ORIENTACIÓN PSICOLÓGICA EN CENTROS EQ: CUANDO ALGUIEN NO QUIERE SER AYUDADO
“Mi madre pidió una excedencia en su trabajo hace ya más de 2 años y no ha querido volver a la empresa porque escuchó que su puesto no existe y que no le dejarán volver pero en realidad ni ha ido a preguntar. Es una mujer con una vida muy dura, siempre ha trabajado y nos ha sacado adelante a mi hermano y a mí estando sola. Siempre hemos vivido con ella, pero nos hemos independizado. Ahora nos rechaza. Hemos ido a un psicólogo pero si ella no va no se puede hacer nada. Hemos ido a su médico de cabecera y como es adulta, tampoco. No coge el teléfono, ni abre la puerta, se ha aislado, ha roto con todas las personas a las que conocía, está sola y sus ahorros deben estar a punto de extinguir. No sabemos cómo ayudar, cuál es la mejor manera de apoyarla y de recordarle que estamos ahí.”
Parece que la mujer que luchó contra cualquier adversidad ha decidido abandonar sus fuerzas y rendirse ante lo que ella ha podido ver como una injusticia más. A lo largo de su vida se habrá enfrentado a las dificultades para compatibilizar la maternidad con el trabajo estando ella sola y con un sistema laboral insensible a las necesidades específicas de estas mujeres, que acaba provocando estrés, malestar, sensación de fracaso, falta de autoestima e incluso depresión.
La pérdida de empleo es traumática a cualquier edad, no mencionas la de tu madre, pero estimando que es mayor de 45 años, la situación es mucho más complicada. Aún así, cualquiera puede sobreponerse a esta situación si le dedica empeño y ciertas dosis de resiliencia.
Otro factor que puede agravar su cuadro es el síndrome del nido vacío . Aunque tanto hombres como mujeres experimentan esta transición, solamente se ha considerado estresante para las mujeres, ya que esto conlleva la pérdida de los principales componentes del rol de madre. Un rol que tradicionalmente viene siendo el principal objetivo en las vidas e identidades de muchas mujeres y que tu madre ha tenido que desarrollar por partida doble. Generalmente es transitorio, pero la suma de las circunstancias agravantes en tu madre ha podido originar un trastorno del estado de ánimo.
Pero el principal problema es que rehúsa cualquier ayuda tanto por parte vuestra como profesional. Habéis hecho lo correcto acudiendo a preguntar a los profesionales de la salud, incluso los hay que acuden a domicilio, pero es cierto que es muy difícil ayudar a quien no quiere. Seguramente tu madre, y otras muchas como ella, han dado mucha importancia a la salud de los demás, especialmente a la de sus hijos, pero no ocurre lo mismo cuando se trata de ellas mismas, esto no es prioritario para ellas y dejan de dedicar tiempo a cuidarse y a cuidar sus relaciones sociales.
De momento, sería suficiente que estuvierais pendientes de sus necesidades y que sigáis haciéndole ver que seguís ahí. No debéis presionarle, pero sí hacerle ver el daño que se está haciendo a ella misma y lo que estáis sufriendo vosotros.