Influencia de las funciones ejecutivas en el rendimiento académico
Cada día somos más conscientes del papel fundamental que tienen las funciones ejecutivas en el rendimiento académico y escolar, así como en la toma de decisiones, en la inhibición conductual, en la planificación y en la organización.
El término funciones ejecutivas alude a aquellas habilidades necesarias para alcanzar objetivos, especialmente ante tareas o circunstancias nuevas. Y es que en nuestro día a día, además de realizar las tareas habituales, nos enfrentamos a situaciones que hacen necesaria la creación de planes creativos y originales. Para ello, solemos realizar una especie de “ensayos mentales” de las soluciones que se nos han ocurrido, prediciendo los resultados que obtendríamos si las llevásemos a la práctica.
El control ejecutivo está formado por diversos componentes, los más documentados son los siguientes:
- La memoria de trabajo: implicada en el acceso, el mantenimiento y la posterior manipulación de la información novedosa.
- Planificación: creación, selección y organización de los pasos necesarios para alcanzar una meta, teniendo en cuenta todo nuestro aprendizaje previo.
- Fluencia: velocidad para procesar la información entrante y emitir la conducta necesaria.
- Flexibilidad: desplegar los comportamientos apropiados a la situación, facilitando la alternancia entre varias actividades.
- Inhibición: frenar respuestas inadecuadas e ignorar a aquella información que no resulta relevante.
- Toma de decisiones: escoger, entre varias opciones, aquella que conlleve mayores beneficios y el menor coste posible.
Es en el área prefrontal del cerebro donde se regula el funcionamiento del control ejecutivo. En ella, se pueden apreciar tres áreas diferenciadas:
- El área dorsolateral: implicada en procesos de razonamiento, flexibilidad cognitiva, formación de conceptos y en la habilidad para resolver problemas. Además, interviene en otros procesos como la atención o la memoria de trabajo
- El área cingulada anterior: se encarga de iniciar las conductas voluntarias, en los aspectos motivacionales y en la detección de los errores. Asimismo, también nos permite dividir y mantener nuestra atención.
- El área orbitaria-ventral: clave en regular las emociones, tomar decisiones y en la capacidad para evaluar los riesgos y beneficios.
El rendimiento escolar está íntimamente relacionado con aspectos neurobiológicos, ya que el aprendizaje depende del funcionamiento del sistema nervioso. Concretamente, las funciones ejecutivas permiten a los alumnos evitar distracciones en clase, seguir un plan de estudio o saber adaptarse y reaccionar ante diferentes situaciones, entre otras cosas. Con lo cual, cuando un estudiante presenta déficits en el control ejecutivo pueden aparecer ciertas dificultades:
- Problemas con la memoria de trabajo: pueden afectar al seguimiento de las clases, en las tareas relacionadas con la lecto-escritura o con el cálculo mental.
- Falta de habilidades para planificar y tomar decisiones: con lo cual, se requiere la supervisión de padres o profesores para realizar las actividades, organizar el estudio y gestionar eficientemente el tiempo.
- Escasa flexibilidad cognitiva: alumnos a los que les cuesta cambiar de actividad o entender conceptos nuevos y se frustran si comenten errores.
- Déficits inhibitorios: presencia de comportamientos impulsivos y graves dificultades para concentrarse.
Por lo tanto, muchos alumnos con problemas para sacar adelante el curso académico, pueden beneficiarse de los entrenamientos en funciones ejecutivas. Este tipo de intervenciones se centran en fomentar las capacidades de autorregulación, mejorar procesos tan importantes como la atención y la memoria y potenciar la aparición de conductas más reflexivas y adecuadas. Todo ello se lleva a cabo mediante actividades lúdicas y prácticas para que el aprendizaje se pueda trasladar al ambiente escolar.
Si utilizáramos un símil para entender las funciones ejecutivas, diríamos que el cerebro es nuestro “ordenador central”, y las funciones ejecutivas serían el “informático” que maneja dicho ordenador. Cuanto mejor preparado y entrenado esté nuestro “informático”, mejor provecho le sacaremos a nuestro “ordenador”.
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Desirée Castellano Olivera