras, legumbres y granos variados, que hacen que aumenten las bacterias buenas de nuestro intestino. Y no sólo eso, intenta comer pequeñas cantidades distribuidas en unas 5 veces al día en lugar de sólo 3 comidas copiosas. En este post te contamos por qué.
  • Hidratación: Beber suficiente agua es clave para mantener un intestino saludable. Descompone mejor los alimentos para absorber los nutrientes y ablanda las heces, ayudando a evitar el estreñimiento.
  • Ejercicio regular: La actividad física no solo beneficia el cuerpo, sino también a nuestra microbiota y a nuestro cerebro, liberando una proteína, la BDNF que es responsable de la neurogénesis (creación de nuevas neuronas) y de la sinaptogénesis (creación de sinapsis y conexiones interneurales).
  • Reducción del Estrés: Practicar técnicas de relajación como las que enseñamos en consulta, pueden tener un impacto positivo en nuestra salud intestinal. El estrés llega a tener un impacto tan negativo sobre la salud como el tabaco o la radiación.
  • Dormir bien: Un buen descanso es esencial para la salud mental y física. La falta de sueño puede afectar negativamente la microbiota, así que asegurarte de tener un horario de sueño regular y de calidad es clave. Además durante el sueño, se hace una especie de limpieza de nuestro cerebro, fundamental para su correcto desarrollo y aprendizaje.
  • Evitar el uso excesivo de antibióticos: Aunque a veces son necesarios, el uso excesivo de antibióticos puede alterar la microbiota intestinal. Siempre es bueno seguir las indicaciones de un profesional de la salud y considerar alternativas cuando sea posible.

La investigación sobre la microbiota y la psicobiota está en constante evolución, y cada vez hay más evidencia que respalda la idea de que cuidar nuestra salud intestinal puede tener un impacto significativo en nuestra salud mental.

Adoptar un estilo de vida consciente y una dieta saludable puede ayudar a fomentar un microbioma equilibrado.

En enero, PSYCOLab y su equipo de médicos, psicólogos, psiquiatras, neuropsicólogos y psicopedagogos en Benalmádena, te trae la exposición EXCRETA, del CSIC, con motivo de “10 años de práctica de Neuropsicología en nuestra sede”, con charlas y curiosidades para que aprendas mucho más sobre tu microbiota. Síguenos en RRSS para conocer los detalles y horarios del evento:

 

Diario Sur ya se ha hecho eco de la noticia. Apúntate pinchando en la foto:

Exposición EXCRETA en Psycolab Benalmádena

Bibliografía:

“The Human Microbiome Project: A Community Resource for the Healthy Human Microbiome” – Nature (2012)

“Role of the gut microbiota in health and disease” – Nature Reviews Gastroenterology & Hepatology (2016)

“Gut microbiota’s effect on mental health: The gut-brain axis” – Journal of Psychiatry & Neuroscience (2017)

“Dietary modulation of the human gut microbiome: A systematic review” – Nutrients (2019)

“The Gut Microbiome and Mental Health: A Review of the Literature” Kelly, J. R., et al. Psychiatry Research (2016)

“Microbiota and the gut-brain axis: A review” Cryan, J. F., & Dinan, T. G. Neuroscience & Biobehavioral Reviews (2012)

“Gut microbiota’s effect on mental health: The gut-brain axis”. Sudo, N., et al. Journal of Psychiatry & Neuroscience (2017)

“The Role of the Gut Microbiome in the Development of Anxiety and Depression”. Foster, J. A., & McVey Neufeld, K.-A. Nature Reviews Neuroscience (2013)

“Probiotics and Prebiotics in Mental Health: A Review”. M. R. O’Neill, et al. Nutrients (2020)

“The Psychobiome: The Role of the Gut Microbiome in Mental Health and Disease”. Dinan, T. G., & Cryan, J. F.

Los días 17, 18, 24 y 25 de enero de 2025, tendrás la oportunidad de consultar a nuestros especialistas tus dudas sobre cómo afecta tu microbiota a tu salud mental o al neurodesarrollo de tu bebé.

Recuerda que durante la exposición, nuestros especialistas no ofrecerán formaciones regladas, sino que estarán en las instalaciones para que te dirijas a ellos cuando quieras.

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Nieves López-Brea Serrat Psicóloga Sanitaria Experta en Neuropsicología Clínica Infanto-Juvenil

TDAH subtipo combinado: Déficit de Atención con Hiperactividad e Impulsividad

TDAH – Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad e Impulsividad

Cuando hablamos del TDAH, hacemos referencia a uno de los Trastornos del Neurodesarrollo que más se presentan en la población infantil, y es caracterizado por un comportamiento continuo de inatención, o hiperactividad e impulsividad o ambos.  Es un trastorno diverso, presentan diferentes perfiles de síntomas principales, así como de trastornos que puedan estar asociados, historia familiar, respuestas al tratamiento y curso de evolución. Dicho trastorno tiene una gran repercusión en el desarrollo y la vida de la persona que lo padece, así como en su entorno.

Es considerado un trastorno de origen neurobiológico con una alta carga genética (75%), dando inicio en la edad infantil, perjudicando entre 3-7% de niños en el colegio.

Según diversos estudios de neuroimagen, las áreas cerebrales afectadas son:

  • La corteza prefrontal: encargada de la función ejecutiva como planificar acciones, iniciarlas, darse cuenta de los errores y corregirlos, evitar distracciones por estímulos irrelevantes, ser flexible si las circunstancias cambian…
  • El cuerpo calloso: sirve de comunicación entre los dos hemisferios cerebrales, para asegurar un trabajo conjunto y complementario.
  • Los ganglios basales: implicados en el control de los impulsos al coordinar o filtrar la información que llega de otras regiones del cerebro e inhibir las respuestas automáticas.
  • El cíngulo anterior: se encarga de la gestión afectiva y del manejo de las emociones.

También afecta a la neurotransmisión, se dan problemas en los circuitos reguladores que comunican dos zonas cerebrales, el córtex prefrontal y los ganglios basales. Estas áreas se comunican a través de la dopamina y la noradrenalina. Al tener una liberación deficitaria de estos neurotransmisores y un alto nivel de recaptación de las mismas, se altera la neurotransmisión, afectando a la atención, el estado de alerta, la memoria de trabajo y el control ejecutivo. La disminución del metabolismo sináptico de los neurotransmisores produce las siguientes consecuencias:

  • Disminuye la atención
  • Disminuye la capacidad de iniciar y continuar actividades
  • Dificulta la memoria de trabajo (o memoria a corto plazo)
  • Dificulta la capacidad para bloquear respuestas inadecuadas
  • Dificulta la planificación de actividades complejas
  • Dificulta la organización
  • Incrementa la actividad física
  • Incrementa la impulsividad

* Instituto Nacional de Neurociencias, Neuropsicología y Neuro-rehabilitación.

El TDAH de tipo combinado, se caracteriza por síntomas de hiperactividad/impulsividad y falta de atención. La inatención se hace más evidente en la etapa escolar, que es donde hay más demanda de una actividad cognitiva más complicada, y continua en las siguientes etapas por las que va pasando el menor. A medida que va creciendo, normalmente suele ir disminuyendo la hiperactividad, permaneciendo la inatención e impulsividad.

Síntomas del TDAH subtipo combinado:

  • Síntomas de inatención:
    •  A menudo parece que no están escuchando cuando se les habla.
    • Cometen errores en las tareas que tienen que realizar, debido a la distracción que presentan.
    • Presentan dificultad para conseguir mantener la atención en las tareas, o en actividades dinámicas que estén realizando.
    • Les es complicado la organización de tareas.
    • Normalmente no siguen las normas, y no hacen entrega de las tareas.
    • Se enfadan cuando la tarea a realizar requiere de un esfuerzo mental sostenido.
    • Habitualmente pierden cosas, como juguetes, y material escolar necesario para la realización de tareas.
  • Síntomas de hiperactividad:
    • Constantemente mueven mucho las manos o los pies, o no paran de moverse en el asiento.
    • Saltan o se mueven en exceso en situaciones en las que no es correcto hacerlo.
    • A menudo en clase abandonan su asiento sin tener que hacerlo.
    • Les es complicado realizar de manera calmada y tranquila actividades de juego.
    • Hablan en exceso.
    • Actúan como si tuviesen un motor, o como si estuviesen siempre en marcha.
  • Síntomas de impulsividad:
    • Presentan dificultades para guardar el turno.
    • A menudo responden con anticipación antes de haber sido finalizada la pregunta.
    • Interrumpen o se meten en conversaciones o juegos de otros.

Tras la evaluación neuropsicológica, el diagnóstico debe ser confirmado por un pediatra o neuropediatra, que a su vez, valorará la necesidad de tratamiento farmacológico, del que hablaremos en otro post.

Es primordial resaltar el apoyo y la coordinación con el colegio y la familia. Se debe entrenar en psicoeducación tanto a la familia como al infante, siguiendo un programa de técnicas cognitivo-conductuales. Cuando el TDAH ha sido diagnosticado tarde, la psicoterapia será más continuada en el tiempo. Si, por el contrario, se ha diagnosticado de forma temprana normalmente se intervendrá en momentos puntuales donde haya cambios que puedan provocar impacto en el día a día del/a menor.

Es importante que el centro educativo y sus docentes, tengan formación sobre el TDAH, ya que estos niños/as precisan de un buen trato por parte de sus profesores, y que cuenten con los recursos y la formación adecuada sobre el déficit que padecen, así como de la metodología e intervenciones educativas más adecuadas para llevar a cabo. Si no se cuenta con dicha formación, es fácil encontrarse con descalificativos personales que atacan el comportamiento del menor de forma agresiva, dañando aún más su autoestima. Suelen ser niños o niñas, y/o adolescentes, que siempre están recibiendo reprimendas, amonestaciones, partes disciplinarios, etc.

Se realizará un tratamiento cognitivo conductual:

En relación a la parte conductual, se trabajará con los pacientes de forma que se consiga cambiar o mejorar actitudes que están siendo inadecuadas a través de distintas técnicas. En base a lo que hacemos, actuamos teniendo en cuenta los resultados que recibimos, es decir se podrán mejorar las consecuencias que tienen dichas conductas para aprender a hacerlas de mejor forma.

Las técnicas a utilizar se irán eligiendo en base a las necesidades que presente el paciente, viendo que factores están repercutiendo en las conductas que se están realizando de forma inadecuada. Con estas se pretende conseguir la mejora de la atención, obtener un mejor autocontrol del exceso de la conducta motora y la impulsividad, pudiendo así conseguir unas mejores relaciones sociales y un optimo rendimiento en el colegio. Se utilizarán técnicas para disminuir o quitar los comportamientos que no son deseados, reforzadores positivos para conseguir conductas adecuadas, y técnicas combinadas como la economía de fichas, o el contrato de contingencias.

Por otro lado, con respecto a la parte cognitiva, se pondrá el foco en trabajar la parte de los procesos cognitivos y los procesos mentales implicados en el control de la conducta, proporcionándole al paciente ser una persona con mayor autonomía y aumentar su autocontrol. Con dicho tratamiento se quiere conseguir una modificación e identificación de los pensamientos inapropiados, dándole importancia a la repercusión que tienen sobre la conducta y los estados emocionales, para sustituirlos por otros más adecuados. Se utilizarán técnicas de autocontrol, de auto instrucciones, y de resolución de problemas.

Y como hemos visto, por su afectación prefrontal, será fundamental trabajar en estos pacientes las Funciones Ejecutivas:

  • Velocidad de procesamiento
  • Memoria de trabajo (atención)
  • Fluencia verbal
  • Inhibición conductual/control inhibitorio
  • Ejecución dual
  • Flexibilidad cognitiva
  • Planificación
  • Toma de decisiones
  • Paradigmas multitarea

En Psycolab Benalmádena, entrenamos desde hace 10 años este Trastorno del Neurodesarrollo de forma individual y en talleres grupales. Pregúntanos.

Contacto

Bibliografía.

Abendaño-Cabaleiro, L. (2012). Acercamiento a la realidad educativa y social que rodea a los niños/as con TDA o TDAH en la Comunidad Foral de Navarra (Bachelor’s thesis).

Arosemena, M. (2021). Intervención cognitiva–conductual en niños con diagnóstico de trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDA/H) que presentan ansiedad. redes1(13), 55-75.

Medina, A. R., & Soler, C. L. (2014). TDAH y Trastornos del Comportamiento en la infancia y la adolescencia. Ediciones Pirámide.

Ana Cañete Ángel. Psicóloga Sanitaria Experta en Infancia, Duelo y Cuidados Paliativos

Nieves López-Brea Serrat Psicóloga Sanitaria Experta en Neuropsicología Clínica Infanto-Juvenil

Duelo tras la muerte de un hijo

DUELO TRAS LA MUERTE DE UN HIJO

Cuando un ser querido fallece es una experiencia dolorosa, que provoca diversas reacciones en las personas, pudiendo cambiar desde una inmensa tristeza, como sentir mucha soledad y desgarro. En los casos de más gravedad puede perdurar años e incluso el resto de la vida.

Se ha estudiado que una de las pérdidas que causan mayor sufrimiento y dolor es la muerte de un hijo/a, pudiendo dejar cicatrices profundas. Ya que el fallecimiento de un hijo/a es algo antinatural, y provoca un cambio del ciclo biológico normal. Dicha perdida repercute en la calidad de vida de las personas, en el sistema de valores en el que convive con relación a sus metas, objetivos y preocupaciones, así como en el contexto cultural. Con frecuencia se corre el riesgo de entrar en una depresión, de la cual es complicado salir sin ayuda.

Se afirma que alrededor del 20% de los padres que pierden a un hijo/a no pueden llegar a superarlo. Aunque la vida continua, la ven desde lejos y sin ninguna motivación, ni ilusiones, como si la vida le fuese algo ajeno e incluso le provoca dolor el seguir vivos. Pierden el interés por las cosas y no disfrutan con nada. Acompañando todo esto de mucha tristeza, cansancio físico y mental e inseguridad, aparecen muchos sentimientos de culpa, alteraciones del sueño, falta de apetito y deseo sexual. Dicha perdida puede llevar a tener efectos negativos con los otros hijos/as y con la pareja. Todo esto nos lleva a episodios depresivos.

Son muchas las personas que tras la muerte de su hijo/a desarrollan un duelo complejo persistente. El cual se presenta cuando tras un año del fallecimiento, la persona padece diversos síntomas como son; dolor, dificultades para aceptar la perdida, ira, aturdimiento, culpa, deseos de muerte, soledad, etc.

Hay varios factores protectores ante la posibilidad de padecer un duelo complejo, entre estos podemos ver la comunicación, la espiritualidad, el autocuidado, la flexibilidad mental, capacidad para encontrar sentido a lo que se hace, capacidad para estar en el presente y la autocompasión.

Cuando se trabaja con personas en duelo, lo principal es conocer que necesidades hay detrás de cada uno, sus asuntos no resueltos y si les queda algo por terminar, y ver cuales están más dañados por la pérdida para poder ayudar y conseguir una mejor calidad de vida.

Cuando hablamos de duelo, nos encontramos con tres tipos:

  • Duelo anticipado; hace referencia a un complicado proceso que se vive cuando se enfrenta a la posibilidad de anticipar el fallecimiento de un ser querido y va formándose una adaptación a lo que va a ocurrir.
  • Duelo normal; cuando se vive un sentimiento de soledad y tristeza, y se llora por el fallecimiento de la persona amada. También puede ocurrir que se viva de forma que la persona se sienta como aislado o indiferente, o con sentimientos de agresividad.
  • Duelo patológico; se da cuando las reacciones ante la perdida son de una intensidad fuerte, duran mucho en el tiempo y hace imposible el que su vida diaria pueda funcionar, teniendo altibajos emocionales. También se da mucho enojo, negatividad para seguir con su propia vida, sentimientos de vacío con respecto a todo. Tienen pérdida de apetito, insomnio, cefaleas, así como diversos síntomas psicológicos, principalmente una inmensa pena y dolor.

También nos encontramos con diferentes etapas del duelo:

  • Negación; se utiliza como mecanismo de defensa ante la incapacidad para asimilar la perdida.
  • Enojo/ira; se comienza a ir asimilando la perdida, pero aparecen sentimientos de enfado e ira hacia el exterior.
  • Negociación; siente mucho resentimiento con Dios o lo que le tenga fe, e intenta hacer promesas para conseguir sentirse mejor o para intentar recuperar a su ser querido.
  • Depresión/tristeza; al no encontrar solución a tanto dolor, los sentimientos de enfado y frustración se convierten en una gran tristeza y desesperanza.
  • Aceptación/reorganización; se va adaptando a su nueva vida, en la cual ya no está su ser querido.

La elaboración de un duelo es un camino largo, y doloroso. Este se termina cuando la persona se ve capaz de recordar a su hijo/a fallecido sintiendo poco dolor, aprendiendo a vivir sin él, dejando de vivir en el pasado y pudiendo así centrarse en el presente poniendo toda su energía en ello. El objetivo no es olvidar al ser querido, si no aprender a vivir con el dolor.

Se ha visto que, para el tratamiento del duelo, una de las técnicas más eficaces es la técnica Gestalt de la “silla vacía”, para poder hablar con la persona fallecida en el presente y expresar lo que se necesite. También hay varias técnicas que resultan de gran utilidad como son; el uso de la escritura, esto le ayudara a resolver los asuntos que hayan quedado pendientes y poder decir todo lo que necesite. La reestructuración cognitiva, ya que los pensamientos influyen en nuestros sentimientos, es muy importante ayudar a poder identificar esos pensamientos y compararlos con la realidad. Estas son algunas de las técnicas que son eficaces para tratar el duelo, así como también la imaginación guiada, el role playing, el libro de los recuerdos, el uso de símbolos, el lenguaje evocador, entre otras.

Bibliografia.

Rosas, A. M. A., & Ayala, M. D. L. C. (2020). Evaluación de una intervención psicoterapeútica con padres en duelo por la muerte de un hijo. Revista Salud y Bienestar social [ISSN: 2448-7767]4(2), 33-50.

Alonso-Llácer, L., Lacomba-Trejo, L., & Pérez-Marín, M. (2021). Duelo complicado por la muerte de un hijo: presentación de un caso. Medicas UIS34(3), 85-92.

Worden, J. W., Aparicio, Á., & Barberán, G. S. (2013). El tratamiento del duelo: asesoramiento psicológico y terapia. Barcelona: Paidós.

Psicóloga Sanitaria Experta en Infancia, Duelo y Cuidados Paliativos

Nieves López-Brea
Neuropsicóloga Clínica Infanto-Juvenil

Consecuencias del abuso de la tecnología en el psicodesarrollo adolescente

USO Y ABUSO DE LA TECNOLOGÍA, RRSS, VIDEOJUEGOS Y CHATGPT

La semana pasada, el equipo de expertos de Psycolab a través de su gerente, Nieves López-Brea Serrat, tuvieron el placer de contestar a la Agencia EFE algunas cuestiones sobre cómo afectaba ChatGPT u otras Apps de IA (Inteligencia Artificial), así como el abuso de RRSS (Redes Sociales) o videojuegos:

  1. ¿Cómo puede afectar ChatGPT al desarrollo pedagógico y psicológico de los niños y los adolescentes?

Hablar de ChatGPT es hablar de Internet, de RRSS, de videojuegos o de cualquier IA. Todo ha aparecido para cambiar, entretener y mejorar nuestras vidas. Pero si los datos nos dicen que ya 1 de cada 10 menores pueden hacer un uso compulsivo de ellas, debemos ser prudentes. Y ojo, me considero una usuaria experta en tecnología, me crié con el primer Spectrum y no concibo mi trabajo sin grandes herramientas que trae mi ordenador de mesa y mi ordenador de bolsillo (el móvil).

Cualquier dispositivo o herramienta mal usado, puede acarrear problemas de memoria y de atención. La sobrecarga de información y de estímulos audiovisuales pueden saturar nuestro cerebro, dificultando nuestros procesos atencionales, de filtración de datos y nuestra memoria tanto a corto como a largo plazo. Y aquí, claro está, que podemos usar ChatGPT para filtrar esos datos y que nos traiga calentito del horno lo que nuestro cerebro debería haber procesado por él mismo, pero, ¿para qué malgastar energía?

Bueno, sabemos que ChatGPT también comete errores, así que no parece una herramienta tan infalible como creíamos, y es que, evidentemente, si se alimenta de la información almacenada en la Red, también lo hace de los sesgos y errores que en ella viven también.

De hecho, se le han presentado 20 preguntas del examen MIR más reciente y contestó 10 bien, 5 fueron dudosas, y 5 fallidas.

Para un adecuado desarrollo infanto-juvenil, cualquier sistema educativo (o al menos ese esperamos), debería potenciar y entrenar en esta población los diferentes procesos atencionales, la inhibición conductual (saber frenar), la flexibilidad cognitiva, la memoria de trabajo, la planificación y organización, el pensamiento crítico, el aprendizaje social y emocional, el sentido de la privacidad y de la intimidad, un adecuado conocimiento de sexualidad afectiva, sensibilidad, empatía, respeto,…Y esto señores y señoras, aún no puede hacerlo una App por muy mejorado que sea su funcionamiento en unos años.

  1. ¿Considera que el uso de estas herramientas de inteligencia artificial puede perjudicar el pensamiento crítico y el aprendizaje memorístico?

El pensamiento crítico se desarrolla para filtrar la información que disponemos y organizar ideas para luego decidir y orientar nuestros pensamientos, valores y creencias. Si la información que recibimos proviene de una misma App, no podremos desarrollarlo. De hecho, es la lectura (eso que teníamos en la mano de vez en cuando antes de que apareciera el móvil) siempre fue el medio que nos acercaba a diferentes pensamientos, diferentes culturas, diferentes escenarios y diferentes emociones, que desembocarían en ese desarrollo de ese pensamiento crítico. La variedad de textos y de autores, era garantía de una transmisión de la información variada de entre la que elegir nuestro propio pensamiento.

Los libros trajeron la alfabetización y la tecnología está acabando con ellos por mucho que internet porte periódicos, libros de divulgación científica, artículos, libros de texto digitales, pero ¿quién los lee? Precisamente los adultos que tras leer muchos libros, crearon la tecnología, algo que muchos jóvenes parecen haber olvidado cuando aseguran que no les gusta leer.

  1. ¿Cómo se pueden preparar nuestras mentes para lidiar con estas herramientas?

Cuenta la historia que al principio apareció el homo habilis, maestro de las herramientas. Después apareció el homo ergaster o erectus, cazador, recolector y nómada. Por último, el homo sapiens, inventor de la escritura y la literatura, de las matemáticas y las ciencias, creador de las más bellas esculturas, pinturas y canciones.

Y de repente, sin necesitar miles de años de evolución, sino apenas unas generaciones, aparece el homo digitalis, creador de internet, las redes sociales, la IA y ChatGPT…

Algunas mentes se atreven a aventurar que el cerebro (y nuestras vidas) mejorarán con esta llegada tecnológica, pero lamentablemente la realidad que encontramos en gran parte del planeta es que lo que llegó con esta transformación, ha sido la “Era ansiolítica”. El consumo de ansiolíticos y antidepresivos incluso en la población infanto-juvenil se ha disparado, siendo España uno de los países que encabeza estas estadísticas, y que según las encuestas, se debe, entre otras causas al sentimiento de soledad (paradójicamente en tiempos donde se supone estamos más conectados que nunca) y a la incertidumbre (por mucha información que tengamos ya a golpe de click en Google. También el índice de suicidios y autolesiones ha aumentado en la población infanto-juvenil, alertando ya el año pasado, la AEP, de los riesgos y violación de derechos que estaban observando en los menores, debido al uso de dispositivos móviles con “barra libre” de datos.

Herramientas han aparecido en la historia desde ese primer homo habilis, que han sido de gran utilidad y revolucionaron la vida del ser humano, pero dudamos que tuvieran un impacto tan negativo en la población, y menos en la población infantil. Hablamos de la rueda, de la bicicleta, del metro, de la imprenta, del telescopio, del microscopio, del termómetro, de máquinas de rayos X y hasta de un cohete espacial para llegar a la Luna…

  1. En el caso de que exista cierto grado de dependencia con el uso de las mismas, ¿puede afectar al desarrollo cognitivo de los más jóvenes?

El cerebro adolescente es diferente del cerebro adulto en muchos aspectos, pero sobre todo por dos patrones principales:

  • El primero es que los niños y adolescentes tienen conexiones para aprender más rápido que los adultos, ellos tienen más sinapsis, que es lo que permite que las células cerebrales se comuniquen. También tienen más capacidad para aprender a fortalecer esas sinapsis que un adulto, esto es lo que llamamos plasticidad sináptica o cómo las neuronas responden o pueden ser moldeadas por el ambiente para aumentar la excitabilidad de sus cerebros.
  • Lo segundo, en lo que el cerebro adolescente es muy diferente es la forma en que nuestras áreas cerebrales están conectadas entre sí. El cerebro se desarrolla de atrás hacia delante. No es hasta los 25 o 30 años que termina de madurar el cerebro (el de las chicas un poco antes, sobre los 20). Y precisamente, es su lóbulo frontal, más precisamente la corteza prefrontal, lo último que se conecta y del que depende la toma de decisiones, el control de los impulsos, el juicio, las consecuencias, la gestión emocional o la empatía, también llamadas funciones ejecutivas. Pero los adultos esperamos que puedan lograr todo esto desde que nuestros hijos entran en primaria, y somos nosotros, los adultos que rodeamos a la infancia, quienes debemos ser sus lóbulos frontales para guiarles en ese difícil proyecto de madurar.

Esta inmadurez de los lóbulos prefrontales, es la principal causa por lo que su sistema límbico, el gran sistema emocional, seguirá interesado únicamente en recibir una gratificación inmediata y asumir no pocos riesgos.

Esa plasticidad sináptica de la que hemos hablado, permite que aprendan cosas realmente buenas, pero también realmente malas, como puede ser el abuso de sustancias. En la adolescencia, serás adicto más rápido y de una forma más intensa. Y el verdadero peligro es que una adicción puede cambiar la forma en que sus cerebros se desarrollan. Cuanto más temprano comienza la adicción (también las tecnológicas o comportamentales), más dificultades tendrán en el futuro.

También el estrés puede afectar a su cerebro durante la infancia y la adolescencia y puede tener efectos a largo plazo como el aumento del riesgo de sufrir trastornos mentales. Pensad ese alumnado que ha hecho todos los trabajos con ChatGPT y luego tiene que exponerlo delante de toda la clase. ¿Cuánto cortisol creéis que acumulará en ese momento si no tuvo que crearlo o interiorizarlo y debe exponerse a la evaluación, no solo del profesor sino del resto del alumnado?

Gracias a la plasticidad y especialización del cerebro, podemos remodelar su cerebro motivándoles con las cosas que les apasionan, ya que esto hará que sus neuronas se conecten de una forma más efectiva al recubrirse de mielina (aprendizaje 100 veces más rápido). De esto saben mucho los creadores de contenido tan llamativo para hacer de la juventud los grandes consumidores de nuestro siglo.

El símil CEREBRO-ORDENADOR se ha desvirtuado de tal modo, que ChatGPT sustituye al Área de Broca (producción del lenguaje); Google Maps sustituye al cuerpo calloso (procesamiento visoespacial); Google Calendar sustituye al hipocampo (funciones memorísticas)…Como dice el Premio Nacional de Neurociencias Javier Tirapu Ustarroz, ¿realmente esto es un cerebro?

“Si no tienes datos (científicos)*,

solo eres una persona más con una opinión”.

Andreas Schleicher (matemático, estadístico, investigador y Director de Educación de la OCDE)

*Añadido de la autora de este post, Nieves López-Brea Serrat

(Psicóloga Sanitaria experta en Neuropsicología Infanto-Juvenil)

 

Aquí puedes consultar los medios que se han hecho eco de la noticia:

https://www.eldebate.com/ciencia/20240226/expertos-alertan-riesgos-chatgpt-no-infalible-puede-mermar-memoria_177438.html?utm_source=rrss&utm_medium=tw&utm_campaign=global

https://www.malagahoy.es/malaga/riesgos-ChatGPT-memoria-Malaga-Inteligencia-Artificial_0_1879313563.html?utm_source=twitter.com&utm_medium=social&utm_campaign=noticias

https://www.tribunasalamanca.com/noticias/359833/los-expertos-advierten-sobre-chat-gpt-y-su-uso-en-educacion-no-es-infalible-y-puede-mermar-la-memoria

https://www.infobae.com/espana/agencias/2024/02/26/los-expertos-alertan-de-los-riesgos-de-chatgpt-no-es-infalible-y-puede-mermar-la-memoria/

https://andaluciainformacion.es/andalucia/1571968/los-expertos-alertan-de-los-riesgos-de-chatgpt-no-es-infalible-y-puede-mermar-la-memoria/?utm_source=dlvr.it&utm_medium=twitter

Nieves López-Brea Serrat
Neuropsicóloga infanto-juvenil

 

Fobias específicas

Las fobias especificas forman parte de los denominados trastornos de ansiedad, e implican un miedo intenso y persistente a objetos o situaciones no proporcional al riesgo real, provocando un elevado nivel de ansiedad, llevando a la persona a evitar dichos estímulos o resistirlos soportando un elevado malestar.

Como respuesta a este miedo intenso, se produce la activación del sistema nervioso simpático, dando lugar a taquicardia, palpitaciones, respiración acelerada, presión en el pecho, temblor, tensión muscular, sudoración o malestar intestinal. Además, otros síntomas que se pueden experimentar son dolor en el pecho, sequedad de boca, pensamientos distorsionados, mareos, incluso desmayo. En el caso de los niños, este miedo puede traducirse en lloros, ira y rabietas.

Dentro de los trastornos se considera el trastorno menos grave, pero el más prevalente. Las fobias suelen comenzar en la niñez y adolescencia, manteniéndose si no se trata de manera adecuada, en la edad adulta. Existe una prevalencia mayor en mujeres, alcanzando el pico máximo entre los 25 y 54 años.

Se distinguen los siguientes tipos de fobia específica:
– Animal. Los animales más temidos son las serpientes, arañas, perros, ratas y ratones.
– Ambiente natural. Las situaciones naturales más temidas son las tormentas, el viento, alturas y oscuridad.
– Sangre, inyecciones y daño corporal.
– Situaciones. Entre las situaciones específicas más temidas se encuentran los transportes públicos, túneles, volar en avión, lugares cerrados.
– Otros tipos. Los estímulos que no se engloban en las categorías anteriores, se incluyen aquí, como es el atragantamiento o vómito.

Aunque en algunos casos puede producirse una remisión espontánea de los síntomas, existen tratamientos eficaces para abordar la sintomatología de la fobia específica. El más investigado y contrastado empíricamente es la exposición en vivo a los estímulos temidos. Se ha demostrado su eficacia para la fobia a los animales, alturas, lugares cerrados, volar en avión, inyecciones, tormentas y atragantamiento. Una exposición gradual, progresiva y con resultados exitoso, tiene como resultado una reducción de la actividad de la amígdala y aumento de la actividad del córtex orbitofrontal, implicado en la regulación de emociones y del reaprendizaje estímulo-consecuencia. La exposición en vivo reduce el miedo, las conductas de evitación, las cogniciones amenazantes y la valencia negativa del estímulo fóbico.

Otros tratamientos que también se han encontrado eficaces son el modelado participante, la realidad virtual, terapia cognitiva y la relajación aplicada. Nuestra compañera Alba Ruiz, psicóloga sanitaria, te ayuda a superar tus miedos y fobias en Benalmádena. ¿Tienes alguna duda? Contacta o reserva cita con ella:

Alba Ruiz Gómez, Psicóloga Sanitaria

 

 

 

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Referencias Bibliográficas:

Bados López, A. (2017). Fobias específicas: Naturaleza, evaluación y tratamiento. Universidad de Barcelona.
Bosch, C. G. B., Vindel, A. C., Rodríguez, P. R., Martínez, S. B., & Priede, A. (2021). Tratamientos psicológicos para los trastornos de ansiedad. Manual de tratamientos psicológicos: adultos. pp. 367-391. Pirámide.
Subdirección General de Información Sanitaria. Salud mental en datos: prevalencia de los problemas de salud y consumo de psicofármacos y fármacos relacionados a partir de registros clínicos de atención primaria. BDCAP Series 2. Madrid: Ministerio de Sanidad. 2021.

Counceling in Benalmádena, Málaga

Counseling en Málaga y en Benalmádena

Ya que a veces nos preguntáis, nuestra especialista en Counseling en Málaga y Benalmádena resuelve las dudas de las diferencias que pueden existir entre el counseling y la psicología sanitaria o clínica.

Hoy en día, estamos muy acostumbrados a escuchar los conceptos de “psicología sanitaria o psicología clínica”, usualmente al referirnos a una terapia psicológica. En otro post os hablaremos de la diferencia entre estas dos.

Sin embargo, en otros países como Inglaterra y muchos países del norte de Europa suelen utilizar el counseling. Pero, ¿qué es?, y ¿qué diferencias existen con la psicología sanitaria/clínica?

Por un lado, la psicología sanitaria o clínica se ocupan de tratar la salud mental del ser humano y tienen como objetivo superar alguna situación que le está generando malestar, es decir, busca un tratamiento empírico y científico. Aquí encontramos que nuestra corriente Cognitivo-Conductual, es la que mejores resultados ofrece ante trastornos, lamentablemente tan comunes hoy en día, como la ansiedad o la depresión.

En cambio, el counseling (o también conocido como consejería o asesoramiento psicológico) también lo lleva a cabo una profesional de la salud mental, es decir, una psicóloga, y que, lejos de centrarse únicamente en aquello que le supone malestar, se centra en trabajar con la persona de manera íntegra tratando de abarcar todos aquellos aspectos de su personalidad y de sus circunstancias y así potenciar su autodesarrollo mediante el desarrollo de habilidades personales, la toma de decisiones importantes o la ayuda de alcanzar metas tanto personales como profesionales.

Además, el objetivo también insta en proporcionar un entorno seguro y de apoyo, al igual que la terapia de psicología sanitaria/clínica, aunque algunas de las diferencias se encuentra en la duración de la terapia: mientras la terapia de psicología sanitaria/clínica suele ser más extensa, según el trastorno o la dificultad que presenta el individuo, el counseling suele ser más breve y suele centrarse en problemas más específicos o en metas y no tanto en un trastorno per sé.

En Psycolab, nuestra especialista Berta Valentino ofrece ambos servicios en inglés, tanto psicología sanitaria como Counseling. La elección entre el counseling o terapia depende de las necesidades de cada persona y la gravedad de los problemas.

Si tienes dudas, puedes consultarnos o reservar directamente con ella en el siguiente enlace:

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Psicóloga Sanitaria Bilingüe
Counsellor en Málaga y Benalmádena

 

 

 

 

 

 

 

 

REFERENCIAS:

Martí-Gil, C., Marcos-Pérez, G., & Barreira-Hernández, D. (2013). Counseling: una herramienta para la mejora de la comunicación con el paciente. Farmacia Hospitalaria, 37(3), 236-239.

Mearns, D., & Thorne, B. (2020). Counseling centrado en la persona: En acción. Gran Aldea Editores.

Artiles, M. (2014). ¿ Qué es Counseling?. de Consultorias y psicopterapias centradas en la persona y experienciales, Buenos Aires, Gran Aldea Editores, 37-45.

Erazo, L. R., & Nisenbaum, I. S. (2005). Psicología clínica de la salud. Un enfoque conductual. UNAM.

Relación entre inteligencia y Funciones Ejecutivas

Relación entre inteligencia y funciones ejecutivas en niños de siete años

 

Os presentamos la investigación que realizamos en colaboración con la Universidad Internacional de Valencia y se ha publicado recientemente en la Revista Iberoamericana de Psicología.

Nuestra intención era hallar posibles correlaciones entre los conceptos de inteligencia y funciones ejecutivas debido al vínculo que tienen ambos conceptos con los procesos de adaptación al ambiente. En anteriores investigaciones, se encuentran relaciones de la inteligencia con procesos como la planificación, la inhibición y, especialmente, con la memoria de trabajo. No obstante, diferentes autores concluyen que ambos constructos son independientes pero con nexos en común.

Para llevarla a cabo, se recopilaron datos de 76 alumnos de siete años que estudiaban en un colegio de la provincia. Se evaluó la inteligencia con el Test Breve de Inteligencia de Kaufman (K-BIT) y los elementos del control ejecutivo con el Instrumento de Evaluación Conductual de la Función Ejecutiva-2 (BRIEF-2), que cumplimentaron el tutor y los padres de cada uno.

Los resultados no arrojaron correlaciones si los informantes eran los padres. No obstante, se encontraron relaciones inversas entre el cociente intelectual y déficits en diversas funciones (concretamente supervisión de  sí  mismo, flexibilidad, control emocional, iniciativa, memoria de trabajo y planificación). Esta diferencia podría deberse a que el instrumento de medida de funciones ejecutivas se basa en percepciones subjetivas de padres y profesores o, incluso, a que los niños desplieguen diferentes conductas según el entorno.

Se hace necesario, por tanto, un mayor número de investigaciones sobre esta posible relación ya que podría tener uso en el ámbito clínico y educativo (por ejemplo, para el tratamiento de dificultades de aprendizaje o incluir determinadas actividades en los planes de estudio que potencien memoria de trabajo, planificación y resolución de problemas).

Podéis leerlo y descargarlo aquí: https://doi.org/10.33881/2027-1786.rip.15307

Bibliografía

Gonzalez Moreno, J., Castellano Olivera, D. C. O., López-Brea Serrat, N., y Cantero García, M. C. G. (2023). Relación entre inteligencia y funciones ejecutivas en niños de siete años. Revista Iberoamericana de psicología15(3), 73–82.

Desirée Castellano Olivera.
Psicóloga Sanitaria y Neuropsicóloga

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