Asertividad, la habilidad intermedia entre la Pasividad y la Agresividad

La asertividad es la habilidad para expresar nuestras preferencias, sentimientos y opiniones
desde un clima de tranquilidad y respeto a los demás. Es una actitud muy importante para la
resolución de conflictos, defendiendo los propios derechos sin sentirnos ansiosos o culpables.
Asimismo, hace referencia a “saber decir que no”, estableciendo límites de una forma
respetuosa.

Hay personas que tienen problemas para llevar a cabo conductas asertivas y optan por una
actitud sumisa: anteponen los derechos de los demás a los suyos, no quieren molestar o
hacerle daño a los demás, tienen miedo a ser criticados o rechazados o, directamente, no
saben cómo expresarse. Otras, se decantan por un estilo de comunicación agresivo que
infunde temor más que respeto. Pudiendo recurrir también a estrategias de manipulación
como provocar sentimientos de culpa, criticar o ridiculizar. Estos estilos de comunicación
inadecuado generan conflictos entre parejas, padres e hijos, compañeros de trabajo o en el
centro educativo.

No obstante, la asertividad no es una cuestión de todo o nada. En ciertas ocasiones, resulta
más fácil desplegar este tipo de conductas en un entorno concreto que en otros ambientes o
con diferentes personas. Estas diferencias pueden deberse a variables como el grado de
confianza con las personas, la seguridad en uno mismo, el estado de ánimo, el miedo a
posibles consecuencias, etc.

¿Qué beneficios conlleva responder de forma asertiva? Entre otras cosas, fortalece la
autoestima, potencia el autoconocimiento, resuelve problemas y mejora la comunicación con
los demás. Para ello, se debe reflexionar y definir los propios derechos como, por ejemplo, el
de poder decidir, expresar sentimientos, ser tratado con respeto o cambiar de opinión.

Esta habilidad nace de un aprendizaje de las experiencias personales, con lo cual, se puede
desarrollar y mejorar gracias a estrategias para implementar en nuestro repertorio conductual.
Por tanto, la terapia psicológica ayuda a identificar qué variables impiden desplegar conductas
asertivas e interviene en cuestiones como la culpa anticipada y el miedo a la evaluación
negativa o a comportarse inadecuadamente. Asimismo, aporta técnicas de comunicación
asertiva y prepara ante las posibles respuestas del entorno.

¿Quieres un truco rápido para empezar a ponerla en práctica? Recuerda la técnica del sandwich, las dos partes de pan deben ser positivas y el relleno del medio es la parte negativa que necesitamos comunicar. Por lo tanto, empezaremos con una frase positiva que impida el reproche inmediato, ya que nuestro cerebro suele ser muy reactivo; en medio lanzaremos aquello que ha supuesto el conflicto; y muy importante terminar de forma positiva de nuevo para que la crítica sea constructiva y evitemos de nuevo la reactividad de nuestro interlocutor.

Prueba con este ejemplos:

  • Te entiendo perfectamente….
  • Pero no puedo permitir que siga ocurriendo esto…
  • Aún así, seguro que encontramos la forma de entendernos y respetarnos…¿qué te parece si….?

 

Por Desirée Castellano Olivera, Psicóloga Sanitaria y Neuropsicóloga

 

 

 

 

 

Bibliografía:
Monje Mayorca, V., Camacho Camacho, M., Rodríguez Trujillo, E., y Carvajal Artunduaga, L.
(2009). Influencia de los estilos de comunicación asertiva de los docentes en el aprendizaje
escolar. Psicogente, 12(21), 78-95.
Naranjo Pereira, M. L. (2008). Relaciones interpersonales adecuadas mediante una
comunicación y conducta asertivas. Actualidades Investigativas en Educación, 8(1), 1-27.
Riso, W. (2013). Guía práctica para no dejarse manipular y ser asertivo. Phronesis, España.
Ruvalcaba Romero, N. A., Gallegos Guajardo, J., Villegas Guinea, D., y Lorenzo Alegría, M.
(2013). Influencia de las habilidades emocionales, los estilos de comunicación y los estilos
parentales sobre el clima familiar. Revista de Investigación y Divulgación en Psicología y
Logopedia, 3(2), 2-7.

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