Trastorno de la modulación sensorial
Trastorno de la Modulación Sensorial:
El Trastorno de la Modulación Sensorial (TMS) es una condición neurológica que afecta la capacidad del cerebro para regular, interpretar y responder adecuadamente a la información sensorial del entorno y del propio cuerpo. Las personas con TMS experimentan dificultades para procesar estímulos como el tacto, el sonido, la vista, el olfato, el gusto, el movimiento y la conciencia corporal, lo que puede generar respuestas desproporcionadas o inadecuadas a las demandas sensoriales de la vida cotidiana.
Este trastorno, enmarcado dentro del Trastorno del Procesamiento Sensorial, puede manifestarse de formas muy diversas, impactando significativamente en el aprendizaje, el comportamiento, las habilidades sociales y la participación en actividades diarias.
Las Caras del Trastorno: Subtipos de Modulación Sensorial
El TMS se clasifica principalmente en tres subtipos, que describen las diferentes maneras en que una persona puede responder a los estímulos sensoriales:
Hipersensibilidad o sobrerrespuesta sensorial: Las personas con este subtipo son extremadamente sensibles a los estímulos sensoriales. Pueden sentirse abrumadas por ruidos fuertes, luces brillantes, texturas de ropa específicas o el contacto físico inesperado. Esto puede llevar a conductas de evitación, ansiedad, irritabilidad y respuestas de “lucha o huida” ante situaciones sensoriales que para otros son normales.
Hiposensibilidad o subrespuesta sensorial: En el otro extremo, las personas con este subtipo tienen una conciencia reducida de los estímulos sensoriales. Pueden parecer indiferentes al dolor, no registrar temperaturas extremas o buscar constantemente estímulos intensos para sentirse regulados. Esta búsqueda de sensaciones puede manifestarse en comportamientos como chocar contra objetos, hacer ruidos fuertes o preferir alimentos con sabores muy intensos.
Búsqueda sensorial o anhelo sensorial: Este subtipo se caracteriza por una necesidad insaciable de estímulos sensoriales. Los individuos con esta presentación están en constante movimiento, tocan todo a su alrededor, prefieren los juegos bruscos y buscan experiencias sensoriales intensas. A menudo se les describe como “hiperactivos” o “impulsivos”.
Es importante destacar que una persona puede presentar una combinación de estos subtipos, mostrando hipersensibilidad a ciertos estímulos y hiposensibilidad o búsqueda sensorial en relación con otros.
Señales y Comportamientos a Observar
Los síntomas del Trastorno de la Modulación Sensorial son variados y dependen del subtipo predominante y de la edad de la persona. Algunas de las manifestaciones más comunes incluyen:
Orígenes y Factores de Riesgo
Aunque la causa exacta del TMS no se conoce por completo, la investigación sugiere una base neurológica relacionada con la forma en que el cerebro procesa la información sensorial. Se cree que una combinación de factores genéticos y ambientales puede contribuir a su desarrollo. Algunos factores de riesgo identificados incluyen:
- Prematuridad y bajo peso al nacer.
- Complicaciones durante el embarazo o el parto.
- Daño neurológico temprano.
- Antecedentes familiares de trastornos del procesamiento sensorial.
- Adopción y privación temprana de estímulos.
El Camino hacia el Diagnóstico y la Intervención
El diagnóstico del Trastorno de la Modulación Sensorial es realizado principalmente por terapeutas ocupacionales con formación especializada en integración sensorial. El proceso de evaluación suele incluir:
- Observación clínica: El terapeuta observa al niño o adulto en diferentes entornos y durante la realización de diversas actividades para evaluar sus respuestas sensoriales.
- Cuestionarios y escalas estandarizadas: Se utilizan para recopilar información detallada de los padres, cuidadores y maestros sobre el comportamiento sensorial del individuo en la vida diaria.
- Entrevistas con los padres o el propio individuo.
Una vez diagnosticado, el tratamiento principal para el TMS es la terapia ocupacional con un enfoque de integración sensorial. Esta terapia se desarrolla en un entorno de juego rico en estímulos sensoriales, donde el terapeuta guía al individuo a través de actividades diseñadas para ayudar a su cerebro a procesar e integrar la información sensorial de una manera más organizada y adaptativa. El objetivo no es “curar” el trastorno, sino proporcionar las herramientas y estrategias necesarias para que la persona pueda participar con éxito en sus ocupaciones diarias y mejorar su calidad de vida.
Además de la terapia ocupacional, las modificaciones ambientales y las “dietas sensoriales” son fundamentales. Una dieta sensorial es un plan de actividades individualizado que proporciona la cantidad y el tipo de estímulos sensoriales que la persona necesita a lo largo del día para mantenerse en un nivel óptimo de alerta y regulación.
En conclusión, el Trastorno de la Modulación Sensorial es una condición compleja que requiere comprensión y un abordaje terapéutico especializado. Con el diagnóstico y la intervención adecuados, las personas con TMS pueden aprender a manejar sus desafíos sensoriales y llevar una vida plena y productiva.
Bibliografía:
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