Duelo perinatal
DUELO PERINATAL
Cuando hacemos referencia al duelo perinatal, hablamos de un duelo complicado y son diversas las características que lo diferencian de los otros tipos de duelo, ya que conforme va avanzando el embarazo, el hijo/a va llenando un lugar dentro de la familia, los padres van formándose una idea de cómo va a ser su hijo/a, como va a ser su vida de ahora en adelante y por lo tanto su futuro. El desarrollo se complica cuando ocurre la perdida, ya que no existe un sujeto definido para el duelo, ni hay experiencias ni recuerdos para poder compartir. El fallecimiento del feto durante el embarazo, en el parto o varios días después del nacimiento se trata de un tema bastante delicado, que esta influido por muchos factores. Cuando hablamos de este tipo de duelo, hablamos de trauma, ya que es un suceso bastante complejo y es algo muy complicado de digerir para el cerebro.
Únicamente las personas que han pasado por este proceso saben lo que se siente ante un duelo perinatal, un sufrimiento que en la mayoría de los casos es ignorado. Diversos autores piensan, en que el duelo perinatal es social y culturalmente invisibilizado.
Cuando se piensa en un duelo de este aspecto, la mayoría de las veces no se entiende el dolor que están sintiendo las familias, ya que no es una muerte por la que pasan todas las personas, como si sucede con la muerte de un padre o una madre. Las personas que lo sufren entienden que no necesitan elaborar el duelo, poniendo en marcha defensas psicológicas que niegan y evitan los aspectos emocionales, como no pensar, no expresar lo que sienten ni su dolor, lo que les lleva también a no sentir dolor directamente bloqueando este que están sintiendo en el momento presente. Tras la perdida, las familias afectadas no se encuentran en condiciones físicas ni mentales para poder retomar su vida de forma rápida, es necesario que cuenten con el espacio necesario para poder procesar sus sentimientos y emociones poco a poco, y si es posible con su círculo social más próximo o con profesionales.
Un duelo que pueda ser llorado, aceptado y expresado sin ser juzgado por la sociedad será entendido como un duelo permitido, pero el que la sociedad no logre entender, que no se sepa como acompañar en este camino doloroso de tristeza, ansiedad, e ira, será visto como un duelo que no está permitido. El entorno le resta importancia a la pérdida, transformando lo que para los progenitores era un bebe, en un ser medio hacer, con poca condición humana y se escuchan frases como “Sois jóvenes aun”, “La naturaleza es sabia”,” Podéis volver a intentarlo”, “¿Todavía estas triste por eso? Ya ha pasado mucho tiempo”, etc. Todos estos comentarios repercuten en los padres de forma negativa, provocando sentimientos de incomprensión, culpa, tristeza, soledad, y exigencia. Es por esto que las personas que han sufrido una perdida perinatal necesitan personas que lo acompañen, que le proporcionen seguridad y confianza para poder expresar todo lo que necesiten y sin que le juzguen.
También es muy recomendable que puedan ver y tomar en brazos a su bebe fallecido facilitándole todo el tiempo que necesiten, y que puedan hablar de lo ocurrido, así como hacer rituales de despedida en base a las creencias de cada familia, para promover los procesos de cierre, ya que con el feto nunca hubo un contacto visual mas allá de lo que vieron en las ecografías, y evitar comentarios sobre lo que es normal y lo que no.
Es importante resaltar, que las diferencias individuales en las personas, el contexto en el que viven, sus creencias previas, si se sienten apoyadas en su decisión o no, cómo perciben el mundo, entre otras muchas, hará que la experiencia de la perdida en si misma sea percibida como algo traumático o más llevadero, ya que no hay una sola forma de vivir un duelo. Se puede asegurar que, si se encuentran en compañía y no juzgados por el personal sanitario que les atienda, así como por su círculo más cercano, esto hará más llevadero el poder integrar esa dura experiencia, lo que será un factor protector frente al duelo.
Cuando hablamos de perdida perinatal, nos encontramos con tres tipos:
- Aborto espontaneo: se le llama a la finalización natural del embarazo antes de que el feto sea viable. No siempre resulta traumática, pero en muchas ocasiones la perdida suele ir acompañada de un duelo. El aborto es una perdida que no está reconocida social ni sanitariamente. Aquí frecuentemente la madre presenta sentimientos de ineficacia y una sensación de ser inadecuada para poder gestar un bebe.
- Aborto voluntario: autores como Peppers fueron los primeros en estudiar la respuesta de duelo tras un aborto voluntario, y se encontró que las puntuaciones recogidas eran muy parecidas a las de las mujeres que habían tenido un aborto espontaneo, muerte en el útero, durante el parto o muerte neonatal. Es muy común encontrar aquí mucha conspiración de silencio.
- Interrupción voluntaria del embarazo por problemas en el feto o amenaza para la salud materna: dicha perdida es producida cuando se le comunica a los padres que el feto viene con algún problema o enfermedad. Las mujeres que toman esta decisión se ven aturdidas por sentimientos de culpa y vergüenza, por haber decidido la muerte de su feto.
- Reducción selectiva en embarazos múltiples: estos embarazos suelen ser por técnicas de fertilidad, lo que lleva detrás que las parejas tienen un camino de perdidas. Es una decisión amarga de tomar y hay que tomarla con rapidez, los progenitores se enfrentan a la cuestión de “cuantos son demasiados”. La reducción hace que haya mejor resultado del embarazo, que en caso contrario puede provocar discapacidad grave, prematuridad o la muerte de todos. El dolor crece por la soledad, ya que la mayoría lo lleva en secreto para evitar que los juzguen. Son muchas familias las que sufren depresión moderada tras un suceso así.
- Pérdida por muerte intraúterina, intraparto (mortinato): se da cuando fallece el bebe en estado avanzado del embarazo, ya sea en el parto o intraútero. Este suceso lleva a diversas perdidas que provocan muchos estresores. La principal perdida que se conoce es la del bebe ansiado, pero también se pueden dar las siguientes perdidas colaterales; el rol del padre o madre si es el primero, la inocencia respecto al parto, el derecho a nombrar a ese hijo en algunos lugares, la posibilidad de poder crear recuerdos y haber tenido un contacto, etc.
- Pérdida del neonato: normalmente cuando el bebe viene con problemas graves se anticipa dicha noticia antes del nacimiento, pero hay otros casos que aparecen de forma inesperada durante el parto, o en las primeras horas o días de vida. Tanto los progenitores como los profesionales se enfrentan ante un duelo anticipatorio, dado el riesgo de muerte del bebe. Surge un debate ante el apego al bebe enfermo y el miedo a que no consiga sobrevivir. La situación los puede llevar a desear que el bebe fallezca y así acabar con el sufrimiento, pero esto llevara a un gran sentimiento de culpa.
En muchos de estos casos, el proceso sucede con dos etapas de un profundo dolor:
El momento en que se comunica que el feto no tiene latido.
El momento en que se inicia la expulsión del feto, a veces mediante un complejo proceso de parto: con dilatación, contracciones uterinas y profeso de salida. Sabiendo, de antemano, que lo que va a nacer es un ser inerte, el dolor de la madre, de los padres, es indescriptible.
Siempre es recomendable el tratamiento del duelo perinatal, la Terapia cognitiva conductual es el marco teórico más eficaz, realizada por psicólogos clínicos o sanitarios.
La terapia consiste en:
- Facilitar el ritmo de su proceso dando siempre la información que necesiten, escuchando siempre sus deseos y necesidades.
- Ofrecer soporte emocional.
- Permitir la elaboración de recuerdos con cosas o fotos que tengan que ver con él bebe, por ejemplo, latidos del corazón, huellas, ecografías, etc.
- Si hay niños implicados, informar a los padres que es importante que se elabore su duelo respetando su etapa evolutiva.
- Dar la posibilidad de poder nombrar y dar nombre al bebe.
- Ofrecer la opción de hacer una carta para él bebe.
- Facilitar la narrativa de lo que ha ocurrido y como ha sido vivido.
- Dibujar.
- Hacer una reorientación sobre las falsas creencias que se puedan tener y que están haciendo más complicado la expresión de los sentimientos.
Hay que saber que la intervención hospitalaria es muy limitada, y que casi siempre solo da tiempo a dar unos primeros auxilios psicológicos, que no quitan el dolor de la perdida, pero si facilitan el principio del proceso de duelo. Es imprescindible que, tras el alta, los progenitores tengan unos cuidados emocionales y físicos que den continuidad a lo realizado durante el ingreso, para poder llevar la experiencia vivida y así poder seguir adelante con su vida.
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ContactoBibliografía
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